Europa todav¨ªa queda lejos
El Lyon, liderado por la noruega Hegerberg, siempre reivindicativa y goleadora, arrolla en la primera media hora al Bar?a en la final de la Liga de Campeones
Algo est¨¢ cambiando en el mundo. Hubo un tiempo en que los estadios de f¨²tbol parec¨ªan tierra minada para las muchachas; ni se sentaban en las gradas, mucho menos pisaban el campo. Pero algo est¨¢ cambiando. El Olympique de Lyon dio c¨¢tedra con la pelota en Budapest. Su despliegue fue un homenaje para cualquiera que se reconozca admirador del f¨²tbol; a cualquiera, por supuesto, que no le importe el color de la camiseta. La supremac¨ªa de la Leonas la sufri¨® el Barcelona.
OLYMPIQUE LYON, 4; BARCELONA, 1
Olympique de Lyon: Bouhaddi; Bronze, Renard, Mbock Bathy, Majri; Henry, Fischlock (Kumagai, m.72); Van de Sanden (Cascarino, m.63), Marozsan, Le Sommer (Bacha, m.82); y Hegerberg.
Barcelona: Pa?os; Marta Torrej¨®n, Andrea Pereira (Van der Graft, m.81), Mar¨ªa Le¨®n, Leila; Aitana (Alves, m.68), Losada, Alexia; Mariona, Duggan (Oshoala, m.68) y Martens.
Goles: 1-0. M.5: Marozsan : 2-0. M.14: Hegerberg. 3-0. M.19: Hegerberg. 4-0. M.30: Hegerberg. 4-1. M.88: Oshoala.
?rbitro: Anastasia Pustovoitova. Amonest¨® a Hegerberg y Renard.
Estadio Ferencvaros: 19.487 espectadores.
La experiencia del OL, hexacampe¨®n de Europa, vencedor de su cuarta orejona consecutiva, fue un l¨¢tigo para un Bar?a novato en esto de disputar una final de Champions. La historia ya estaba escrita: el Barcelona femenino destroz¨® prejuicios, no pudo, sin embargo, con la inmensa Ada Hegerberg.
Pocas jugadoras representan mejor el nuevo rol de la mujer en el f¨²tbol que la noruega. Doble revolucionaria, vestida de corto y de largo, en la final de la Champions y en la gala de la FIFA. Justamente en la entrega de Bal¨®n de Oro fue cuando hizo su mejor regate. Ridiculiz¨® al presentador, Martin Solveig, cuando le pregunt¨® si sab¨ªa bailar twerking, perreo, como se lo conoce coloquialmente. No necesit¨® m¨¢s ret¨®rica que un simple no como r¨¦plica. La misma respuesta tuvo para la convocatoria de su selecci¨®n con vistas al pr¨®ximo Mundial. Su negativa no fue una decisi¨®n caprichosa ni un ataque de ego, simplemente es su forma de revindicar las diferencias de premios entre el f¨²tbol masculino y femenino.
Definitivamente fue el a?o de Hegerberg. Un hurac¨¢n de aire fresco y goles. Delantera total, capaz de infligir a la defensa azulgrana tanto miedo como admiraci¨®n, imparable en Budapest. Por momentos, dio la sensaci¨®n de que cada pelota que tocaba la noruega terminaba en la red de Sandra Pa?os. Dura cuando le toc¨® presionar, h¨¢bil cuando retroced¨ªa en el campo, letal en el ¨¢rea. A un toque o a dos, Hegerberg finalizaba todo lo que le constru¨ªan Le Sommer y especialmente Van de Sanden un pu?al por el ala derecha, nunca bien defendido por Leila.
El homenaje en la cancha fue para Hegerberg, autora de tres goles; en las gradas correspondi¨® a Marozsan. La 10, nacionalizada alemana, volv¨ªa a su casa. Y la hinchada lo celebr¨®. ¡°Ria, ria, Hungaria¡±, cant¨® el estadio cuando la excelsa volante del Lyon abri¨® el marcador. Gran ovaci¨®n para Marozsan, premio para Budapest, que reuni¨® cerca de 20.000 personas en la final de la Champions en el coqueto Ferencvaros Stadium. Con un costo cercano a los 42 millones de euros, el escenario de la final femenina forma parte de un programa del gobierno h¨²ngaro para promocionar el f¨²tbol. Antojo del primer ministro Viktor Orb¨¢n, un mediocre exfutbolista que ha creado un plan para construir 32 estadios en todo el pa¨ªs, una inversi¨®n de m¨¢s de mil millones. El problema es que la asistencia media en la liga h¨²ngara es de 3.200 espectadores. Las 19.487 personas que reunieron el Lyon y el Bar?a por tanto fue una cifra para celebrar.
Ocurri¨®, sin embargo, que antes de que Marozsan marcara el 1-0, Duggan desperdici¨® una ocasi¨®n clar¨ªsima, sola frente a la portera Bouhaddi despu¨¦s de que Mariona recuperara un bal¨®n. Y ya se sabe lo que el t¨®pico dice en los duelos ante las grandes potencias, si no aprovechas las pocas situaciones que creas se pagan las concesiones. El Bar?a la pifi¨® y el Lyon no perdon¨®. El cuadro franc¨¦s es una apisonadora. No tuvo piedad con un t¨ªmido equipo azulgrana, de entrada atenazado, luego impreciso, triturado por el potente OL y solo al final envalentonado con la entrada de Oshoala.
Al Barcelona le queda el sinsabor del resultado, pero con la satisfacci¨®n de haber saltado una muralla. La inversi¨®n en el femenino tuvo su recompensa, la sabore¨® el Bar?a con su final en Budapest, la necesitaba el f¨²tbol espa?ol. Un s¨ª se puede en toda regla. Lo entendi¨® el cuadro azulgrana en Budapest. Despu¨¦s de sufrir durante media hora el aluvi¨®n del OL, el Bar?a reaccion¨® despu¨¦s del descanso; ya era tarde cuando descont¨® Oshoala.
Gan¨® el Lyon la Champions, claro. Faltar¨ªa m¨¢s. Pero tambi¨¦n gan¨® la apuesta del Barcelona, la hinchada de Budapest y la rebeld¨ªa de Hegerberg. Gan¨® el f¨²tbol femenino. El f¨²tbol de todos, en definitiva. Algo est¨¢ cambiando en el mundo.
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