El CSKA y la cantidad de movimiento
Habl¨¢bamos del hambre de Larkin, de su energ¨ªa, pero esta vez ten¨ªa enfrente un grupo entero de primer nivel capaz de volar sobre la pista
La sombra de Obradovic es tan alargada, y pesa tanto sobre esta competici¨®n de Euroliga, que uno tuvo la sensaci¨®n de que el apag¨®n de su equipo durante el ¨²ltimo cuarto del llamado partido de consolaci¨®n (63-69 al inicio, y 63-84 siete minutos despu¨¦s), formaba parte de alg¨²n gui¨®n especial del fin de semana.
La lesi¨®n de Eric Green al tratar de defender una puerta atr¨¢s de Fabian Causeur y el gesto de contrariedad de Zeljko nos hicieron entender de repente que la verdadera importancia de los m¨¢s grandes, en cualquier entorno profesional, es la normalidad con la que nos acostumbran a seguir sus triunfos, creyendo que su reino jam¨¢s fue mortal. Ofrec¨ªamos en la carta del pasado lunes el insuperable dato de un entrenador capaz de llevar a sus equipos a 18 eventos finales de esta competici¨®n en el ¨²ltimo cuarto de siglo. Su porcentaje de victorias es aproximadamente de una de cada tres Euroligas. Si lo miramos por el lado contrario de la lente, significa que dos de cada tres veces que lo ha intentado, Zeljko termin¨® sin el trofeo. Y d¨®nde dije Zeljko digo Laso, pues a sus abrazos al final de los partidos, en las ¨²ltimas Final Four, solo les faltan unos trastos de torear y a sus cuadrillas desmonteradas, fieles testigos de la alternativa.
Como la consolaci¨®n solo ten¨ªa verdadero inter¨¦s para Gustavo Ay¨®n, al que su mal partido de semifinales le hab¨ªa tocado el orgullo (que tiemblen los rivales ACB en lo que queda de liga; el mexicano cuando se cabrea consigo mismo es muy peligroso), nos ¨ªbamos de vez en cuando al Foro It¨¢lico de Roma para seguir la final de dos jugadores que han ganado m¨¢s veces a Roger Federer de lo que Roger Federer les ha ganado a ellos. A dos tipos que ya han ganado m¨¢s torneos de Grand Slam que cualquier jugador retirado previamente, y ni siquiera s¨ª podemos considerarlos los mejores de la Historia en su deporte.
No quiero ir agarrando nuevas lianas para llegar a la frase importante previa al partido clave de una temporada deportiva. Aquello de ganar y ganar y volver a ganar, atribuido a Luis Aragon¨¦s, es mucho m¨¢s cari?oso con el profesional de cualquier ¨¦lite deportiva cuando lo transformamos en "insistir e insistir y volver a insistir".
Pocas como la biograf¨ªa de Ataman, el se?or de corbata que se paseaba por la banda del equipo turco sin haberse quitado siquiera la acreditaci¨®n ("con lo que me ha costado llegar aqu¨ª, a ver si no me dejan acceder al pabell¨®n"), para entender esa dif¨ªcil papeleta de un ejecutivo de alto rendimiento frente a las expectativas. En 2000, cuando Efes pudo acceder a una Final Four, Ataman estaba all¨ª. Era entonces un prometedor entrenador de apenas 34 a?os, con muchos eventos as¨ª por delante. Este de 2019 ha sido nada menos que... su segundo. Y si alg¨²n equipo puede dar lecciones de insistencia en este siglo es el CSKA. 15 participaciones con dos t¨ªtulos (2008 y 2016, este con Itoudis ya a los mandos) era la carta de presentaci¨®n del favorito de esta final. Tantos intentos, tantas derrotas, tantos aprendizajes.
Habl¨¢bamos del hambre de Larkin, de su energ¨ªa, pero esta vez ten¨ªa enfrente un grupo entero de primer nivel capaz de volar sobre la pista. Los 29 puntos de CSKA en el primer cuarto impusieron la idea de Itoudis, se?a de identidad de su trabajo al frente de este equipo. El baloncesto no es altura o fuerza por separado; es cantidad de movimiento. En algunas ocasiones, este ritmo les ha jugado malas pasadas, sobre todo al llegar a los dos minutos finales sin la lucidez debida. El brutal esfuerzo de Larkin o Micic se qued¨® apenas un par de posesiones corto. Las suficientes para que la sombra de Obradovic volviera sobre el pabell¨®n. Dimitris Itoudis se sent¨® a su lado durante casi tres lustros. As¨ª cualquiera.
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