Un pl¨¢tano para perder el Giro
La batalla de 1949 la desencaden¨® Coppi mientras Bartali com¨ªa
Bajo la tormenta, el Giro comienza a desencadenarse en los Dolomitas, hace 70 a?os. Es la primera gran etapa de la edici¨®n de 1949. Frente a frente, el campe¨®n veterano, Gino Bartali, y el aspirante, Fausto Coppi. Bartali y Coppi son las dos Italias despu¨¦s de la II Guerra Mundial. El viejo, ganador de dos ediciones del Tour con 10 a?os y una sangrienta contienda de por medio, aspira a seguir reinando; el joven, pujante, moderno, quiere doblar la esquina del ciclismo.
Los dos han padecido los rigores de la guerra. Bartali, se sabr¨¢ muchos a?os despu¨¦s, sirviendo de correo a la Resistencia, salvando las vidas de cientos de jud¨ªos, cuyos documentos transportaba escondidos en el cuadro de su bicicleta. La salida del Giro en Israel de 2018 tiene mucho que ver con su legado.
Coppi, ganador del Giro de 1940, movilizado en la Divisione Ravenna, a¨²n tiene tiempo de batir del r¨¦cord de la hora en el Vel¨®dromo Vigorelli de Mil¨¢n antes de ser enviado a T¨²nez en marzo de 1943. Fausto fue hecho prisionero por los brit¨¢nicos cerca de Capo Bon. El 17 de mayo de 1943 fue internado en Megez el Bab y luego trasladado al campo de concentraci¨®n de Blida, cerca de Argel. El 1 de febrero de 1945, Fausto Coppi es reclutado como motorista agregado a la Royal Air Force, y regresa al sur de Italia bajo el control de los Aliados. En Caserta, Coppi es asignado como conductor del teniente Towell, de la RAF. El oficial no sabe nada de ciclismo y no sabe qui¨¦n es Coppi, pero se da cuenta de que en el campo brit¨¢nico el campe¨®n disfruta de una popularidad inmensa, as¨ª que pregunta por ¨¦l, le anuncian que es un gran campe¨®n y le da permiso para entrenarse.
Pero Coppi no tiene bicicleta. Se tiene que poner en contacto con Gino Palumbo, redactor de La Gazzetta dello Sport y su futuro director, que lanza una campa?a para conseguirle una. Las cosas son tan precarias que s¨®lo tres lectores ofrecen la suya. Se queda con la de un carpintero de Grumo Nevano, que ni siquiera es de su talla. Cuando por fin queda liberado de su servicio en la fuerza a¨¦rea brit¨¢nica, llega el momento de regresar a casa. Lo hace en bicicleta, desde Somma Vesoviana, hasta su hogar en Novi Ligure. Son 817 kil¨®metros que los hace en menos de dos d¨ªas. Despu¨¦s regresa a la competici¨®n, y en 1949 se enfrenta en su gran duelo con Bartali, que se resuelve por un pl¨¢tano.
Lo relata la magn¨ªfica cr¨®nica de Dino Buzzati, en el Corriere della Sera, del d¨ªa siguiente: ¡°Dentro de poco volver¨¢ a empezar el castigo. Mientras, con carretera casi llana, el grupo se reorganiza, se dir¨ªa casi que se han declarado un armisticio. Comen, beben, se quitan el barro de la cara, alguno bromea. Los nervios se distienden un poco, ?Ser¨¢ el Pordoi escenario de la batalla final? Bartali pela un pl¨¢tano a dentelladas. Bastan esos dos segundos en que su atenci¨®n se centra en la fruta: al levantar la vista ve que tres hombres han tomado la delantera. ?Escapan!, oye gritar a alguien. Se deshace del pl¨¢tano. Se encorva y alarga el trasero de esa manera suya tan curiosa para aplastarse contra la bicicleta. Pisa a fondo¡±.
Ha sido Alfredo Martini, que todav¨ªa sangraba del codo tras una ca¨ªda en el anterior descenso, quien tuvo la idea de pertubar el almuerzo de sus compa?eros. Le siguieron Coppi, Leoni y Passoti, atentos al golpe mientras los dem¨¢s com¨ªan. Bartali encuentra ayuda. Tiene a Jomaux, uno de sus gregarios. Le pide m¨¢s ritmo, pero Jumaux no puede. Coppi se va. Bartali intenta hacer el esfuerzo, pero cuando cree que lo va a conseguir ve c¨®mo se le deshincha el neum¨¢tico trasero. Un pinchazo. Tiene el coche del equipo cerca, pero el cambio de rueda, por la discusi¨®n con su director sobre qu¨¦ hacer, retrasa la maniobra. Cuando Bartali levanta la vista ya no se ve a los escapados.
Al pie del Pordoi, la diferencia de los escapados es de 1m 55s. Dice Buzzati: ¡°?De verdad ha sido todo por una peque?a distracci¨®n o hay algo m¨¢s? F¨ªjense en Fausto Coppi. ?Escala? No, no escala. Corre, sencillamente, como si la carretera fuese llana como una mesa de billar. Desde lejos se dir¨ªa que ha salido a dar un alegre paseo¡±. Y tanto, en la cima, Coppi, que se ha deshecho de sus acompa?antes, ya le saca m¨¢s de cinco minutos a Bartali. En lo alto del Gardena, la ventaja ha aumentado medio minuto m¨¢s, pero Coppi no se f¨ªa de Bartali, y sigue como un aut¨®mata, aumentando la diferencia.
Clasificaci¨®n final
- Fausto Coppi: 125h 25m 50s
- Gino Bartali: a 23m 47s.
- Giordano Cottur: a 38m 27s.
- Adolfo Leoni: a 39m 01s.
- Giancarlo Astrua: a 39m 50s.
Cuando llega al vel¨®dromo de Bolzano, lo hace siete minutos y dos segundos antes que su rival, que entra tercero en la meta, pero por las bonificaciones de toda la etapa, la ventaja real es de casi nueve minutos. Segundo entra Leoni, que porta la maglia rosa, que ha defendido como un tit¨¢n, y que salva por 28 segundos. Lo conservar¨¢ cinco etapas m¨¢s, hasta la jornada entre Cuneo y Pinerolo, cuando Coppi desat¨® la tormenta final y distanci¨® a Bartali, segundo aquel d¨ªa, 12 minutos m¨¢s despu¨¦s de la ascensi¨®n a la Madeleine, Izoard, Montgenevre y Sestriere. Los otros, destrozados, empezaron a llegar siete minutos despu¨¦s del viejo y cansado Bartali.
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