Marc Gasol, el rebelde que salt¨® todos los obst¨¢culos
El p¨ªvot ha sorteado un c¨²mulo de problemas: pesar m¨¢s de 140 kilos, el ostracismo en el Bar?a, el desaire de los Lakers, una grave lesi¨®n y un final desalentador en Memphis
El traje de campe¨®n le sienta de maravilla a cualquiera, pero en el caso de Marc Gasol no tapa el tortuoso camino que ha tenido que recorrer. Desde que rabiaba cuando era un renacuajo y su hermano Pau le daba cera en la cancha cercana a la Sagrada Familia en la que su padre Agust¨ª jug¨® con el Uni¨® Esportiva Gaud¨ª, hasta su consagraci¨®n en el Oracle Arena.
Por m¨¢s bien que se llevaran, se hac¨ªa inevitable la pugna entre dos hermanos tan competitivos y que so?aban juntos mirando el mismo p¨®ster de Michael Jordan que colgaba en la habitaci¨®n del piso familiar de Sant Boi de Llobregat. No es de extra?ar que Marc, en una ocasi¨®n, contestara lanzando la pala de ping pong a la cabeza de Pau, un reconocido vacil¨®n.
La eclosi¨®n de Pau, cuando lider¨® como pocas veces lo ha hecho nadie las victorias del Barcelona en la Copa y en la Liga en 2001, provoc¨® un dilema serio y dif¨ªcil de gestionar para Agust¨ª y Marisa. Su hijo mayor se hab¨ªa convertido casi de repente en una figura. Fue elegido el tercero en el draft de 2001. Decidieron apoyarle al m¨¢ximo y ello pas¨® por trasladar la familia al completo a Memphis, con todo lo que conllevaba en una fase crucial para el desarrollo personal de cualquier chaval como Marc, que tiene cuatro a?os y medio menos que su hermano, y estaba en plena adolescencia, y por supuesto para el hermano menor, Adri¨¤.
Marc sufri¨® un problema adicional: su tendencia a coger peso. Lleg¨® a superar los 140 kilos. Y aun as¨ª triunf¨® en su etapa colegial con el Lausanne Collegiate School de Memphis, donde algunos le apodaban The Big Burrito, y en Espa?a, la Tanqueta. En 2003 tom¨® una decisi¨®n crucial. Con 18 a?os, desech¨® las ofertas de varias universidades, dej¨® a su familia en Memphis, y regres¨® para pulir su juego en el Barcelona B que compet¨ªa en la Liga EBA. Lleg¨® a estar en La Mas¨ªa, donde convivi¨® con algunos compa?eros de quinta. Pronto pas¨® al primer equipo. ¡°Pesic fue el primero que me vio en el Barcelona¡±, explica. ¡°Siempre me cuenta que estaba sentado en el Palau de Gel fum¨¢ndose un pitillo y tom¨¢ndose un caf¨¦, me vio jugando un tres contra tres y se dijo: ¡®Este chico tiene que jugar con nosotros¡±.
Dusko Ivanovic, en cambio, no le dio apenas minutos. Fue uno de los peores momentos de su carrera. Lleg¨® a pedir jugar con el filial otra vez y no se lo permitieron porque le dijeron que iba bien para los entrenamientos. ¡°Quer¨ªa jugar y no me dejaron. Fue duro¡±, dijo. Fue entonces cuando Pepu Hern¨¢ndez, tras una lesi¨®n de Fran V¨¢zquez, lo incorpor¨® como invitado a la concentraci¨®n de la selecci¨®n. Se gan¨® un puesto en el doce definitivo. Espa?a gan¨® aquel Mundial de 2006 en Jap¨®n y ¨¦l demostr¨® que pod¨ªa codearse con la ¨¦lite.
Por entonces ya hab¨ªa empezado a combatir su sobrepeso en un proceso en el que acab¨® perdiendo unos 30 kilos. Dirk Nowitzki recuerda cuando se lo presentaron en 2002: ¡°Nunca pens¨¦, al ver su pinta, que fuera a convertirse en la clase de jugador que es. En la cancha no tiene puntos d¨¦biles. Mentalmente es dur¨ªsimo¡±.
Pidi¨® jugar con el filial azulgrana y no se lo permitieron. Y en Los ?ngeles apenas le dieron una sudadera para poder entrenarse
Marc dej¨® la zona de confort para dar otro impulso a su carrera en el Akasvayu. En Girona, de la mano de Svetislav Pesic primero, y de Pedro Mart¨ªnez despu¨¦s, gan¨® t¨ªtulos y tambi¨¦n fue designado el MVP de la Liga, la antesala de su marcha a la NBA en 2008. Se fue a Memphis de muy buen grado. Era su segunda casa. Sin embargo, le disgust¨® el desaire de los Lakers, que le hab¨ªan elegido en el puesto 48 del draft de 2007. Se limitaron a ofrecerle una sudadera para participar en unos entrenamientos con algunos pipiolos. ¡°Al principio nadie me quer¨ªa. Nunca me hablaron de ir all¨ª y formar parte del equipo¡±, record¨® tiempo despu¨¦s de que traspasaran sus derechos a Memphis formando parte del paquete de jugadores para obtener a cambio a su hermano Pau. Su progresi¨®n con los Grizzlies fue fant¨¢stica: mejor jugador defensivo del a?o en 2013, All Star en 2012, 2015 y 2017, l¨ªder y capit¨¢n del equipo.
Entre medias, debido a las ausencias de Pau y Navarro, asumi¨® un papel de l¨ªder de la selecci¨®n que obtuvo el bronce en el Eurobasket de 2013. Un a?o despu¨¦s, en el Mundial, pas¨® el trago m¨¢s amargo con la selecci¨®n. Pocas horas antes del partido de cuartos en Madrid, en el que Espa?a fue eliminada por Francia, viaj¨® a Barcelona para asistir al nacimiento de su primera hija. Recientemente explic¨®: ¡°Hice un partido de mierda, recuerdo que me criticaron mucho, la gente no entendi¨® que me fuera a Barcelona pasar asistir al nacimiento de mi hija. Incluso hubo compa?eros de la selecci¨®n que no lo entendieron. Pero yo pens¨¦ que era mi vida y yo tomaba mis decisiones. Y s¨ª, jugu¨¦ como la mierda, pero lo volver¨ªa a hacer. Me di cuenta de lo que es importante en la vida. De que no se trata todo de m¨ª¡±. Otro rev¨¦s: la fractura del pie derecho en febrero de 2016 que le impidi¨® disputar los Juegos de R¨ªo. ¡°Nunca me sent¨ª tan vulnerable como jugador de baloncesto¡±, afirm¨®.
En su tramo final en Memphis fue causa de pol¨¦mica. En la campa?a 2017-2018 le pusieron en el disparadero tras el despido de David Fizdale como entrenador, un d¨ªa despu¨¦s de que le dejara sin jugar un solo minuto en el ¨²ltimo cuarto ante Brooklyn. ¡°Me reprocho no haber solucionado antes mi relaci¨®n con ¨¦l, pero no que lo echaran¡±, dijo. El equipo fue pen¨²ltimo en el Oeste. Aquel verano, el 33 de los Grizzlies avis¨®: ¡°Ah¨ª est¨¢ mi conflicto mental, entre mi deseo de ganar y mi lealtad¡±. Fue el preludio de su traspaso en febrero a Toronto, donde tras muchos codazos ha tocado la gloria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.