Totonero: Operaci¨®n Oikos a la italiana
En marzo de 1980 la polic¨ªa italiana detuvo a varios futbolistas de la Serie A por una trama de apuestas
El 23 de marzo de 1980 fue domingo. Domingo de f¨²tbol, en Italia de calcio. Ese d¨ªa se vivi¨® un suceso sin precedentes.
La polic¨ªa irrumpi¨® en varios campos y detuvo a un numeroso grupo de futbolistas de la Serie A y la Serie B. A los suplentes, en el descanso; a los sustituidos, nada m¨¢s salir, con tiempo justo para ducharse. A los que jugaron el partido completo, al final, tambi¨¦n tras la ducha reparadora. Las detenciones se hicieron as¨ª, de forma simult¨¢nea, para que no tuvieran tiempo de avisarse unos a otros.
Entre los detenidos hab¨ªa celebridades, internacionales¡: Albertosi, Morini, Giordano, Wilson, Rossi¡ Fueron detenidos tambi¨¦n algunos directivos, entre ellos Felice Colombo, presidente del Milan. Un esc¨¢ndalo tremendo.
Poco a poco se fue sabiendo lo que hab¨ªa pasado, que encajaba con informaciones dispersas en la prensa. Dos golfantes de Roma, el uno propietario de un restaurante que frecuentaban jugadores del Lazio, el otro el frutero que serv¨ªa al restaurante, de nombres Alvaro Trinca y Massimo Cruciani, hab¨ªan aprovechado su relaci¨®n con jugadores laziales para tentarles a fin de ama?ar apuestas en el llamado Totonero, r¨¦plica clandestina e ilegal del Totocalcio, equivalente italiano de nuestras quinielas. El n¨²cleo inicial de jugadores del Lazio fue captando a jugadores de otros clubes.
Los creadores del sistema les pagaban por anticipado para que condicionaran resultados y as¨ª hacer dinero apostando sobre seguro. Ped¨ªan a cr¨¦dito para pagarles, pero no siempre los resultados sal¨ªan como los complotados hab¨ªan garantizado y se les empez¨® a montar una pelota de deuda con sus prestamistas. Reclamaron a los jugadores, pero ¨¦stos les dec¨ªan que a veces no era posible torcer completamente el resultado, que har¨ªa falta m¨¢s dinero para implicar a m¨¢s jugadores¡
Trinca y Cruciani les amenazaron con revelar todo y de hecho iniciaron una estrategia de filtraciones a la prensa. Eso cre¨® algo m¨¢s que un runr¨²n. Durante alg¨²n tiempo se abri¨® una encuesta en la que fueron citadas hasta 48 personas, entre directivos y futbolistas. Pero como no prosperaba y los jugadores motejaban la investigaci¨®n de fantas¨ªa period¨ªstica, un buen d¨ªa Cruciani, harto y entrampado ante sus prestamistas, se present¨® a la polic¨ªa y cant¨® La Traviata.
Eso desencaden¨® el operativo de aquel espectacular domingo, con la oleada de detenciones, lo que recuerda a la actual Operaci¨®n Oikos en Espa?a. A ello sigui¨® un proceso que concentr¨® la atenci¨®n de toda Europa. Italia ten¨ªa en perspectiva la organizaci¨®n de la Eurocopa del 80 para ese mismo verano, as¨ª que el esc¨¢ndalo llegaba en el momento menos oportuno. S¨®lo una sentencia r¨¢pida y severa podr¨ªa restaurar en parte el comprometido cr¨¦dito futbol¨ªstico de un pa¨ªs que ya era valorado porque ¡°toma la guerra como un juego y el f¨²tbol como una guerra¡±.
As¨ª que la justicia deportiva dict¨® sentencias r¨¢pidas y severas. El Milan fue descendido, manu militari, a la Serie B, y su presidente, Felipe Colombo, suspendido de por vida. Se dio por probado que hab¨ªa aprovechado el enredo para, v¨ªa Albertosi, portero del equipo y gloria nacional, comprar un partido contra el Lazio. Albertosi tambi¨¦n fue suspendido de por vida. Entre los 33 jugadores encausados se repartieron 50 a?os de suspensi¨®n, de los que al c¨¦lebre Paolo Rossi, entonces en el Peruggia pero ya figura nacional, le correspondieron tres. La investigaci¨®n alcanz¨® al mism¨ªsimo juez deportivo del Calcio, Humberto De Biase, tambi¨¦n suspendido porque se dio por probado que hab¨ªa conocido el asunto y no hab¨ªa hecho nada por frenarlo. Cuando se vio atrapado, complic¨® m¨¢s la investigaci¨®n al implicar en la causa un Juventus-Bolonia, caso desconocido hasta ese momento. La Juve y el Bolonia salieron exonerados. La mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica futbol¨ªstica dio por sentado que aquello se pas¨® por alto a causa del enorme poder de la Juve, la FIAT al fin y al cabo, con su infinidad de contactos y empleados por todo el pa¨ªs.
Los sancionados recurrieron. El Tribunal de apelaci¨®n descendi¨® tambi¨¦n al Lazio, y vari¨® algunas suspensiones, entre otras la de Rossi, que baj¨® de tres temporadas a dos. Cuando el asunto lleg¨® a la justicia ordinaria y ¨¦sta dict¨® sentencia, ya en diciembre, s¨®lo Crusciani fue condenado a pena de c¨¢rcel. Para los futbolistas y directivos se dio por bueno lo que hab¨ªa dictado la justicia deportiva.
De todos los jugadores sancionados, s¨®lo Giordano, Manfredonia y Rossi siguieron jugando tras la sanci¨®n. Paolo Rossi reemprendi¨® su carrera en la Juve en la primavera del 82 y de inmediato tuvo m¨¢ximo ¨¦xito en el Mundial de Espa?a, en el que Italia se proclam¨® campeona y fue el m¨¢ximo goleador. Siempre neg¨® su implicaci¨®n en el asunto.
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