Argentina se cita con Brasil
Con goles de Lautaro Mart¨ªnez y Lo Celso, la Albiceleste derrota a Venezuela y se enfrentar¨¢ a su m¨¢ximo rival en las semifinales de la Copa Am¨¦rica
Andaba perdida Argentina en la Copa Am¨¦rica en Brasil. Atrapada en la confusi¨®n de un cuerpo t¨¦cnico joven, con un recambio generacional sin la suficiente espalda para aguantar las embestidas de una afici¨®n sedienta de t¨ªtulos. Pero el f¨²tbol es de los futbolistas, de tipos como Messi, por supuesto; pero tambi¨¦n de delanteros como Lautaro Mart¨ªnez y el Kun Ag¨¹ero. A partir de sus hombres de ataque, la Albiceleste empez¨® a caminar en la Copa Am¨¦rica. Y, como ante Qatar, Lautaro trajo tranquilidad en el despertar del partido, para que sobre el final apareciera Ag¨¹ero (esta vez la jugada la finaliz¨® Lo Celso). Argentina, que todav¨ªa espera por la versi¨®n estelar de Messi, apunta a Brasil en el Mineirao en las semifinales para intentar volver al Maracan¨¢ a disputar el t¨ªtulo. La Pulga acab¨® quej¨¢ndose del mal estado del c¨¦sped: "Es una verg¨¹enza c¨®mo est¨¢n las canchas. La pelota parece un conejo, va picando".
Messi se llev¨® una alegr¨ªa del templo del f¨²tbol brasile?o. El ¨²ltimo recuerdo del 10 en el Maracan¨¢ era triste, seguramente el m¨¢s amargo en su amarga vida con la Albiceleste. ¡°Nunca m¨¢s volv¨ª a ver la final ante Alemania¡±, repite sobre la cita del Mundial 2014. Cinco a?os despu¨¦s, el rosarino y su compinche Ag¨¹ero eran los ¨²nicos dos supervivientes de la derrota ante la Mannschaft en el Mundial de Brasil. Tambi¨¦n estaba Messi en la derrota de Argentina ante Venezuela (1-3) en marzo. Pero la Albiceleste, por entonces, era un equipo aturdido, sin identidad, que hasta cambi¨® tres veces de sistema para terminar sin respuesta en el Wanda. Tampoco es que ahora Argentina acampe en la panacea del buen juego, pero tiene, al menos, una idea concisa de lo que quiere hacer en la cancha. Lo insinu¨® ante Qatar, lo refrend¨® frente a Venezuela.
El libro de los lugares comunes, tantas veces utilizado en el mundo del f¨²tbol, dice que los equipos se arman de atr¨¢s para adelante. Argentina hizo al rev¨¦s, primero encontr¨® su ataque, con Messi, Ag¨¹ero y Lautaro, despu¨¦s busc¨® el equilibrio. Por momentos, lo tiene; en otros, se deshilacha en la zaga, sobre todo ante un delantero potente como Rond¨®n, rodeado por dos velocistas como Murillo y Mach¨ªs. A Venezuela no hay quien la mueva de su estilo. Ni el gol tempranero de Lautaro Mart¨ªnez desorganiz¨® a la Vinotinto. Pero se encontr¨® con una nueva Argentina en R¨ªo. Aliviada despu¨¦s de la victoria ante Qatar, la primera en un partido oficial para Scaloni, la Albiceleste se plant¨® en el campo de Venezuela.
No tardaron ni cinco minutos Lautaro Mart¨ªnez y Ag¨¹ero en mostrarles el DNI a la zaga venezolana, mientras Messi, en el callej¨®n del 10, arrastraba m¨¢s miradas que marcas, aunque se qued¨® siempre a un regate de reencontrarse con el gol en Maracan¨¢ (le marc¨® a Bosnia en 2014). Primero Ag¨¹ero advirti¨® a Fari?ez, despu¨¦s fue Pezzella el que no puedo rematar un c¨®rner, hasta que Lautaro desvi¨® de tac¨®n a la red el remate del Kun, tras un centro de Messi. Argentina despertaba. Embrujado en ataque y solidario en la medular, aunque dubitativo en la zaga. Ni colocar al central Foyth de lateral derecho le dio aplomo a la Albiceleste en el fondo. Pero Venezuela no estaba dispuesta a salir al golpe por golpe. Entonces, con Argentina sin prisas, el duelo cay¨® en un bache.
Momento para que se encienda la hinchada de Argentina con su ya famoso ¡°Brasil decime que se siente¡±, replicado por la afici¨®n brasile?a al canto de ¡°mil gols, mil gols, s¨® o Pel¨¦, Maradona cheirador¡±. El Maracan¨¢ palpitaba una posible semifinal de Am¨¦rica entre sus dos hijos predilectos. El duelo anduvo apagado hasta lo que tard¨® en volver a encenderse Lautaro Mart¨ªnez. Paredes le entreg¨® un precioso pase al espacio al delantero del Inter, que sac¨® un disparo furioso, que roz¨® el palo izquierdo de Fari?ez.
Argentina retrocedi¨® en el campo, dispuesta a jugar m¨¢s con los espacios que con el bal¨®n. Un riesgo para el equipo de Scaloni, sobre todo cuando Messi, Ag¨¹ero y Lautaro Mart¨ªnez se desentend¨ªan de las obligaciones defensivas. Meti¨® mano Scaloni en el once, pero la cosa no mejoraba para la Albiceleste. Ni Di Mar¨ªa ni Lo Celso le devolv¨ªan el control a Argentina, ya sin el incisivo Lautaro Mart¨ªnez en el campo. Hasta que apareci¨® Ag¨¹ero. El delantero del City sac¨® un remate potente, imposible de controlar para Fari?ez. El rebote lo pesc¨® Lo Celso para sellar el 2-0. Ya no hab¨ªa nada m¨¢s que decir. Argentina se pareci¨® un poco a Argentina, nada menos que en Maracan¨¢.
Messi: ¡°Est¨¢ claro que no est¨¢ siendo mi mejor Copa Am¨¦rica¡±
Hay un Messi distinto en Brasil. No regatea nunca una zona mixta y hasta se anim¨® a cantar el himno de Argentina en la previa del duelo ante Venezuela (antes afirmaba que no lo hac¨ªa a prop¨®sito por todas las cr¨ªticas que hab¨ªa recibido porque se dec¨ªa que no sab¨ªa la letra). Sin embargo, en la Copa Am¨¦rica, el 10 del Barcelona todav¨ªa no ha rendido en plenitud. ¡°Est¨¢ claro que no est¨¢ siendo mi mejor Copa Am¨¦rica¡±, se sincer¨® Messi. Y apunt¨® a el estado de los campos en Brasil: ¡°Se hace dif¨ªcil jugar con las canchas tan malas. Es una verg¨¹enza el estado de los campos de juego. La pelota parece un conejo: va picando para todos lados. A los que jugamos arriba se nos complica para controlar, para encarar en el mano a mano, para jugar a dos toques. Igual no es excusa y hay que acomodarse¡±.
El capit¨¢n de Argentina analiz¨® el cl¨¢sico del pr¨®ximo mi¨¦rcoles en el Mineirao. ¡°Brasil merece respeto por su historia y porque es local. Hizo un desgaste muy grande contra Paraguay, pero tiene futbolistas desequilibrantes que pueden cambiar el rumbo del partido en una jugada¡±, asegur¨® el rosarino. Y remat¨®: ¡°Creo que no hay favoritos en un Argentina-Brasil. Ellos hace m¨¢s tiempo que vienen trabajando con un proyecto, con un mismo entrenador y con una base de jugadores que no se modifica. De todos modos, en esta Copa Am¨¦rica todo est¨¢ muy parejo¡±.
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