La presi¨®n tambi¨¦n jug¨® con Argentina y Brasil

Cuando Argentina y Brasil se enfrentan siempre hay una emoci¨®n, un significado especial. Su rivalidad deportiva es m¨¢xima en todas las modalidades en las que compiten a nivel internacional. Y al ser el f¨²tbol el deporte m¨¢s practicado en ambos pa¨ªses, trasciende cualquier tipo de expectativa que puede generarse en un partido como el que se vivi¨® en la Copa Am¨¦rica.

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Me parece que Argentina todav¨ªa no ha encontrado el funcionamiento ideal para poder utilizar sus mejores individualidades, sobre todo a Leo Messi. Lionel Scaloni prob¨® al inicio de la Copa Am¨¦rica con un solo delantero. En los ¨²ltimos encuentros intent¨® usar a dos y tuvo una leve mejor¨ªa en cuartos de final frente a Venezuela. En semifinales se vio, en l¨ªneas generales, un poco m¨¢s de armon¨ªa. Messi, por ejemplo, fue el mejor ante Brasil ya que estuvo muy cerca del nivel que tiene habitualmente en el Barcelona. Pero esa armon¨ªa no alcanza a Sergio Ag¨¹ero, Lautaro Mart¨ªnez ni a los jugadores que entran en su recambio.

Adem¨¢s, no solamente fue la primera vez que Scaloni repet¨ªa equipo, sino que es la primera que se consigue en los ¨²ltimos 40 partidos de la selecci¨®n argentina. Han pasado cuatro t¨¦cnicos y ninguno pudo repetir por lesi¨®n, expulsi¨®n, buen o bajo rendimiento de alg¨²n futbolista.

Por el contrario, Brasil encontr¨®, en un esquema con cuatro defensores y cinco mediocampistas, c¨®mo cubrir las zonas de su campo y cortar cualquier acci¨®n rival elaborada. Eso le permiti¨® tener algunas jugadas a la contra, y con su gol se hizo m¨¢s evidente: se refugi¨® un poco m¨¢s en su campo y le dio mayor posesi¨®n a los argentinos. Con su segundo tanto se defini¨® el partido. Ya no se ve¨ªa con fuerzas a Argentina como para desequilibrar, y el ingreso de Miranda ayud¨® a que Brasil se consolidara e incluso intentara ampliar el resultado al contragolpe.

Indudablemente, el hecho de que haya pasado mucho tiempo desde el ¨²ltimo logro internacional de Argentina no s¨®lo pesa en los jugadores, tambi¨¦n en el pueblo y los hinchas argentinos. Genera mucha ansiedad y se la transmiten a los futbolistas, que si bien no tienen que acarrear con esa mochila de desilusi¨®n, es indudable que el hecho de perder tres finales en los ¨²ltimos cinco a?os hace que se les reproche la falta de consecuci¨®n de un t¨ªtulo.

Creo que es dif¨ªcil que los rivales puedan aprovechar este hecho, es una autopresi¨®n que se genera la selecci¨®n argentina y que indudablemente impide que puedan desarrollar el nivel que cada uno de sus jugadores tiene en sus equipos, en concreto en los europeos.

Brasil tambi¨¦n encara este torneo con mucha presi¨®n, pues tiene muy reciente la eliminaci¨®n repentina del Mundial que organizaron en 2014. En su caso, lleva tiempo consolidando la idea de su seleccionador, Tite. Eso se nota. Jugar ante su p¨²blico y tener la exigencia de alcanzar la final generaba una presi¨®n muy grande, pero a pesar de eso tiene un nivel de futbolistas y una cantidad muy buena que le permite consolidar cualquier sistema que proponga su t¨¦cnico para obtener tambi¨¦n buenos resultados. Y sin contar en este torneo con su jugador referente, Neymar.

El m¨¦rito de la selecci¨®n brasile?a es que va afianzando un estilo de juego. No es tan vistoso como uno est¨¢ acostumbrado por las caracter¨ªsticas t¨¦cnicas y f¨ªsicas de sus futbolistas, pero no deja de tener distintas variantes. En ocasiones supera con contundencia a sus rivales y en otras debe esforzarse mucho para ganar, como ocurri¨® ante Argentina.

Su futuro va asociado a los resultados y a¨²n queda la final del domingo. Sin embargo, habr¨¢ que ver c¨®mo llegan los futbolistas al Mundial de Qatar en 2022 y si tienen posibilidades de conseguir el t¨ªtulo. A priori, por la historia de su f¨²tbol, va a llegar una vez m¨¢s como gran candidata.

Juan Antonio Pizzi gan¨® la Copa Am¨¦rica como entrenador de Chile en 2016.