Egan Bernal ya es el favorito de la mayor¨ªa
Con su ataque en el Galibier, el joven colombiano muestra que es el m¨¢s fuerte
En Embrun, junto al lago, en la salida, se habla en franc¨¦s. Se habla de los falsos hermanos siameses ¡ªPinot y Alaphilippe¡ª cuyos ataques, defensas y haza?as varias han hecho del Tour del 19 el ya catalogado como el Tour m¨¢s hermosos de las ¨²ltimas d¨¦cadas, y nadie se atreve a ir m¨¢s lejos: no hay ya ciclistas viejos que los recuerden. Y tambi¨¦n se habla del m¨ªtico concepto del ciclismo a dos velocidades, acu?ado tras el esc¨¢ndalo Festina. Mientras hubiera tanto dopaje como el que manejaban Armstrong y sus rivales anuales, ning¨²n franc¨¦s podr¨ªa aspirar a nada: su velocidad era inferior porque su ciclismo era limpio.
En Valloire, casi seis horas m¨¢s tarde, se habla colombiano y a los discursos apocal¨ªpticos les acompa?a un apocalipsis cuando las nubes crecen del calor de la tierra y los r¨ªos en nada de tiempo y rompen contra las monta?as en truenos sonoros y revientan de agua donde Nairo canta sus alabanzas y donde Egan demuestra que es el m¨¢s fuerte.
Quiz¨¢s gane el Tour un franc¨¦s por primera vez desde 1985 (Hinault), pero m¨¢s quiz¨¢s parece que lo gane un colombiano por primera vez en su historia.
Alaphilippe resiste como puede, gracias a un descenso de acr¨®bata, su especialidad, y al trabajo de Enric Mas, quien en los Alpes no tendr¨¢ tiempo para perder el hipo viendo paisajes: ha recuperado pulmones, coraz¨®n y piernas, y los usa para marcar el mejor paso para su jefe. Pinot no ataca y se preocupa. ¡°He tenido un mal d¨ªa, he estado as¨ª as¨ª¡±, dice el franc¨¦s, el escalador que m¨¢s fuerte y agresivamente, junto a Landa, se movi¨® en los Pirineos. ¡°Pero en los dos d¨ªas que quedan de Alpes espero estar mejor y aprovecharme de la lucha que entablar¨¢n por la victoria el Movistar y el Ineos, los dos equipos m¨¢s fuertes¡±.
Los exagerados dicen que si su Movistar hubiera sido valiente, y no hubiera cambiado de t¨¢ctica mediada la etapa y trabajado solo para ganar una etapa, qu¨¦ miseria, Nairo podr¨ªa estar ahora con el maillot amarillo, o muy cerca. Y que por eso, pese a que Nairo diga que ¡°no hay conflicto¡± y que ¡°todo se habl¨® en el autob¨²s por la ma?ana¡±, vuelve a haber mal ambiente en el Movistar, seg¨²n les parece. Su cuenta pasa por el cuento de que fue su equipo, justamente, el que m¨¢s redujo su ventaja, que lleg¨® a ser de m¨¢s de ocho minutos en alg¨²n momento de la gran fuga.
Jos¨¦ Luis Arrieta, uno de los directores del Movistar, replica explicando que en qu¨¦ cabeza cabe pensar que a uno como Nairo los dem¨¢s equipos, empezando por el Ineos, le iban a dejar mantener los ocho minutos o aumentarlos. ¡°Cuando nos quitamos nosotros ya se puso el Ineos a tirar a por Nairo y a buscar el desgaste de Alaphilippe¡±, dice Arrieta. ¡°Y nos vino muy bien porque Castroviejo a tope tens¨® al grupo y podr¨ªa haber generado una oportunidad de ataque. Luego se vio que el m¨¢s fuerte es Egan. Yo dije a los m¨ªos que si atacaba no intentaran ir a su rueda, porque los reventar¨ªa. Por lo visto en el Galibier, es el favorito del Tour¡±.
Un hombre de la tierra
Castroviejo tir¨® desaforado en el Lautaret, el col en el que se rueda a 40, y con viento de espaldas, porque su Van Baarle, que deb¨ªa relevarle, remolone¨® en cabeza y tard¨® en asumir su trabajo, y al vasco no le gust¨®.
Todo le dio igual a Egan, que dice que atac¨®, casi coronando el Galibier, cuando ya todos ped¨ªan tiempo muerto y nadie le aguant¨® a la rueda m¨¢s de 20 metros (ni Valverde, el que m¨¢s lo intent¨®), porque se lo pidi¨® su jefe, Thomas. ¡°Me dijo, ¡®ataca, Egan, mueve esto a ver qu¨¦ pasa¡±, dice el colombiano de Zipaquir¨¢, de 22 a?os. ¡°Luego intent¨® venir conmigo, pero par¨® porque me tra¨ªa a todos los rivales¡±.
A Egan le preguntan, bajo el diluvio, si va a ganar el Tour, y ¨¦l responde ir¨®nico: ¡°?Qu¨¦ quieres, que te diga que s¨ª? Todo puede pasar. Estoy ah¨ª, pero el favorito es Alaphilippe, que va l¨ªder¡±.
Egan, como Nairo, es un hombre muy pegado a su tierra, y como a Nairo le gusta recorrerla y se sienta a hablar con ¨¦l de los pueblos y de su Cundinamarca, y de Lucho Herrera, el patriarca, y de la Boyac¨¢ de Nairo, dos departamentos tan parecidos. Y a Nairo le reconoce su jerarqu¨ªa de m¨¢s grande ciclista colombiano de siempre y de aventurero valiente que abri¨® la puerta a su generaci¨®n. Pero, en los Alpes, en los que se siente tan a gusto ¡ª¡°me sent¨ª mucho mejor por encima de los 2.000m, no s¨¦ si solo fue una ilusi¨®n¡±, dice¡ª no dudar¨¢ en derrotarle y agarrar el testigo.
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