Javier Beir¨¢n: ¡°La cabeza es la mayor fuerza de todas¡±

En el inicio de la preparaci¨®n para el Mundial, Scariolo advirti¨® que este era el a?o en el que ¡°menos fijos y m¨¢s plazas libres¡± hab¨ªa en busca de la selecci¨®n definitiva. Javier Beir¨¢n (Madrid, 32 a?os), uno de los referentes en las ventanas de clasificaci¨®n, pelea ahora por una de esas plazas para estar entre los 12 jugadores que pondr¨¢n rumbo a China a final de mes. La inevitable referencia de su padre, Jos¨¦ Manuel (plata ol¨ªmpica en Los ?ngeles ¡¯84), el punto de inflexi¨®n al que le aboc¨® su grave lesi¨®n de rodilla en 2016, y la ilusi¨®n por representar a Espa?a en un gran campeonato vertebran sus cerebrales reflexiones.

Pregunta. Jug¨¢ndose el puesto, ?hay m¨¢s ilusi¨®n o presi¨®n?

Respuesta. Yo tengo much¨ªsima ilusi¨®n. Cuando estaba en las ventanas me preguntaban si me estaba ganado un puesto y yo respond¨ªa siempre que para lo que estaba all¨ª era para clasificar a Espa?a. Ahora hay hueco para luchar por ello y en eso estoy. Ojal¨¢ sea una opci¨®n. Depender¨¢ tambi¨¦n de lo que necesite el seleccionador, de quien le d¨¦ m¨¢s confianza o de los complementos que necesite para las piezas importantes del equipo.

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P. Alguien que ha perseguido tanto el sue?o de la selecci¨®n, ?c¨®mo entiende que haya jugadores que renuncien a ella?

R. La vida personal de cada uno no la sabemos. Yo siempre que he podido he venido, no renunciar¨ªa nunca. Hay cosas que se pueden entender y otras¡­ Ojal¨¢ pueda estar aqu¨ª m¨¢s a?os.

P. En mayo le dieron el premio a los valores de la Liga Endesa, ?el deporte de ¨¦lite potencia siempre esos valores?

R. Yo lo intento. Adem¨¢s de buscar buenos n¨²meros quiero transmitir otras cosas. En la alta competici¨®n a veces es dif¨ªcil porque hay situaciones que te llevan por otros caminos. Pero para eso vale la educaci¨®n y el camino que te han marcado desde peque?ito. Sacar lo mejor de ti hasta cuando peor te van las cosas es lo que te hace crecer.

P. Con una referencia tan marcada como la de su padre, ?el baloncesto le lleg¨® sin buscarlo?

R. Yo jugaba al f¨²tbol y era lo que m¨¢s me gustaba. Pero un d¨ªa me levant¨¦ dispuesto a hacer las pruebas de baloncesto. Quiz¨¢ por todo lo que me hab¨ªa empapado antes en casa. Pero mi padre nunca fue pesado conmigo. Eso me ayud¨® a no odiar este deporte, como le ha pasado a alguno.

P. ?No le ense?aba la medalla de Los ?ngeles para despertar su curiosidad?

R. Me contaba historias, pero no muchas. Tiene un bal¨®n firmado por todos los de aquel equipo, una foto con Fernando Mart¨ªn, otra viendo una carrera de Abascal... Pero no me insisti¨® para que jugara al baloncesto.

P. ?Y usted cu¨¢ndo le dio dimensi¨®n a la carrera de su padre?

R. Pues el d¨ªa que pens¨¦ ¡®mi padre jug¨® una final contra Michael Jordan¡¯. De peque?o no tienes mucha idea de lo que son unos Juegos, de lo dif¨ªcil que es jugar en la selecci¨®n y conseguir una medalla. Pero Jordan era el ¨ªdolo de todo el mundo y era una manera de dimensionar aquello que fue grandioso. Tardamos 24 a?os en lograr otra medalla ol¨ªmpica.

P. ?Nunca le ha pesado la figura paterna?

R. No. He jugado con otros compa?eros en la misma situaci¨®n que no lo pudieron superar. Pero yo siempre le he tenido m¨¢s como padre que como exjugador. Le¨ªa unas palabras de Zidane, cuando se hablaba de que su hijo iba a ser el segundo portero del Madrid, en las que dec¨ªa que desde los 18 a?os le avis¨® de que su vida iba a ser as¨ª, con esa presi¨®n. La comparaci¨®n siempre fue inevitable, pero somos muy diferentes. El baloncesto es diferente. ?l era un especialista anotador, tirador¡­ Ahora tienes que ser buen¨ªsimo para sobrevivir haciendo solo una cosa. Sin defender, rebotear o jugar para el equipo es muy dif¨ªcil hacerte un hueco. No soy un portento f¨ªsico que juega por encima del aro, por eso intento hacer muchas m¨¢s cosas.

P. Tiene 32 a?os que es casi la edad con la que se retir¨® ¨¦l.

R. Yo estoy casi empezando (risas). Cuando me lesion¨¦ pens¨¦, para animarme, que era un par¨®n en mitad de mi carrera. Hab¨ªa hecho casi 10 a?os de profesional y no es que me pusiera la meta de seguir hasta los 40, pero s¨ª abrir otra etapa. La ciencia ha evolucionado mucho. ?l tambi¨¦n se rompi¨® el cruzado y cuando compar¨¢bamos las recuperaciones no hab¨ªa color. Antes se hac¨ªan salvajadas para volver r¨¢pido. Yo me veo muy bien, no me duele nada y es un lujo poder disfrutar y alargar la carrera. No pienso en la retirada.

P. M¨¦dicos y deportistas dicen que ese tipo de lesi¨®n te cambia como jugador y como persona.

R. S¨ª. No es un t¨®pico. No es que seamos una raza, pero solo los que lo hemos vivido somos capaces de explicarlo al cien por cien. Yo me lesion¨¦ en el mejor momento, era el mejor espa?ol de la Liga, todo me iba genial¡­ y al mes ya nadie se acordaba de m¨ª. Te encuentras solo con tu fisioterapeuta. Pasas de estar jugando toda tu vida un deporte colectivo a jugar uno individual. Yo contra mi rodilla. Para eso no te prepara nadie. Crec¨ª much¨ªsimo. Vi que mi potencial en la vida era m¨¢s grande del que pensaba. Eso te hace mejor. Ojal¨¢ no me hubiera lesionado, pero no lo cambio. No hay que tener miedo a no ser el mismo. No hay que ser el mismo, puedes ser mejor. Las situaciones extremas te llevan a los l¨ªmites extremos. Tambi¨¦n hay que tener mucha paciencia. A los cinco meses estaba corriendo y me quedaban otros cinco para volver. Siempre tuve la cabeza fr¨ªa.

P. ?Hay soporte psicol¨®gico en el deporte de elite para afrontar esos procesos?

R. Yo tengo la suerte de que mi padre es psic¨®logo y en sus valores seguro que me ha transmitido esos conocimientos. Pero muchos se tienen que buscar esa ayuda de forma externa porque no siempre est¨¢ integrado en los clubes y es algo fundamental. Vivimos mucha presi¨®n y no es f¨¢cil llevarla. Cuando las cosas te van mal hay veces que la cuesti¨®n no es sudar m¨¢s y tirar m¨¢s a canasta. La cabeza es la mayor fuerza de todas y hay que trabajarla. Siempre ha habido miedo a integrar la psicolog¨ªa. Parece que est¨¢s muy mal si vas al psic¨®logo y, sin embargo, es igual de fundamental que un fisio. A veces basta con tres rutinas, pero son imprescindibles.