Marc M¨¢rquez, el arte de pilotar tumbado

Inclinar m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de la f¨ªsica es tendencia en el mundial de motociclismo. La evoluci¨®n t¨¦cnica de las motos ha corrido en paralelo con una transformaci¨®n de la conducci¨®n, y los pilotos tratan de optimizar el paso por curva trazando con la oreja a un palmo del piano que fija los l¨ªmites del circuito. Marc M¨¢rquez, l¨ªder del mundial con una ventaja de 63 puntos sobre Andrea Dovizioso, es quien m¨¢s explota las plegadas al l¨ªmite y los registros que arroja su telemetr¨ªa han abierto el debate sobre hasta qu¨¦ punto es posible recostar una moto sin terminar por los suelos. Los 66 grados de inclinaci¨®n alcanzados por M¨¢rquez en Sachsenring hicieron que los ingenieros de HRC se llevaran las manos a la cabeza.

Takeo Yokoyama, jefe del departamento de carreras de Honda y conocedor al dedillo del comportamiento de las motos de la marca, admite que los 66 grados de inclinaci¨®n son un registro ¡°impresionante¡± pero avanza que, con M¨¢rquez al manillar, ¡°no se puede descartar que alcance los 67 grados¡±. De hecho, el pentacampe¨®n mundial de MotoGP ostenta un r¨¦cord m¨¢s asombroso pese a ser oficioso. Fue en la carrera de Brno en 2014 cuando la Honda se dobl¨® hasta los 68,3 grados. La foto que dej¨® aquella trazada es inveros¨ªmil, con el hombro y el costillar del piloto rozando el asfalto en una curva de derechas. Pero la estampa no fue voluntaria sino que era consecuencia de una casi ca¨ªda, salvada in extremis por M¨¢rquez. Como si se reprodujera la adivinanza de qu¨¦ fue primero, si el huevo o la gallina, las plegadas extremas de M¨¢rquez abren la duda de qu¨¦ fue antes, su t¨¦cnica de pilotaje o las exigencias de la Honda.

Desde que irrumpi¨® en el mundial, el 93 ha hecho gala de un pilotaje basado en descolgar medio cuerpo del carenado para trazar las curvas, pero nunca antes lo llev¨® tan al l¨ªmite como en los ¨²ltimos tiempos a los mandos de la RC213V. Las demandas del tren delantero de la Honda para entrar de manera r¨¢pida y estable en las curvas han sido un quebradero de cabeza para los pilotos, siendo Jorge Lorenzo el ejemplo m¨¢s evidente de lo que cuesta adaptarse a ello. ¡°Yo no puedo inclinar hasta los 66 grados y no lo har¨¦ nunca porque no es mi estilo de pilotaje¡±, apunt¨® Cal Crutchlow.

El brit¨¢nico, que tiene fama de lenguaraz, abund¨® en los requerimientos de la montura: ¡°Por desgracia, la moto de este a?o necesita que nos inclinemos m¨¢s para hacerla girar, pero cuando yo lo hago, me caigo¡±. No es el ¨²nico al que le incomoda tumbar de manera vehemente. En Ducati, Andrea Dovizioso reconoce que ¡°el mejor feeling¡± lo tiene cuando pilota m¨¢s tieso, con el hombro m¨¢s cercano a la moto. Reconoce que descolg¨¢ndose podr¨ªa mejorar su paso por curva pero que, entonces, ¡°no podr¨ªa llevar la moto al l¨ªmite¡±. En un encuentro organizado por DAZN, ?lex Crivill¨¦, campe¨®n del mundo de 500 en 1999 a los mandos de una Honda, le reconoc¨ªa a Marc M¨¢rquez que, entonces, superar los 58 grados de inclinaci¨®n equival¨ªa a una ca¨ªda.

Los neum¨¢ticos

M¨¢rquez pone de relieve que la transformaci¨®n de los neum¨¢ticos ha sido clave para poder inclinar de manera extrema sin incurrir en riesgos excesivos. Sin embargo, pese a que, por sus ¨¦xitos, el piloto de Cervera es quien m¨¢s ha popularizado la t¨¦cnica del descuelgue y el uso del codo para reforzar el apoyo en las curvas, este estilo de pilotaje ya lo emple¨® Jean-Philippe Ruggia para competir, hace veinte a?os, en el mundial de 250 cent¨ªmetros c¨²bicos. El piloto franc¨¦s cosech¨® discretos resultados y su m¨¦todo qued¨® relegado.

Para dejar huella en el mundial siempre hizo falta ganar. Kenny Roberts fue pionero en este sentido, imponiendo la moda de sacar la rodilla y deslizarla por el asfalto para apoyarse en las curvas. Roberts gan¨® tres mundiales y cre¨® escuela.