La memoria de V¨ªctor Cabedo en la salida de la Vuelta en Onda
Jos¨¦ y ?scar, director y ciclista del Burgos, recuerdan en su pueblo a su hermano, ciclista que muri¨® atropellado hace siete a?os
Rigo Ur¨¢n espera en una UCI de un hospital de Barcelona que su organismo se recupere para poder operar sus huesos, rotos el jueves.
El pelot¨®n desciende entre quebradas y barrancos del Maestrazgo seco. Una curva se cierra m¨¢s de lo esperado, un equipo se cierra, los ciclistas forman un acorde¨®n s¨²bito que se abre y se cierra de lado a lado, incontrolado. Al fondo de la ca¨ªda inevitable, Rigo. Su hombro izquierdo, que recibi¨® el impacto del asfalto se ha destrozado; en varios pedazos, alrededor de una placa met¨¢lica, recuerdo de otra fractura antigua, se pulveriza la clav¨ªcula, y tambi¨¦n la esc¨¢pula; Las costillas no resisten el peso de bicis y compa?eros que se amontonan encima, y ceden, y tocan los pulmones. Los que han ca¨ªdo y pueden seguir se levantan r¨¢pido y contin¨²an; los que no, aceleran a su lado para no perder rueda sin siquiera mirar el desastre. La indiferencia estremece.
¡°?Indiferencia?; en absoluto, necesidad¡±, dice ?scar Cabedo, ciclista del Burgos. ¡°Es una imposici¨®n, una insensibilidad exterior a la que te fuerzas, porque ves la ca¨ªda y sufres por los que est¨¢n ah¨ª, y entiendes que el ciclismo es as¨ª, en una nada pasas de volar a d¨¢rtela, pero si pensaras que te puede pasar a ti ni siquiera montar¨ªas en bicicleta¡±.
La etapa sale de Onda, chimeneas de cer¨¢micas en el horizonte, en Castell¨®n, el pueblo de ?scar y de su hermano Jos¨¦, el director de su equipo. Los corredores firman antes de salir en un estrado alzado justo delante de un pabell¨®n polideportivo llamado V¨ªctor Cabedo Card¨¢, en honor de su hermano, tambi¨¦n ciclista, que muri¨® hace siete a?os cuando un coche le mand¨® por un barranco de la sierra de Espad¨¢n, cerca de su pueblo, mientras se entrenaba.
Ten¨ªa 23 a?os. Corr¨ªa en el Euskadi. Era de la generaci¨®n de Mikel Landa y se le auguraba un futuro al menos tan espl¨¦ndido como al alav¨¦s. ¡°Cuando el muri¨® yo ten¨ªa 17 a?os y no montaba en bicicleta a¨²n, y le admiraba por su meticulosidad, porque despu¨¦s de cada entrenamiento volcaba todos los datos en el ordenador y se tiraba media hora analiz¨¢ndolos y compar¨¢ndolos con los de otros d¨ªas¡±, dice ?scar, quien se hizo ciclista en cierta medida por su deseo de terminar lo que su hermano hab¨ªa dejado a medias. ¡°S¨ª, un poco eso, y tambi¨¦n porque somos una familia ciclista, mis padres, mis hermanos, todos¡±. Y est¨¢ un poco nervioso, y emocionado, y su hermano, el hermano mayor, el director, porque salen de su pueblo, y est¨¢n orgullosos. ¡°Vemos todos los d¨ªas el nombre y la foto de nuestro hermano en el pabell¨®n, y m¨¢s que hacernos pensar en ¨¦l, que ya pensamos cada minuto sin necesidad de ver su foto, nos emociona pensar que todos los chavales del pueblo sabr¨¢n qui¨¦n es y su vida, y siempre estar¨¢ en el recuerdo de todos¡±, dice Jos¨¦, que como ciclista lleg¨® a amateur y lo dej¨®. Durante la etapa, Jos¨¦, con el coche, y ?scar, en bicicleta, vuelven a pasar por las carreteras en las que se hicieron ciclistas, en las que muri¨® su hermano. ?scar sue?a con volar y llegar destacado, y alg¨²n d¨ªa puede que lo logre, pero tambi¨¦n sabe que puede que no. ¡°Los sue?os son muy dif¨ªciles de alcanzar¡±, dice, y pedalea.
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