Novak Djokovic, eternamente sospechoso

Seguramente, la de Nick Kyrgios es una de las voces menos sensatas del tenis. Sin embargo, el pol¨¦mico y deslenguado australiano, conocido por sus salidas de tono constantes e impertinencias varias sobre la pista, pronunci¨® hace no mucho una frase cargada de realidad: ¡°Federer est¨¢ a otro nivel, Nadal es lo opuesto a m¨ª y Djokovic tiene una obsesi¨®n enfermiza por ser querido¡±.

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Indiscutible lo primero y lo segundo, el joven tambi¨¦n desliza una idea compartida en muchos rincones del circuito y tambi¨¦n por muchos aficionados. Por una raz¨®n u otra, el serbio, retirado ante Stan Wawrinka porque su hombro izquierdo le marc¨® definitivamente el l¨ªmite, no consigue unanimidad en los afectos. ¡°Novak se col¨® entre Rafa y Roger y se convirti¨® en el jefe. Les ha quitado Grand Slams y nadie m¨¢s ha logrado hacerlo. A ¨¦l le veo como al jugador de la gente, porque ha demostrado que si eres lo suficientemente bueno puedes tener ¨¦xito¡±, argumentaba recientemente Boris Becker, el t¨¦cnico que supervis¨® el bienio dictatorial de Nole entre 2015 y 2016.

Sin embargo, el ¨²ltimo episodio en Nueva York, cuando el n¨²mero uno fue pitado por un significativo porcentaje de la pista central al abandonar el duelo con 6-4, 7-5 y 2-1 en contra, tras 1h 46m, vuelve a subrayar la desafecci¨®n hacia un campe¨®n que lo ha ganado pr¨¢cticamente todo. Le ocurri¨® tambi¨¦n en Wimbledon, hace un mes. Entonces, durante la final con Federer el p¨²blico londinense anim¨® a rabiar al suizo, contrariado y dolido, porque gana y gana pero no termina de calar del todo en la gente, o al menos no tanto como se presupone a un ganador de su categor¨ªa o al nivel de Federer y Nadal.

Con estos, a excepci¨®n del debate estil¨ªstico que marca la raya y divide a los incondicionales de uno y otro, no hay fisuras. Mientras tanto, Djokovic es el sospechoso eterno, en gran medida porque arrastra una pesada herencia del pasado. Pese a que pasen los a?os y Nole haya renovado su comportamiento, ejemplar la mayor parte del tiempo, a¨²n se le asocia al joven marrullero que enredaba los partidos con picard¨ªa y desafiaba con algunas argucias discutibles a los rivales. El nexo est¨¢ ah¨ª, recogido en un trasfondo viciado que genera adhesi¨®n y rechazo a dosis similares.

Los casos de McEnroe y Connors

Existe en torno al serbio una dicotom¨ªa dif¨ªcil de comprender. Cuando el Djokovic maduro se impone y predominan la linealidad y las buenas formas, se echa en falta al competidor canallesco de los viejos tiempos; sin embargo, cuando este reaparece espor¨¢dicamente, los reproches se disparan y enseguida surge la comparativa tendenciosa con Nadal y Federer. ¡°Cuando Novak tenga 37 a?os, las cosas estar¨¢n de su lado. En su d¨ªa ocurr¨ªa lo mismo con John McEnroe y Jimmy Connors. A medida que un campe¨®n se acerca al final de su carrera gana seguidores¡±, opina la exjugadora Barbara Schett, ahora una de las voces internacionales de la raqueta que encabeza las retransmisiones de Eurosport junto al sueco Mats Wilander.

¡°?l est¨¢ siendo v¨ªctima de su obsesi¨®n por sentirse apreciado. Cree que la gente es injusta con ¨¦l y eso le hace alejarse todav¨ªa m¨¢s de ellos¡±, apuntaba despu¨¦s del cap¨ªtulo en la final de Wimbledon el prestigioso exdoblista Tood Woodbridge. ¡°No me gustar¨ªa que la gente infravalore lo que ha hecho Novak porque sus resultados son incre¨ªbles. Piensas en McEnroe, Connors o Agassi, y ha ganado el doble que ellos. Ojal¨¢ consideren m¨¢s todo lo que ha hecho¡±, expon¨ªa al mismo tiempo el estadounidense Andy Roddick, exn¨²mero uno.

En medio de todo, el hombro descabalga en el presente inmediato a Djokovic (32 a?os y 16 grandes) de la gran carrera por la historia y este contin¨²a sinti¨¦ndose cuestionado, mientras una parte de la grada neoyorquina considera que deber¨ªa haber terminado el partido de octavos. Los esc¨¦pticos recelaban de su dolencia y esta le ha obligado a echar el freno, adem¨¢s de a?adir interrogantes al futuro a corto plazo. ¡°Si la mayor¨ªa est¨¢ de tu lado, eso te ayuda y te aporta energ¨ªa¡±, expone el rey del circuito, que no quiso especificar qu¨¦ tipo de lesi¨®n sufre; ¡°pero si no lo est¨¢, debes encontrar la fuerza dentro¡±.