Rumania busca la identidad perdida
El f¨²tbol rumano, alejado de sus a?os gloriosos, intenta remontar con la formaci¨®n de talentos en escuelas de f¨²tbol como la de Gica Hagi
El estadio nacional de Bucarest se erige altivo a las afueras de la ciudad. Las coquetas arcadas exteriores sustentan una estructura moderna inaugurada en 2011 con motivo de un Ruman¨ªa-Francia de clasificaci¨®n para la Eurocopa 2012. En el estreno, el pueblo rumano enton¨® el "?Desteapta-te, rom?ne! "(despierta rumano), una marcha contra el Gobierno de Ceausescu, que volvi¨® a ser el himno oficial del pa¨ªs tras la ca¨ªda del r¨¦gimen comunista. El recinto, que ser¨¢ una de las multisedes de la pr¨®xima Eurocopa, est¨¢ por encima de la realidad actual del f¨²tbol rumano. Alejado de esas dos generaciones que enlazaron los a?os ochenta y los noventa, liderados por Lazlo Boloni, la primera, y Gica Hagi, la segunda, Ruman¨ªa vive cierto repunte emocional con su selecci¨®n auspiciado por las semifinales que alcanz¨® la sub-21 en el pasado Europeo disputado en Italia.
Ausente Rumania de la Copa del Mundo desde 1998, los aficionados volvieron a entusiasmarse con el f¨²tbol durante este verano. Los bulevares de Bucarest fueron un hervidero futbol¨ªstico para celebrar el ¨¦xito de un grupo de chicos en los que el pa¨ªs tiene puestas las esperanzas para relanzar el f¨²tbol y a la selecci¨®n. ¡°Apostar por los j¨®venes e intentar sacar jugadores es lo ¨²nico que podemos hacer. Pero se necesita dinero para invertir en ellos¡±, advierte Gica Popescu, exjugador del Barcelona y componente de la selecci¨®n rumana que alcanz¨® los cuartos de final en el Mundial 94. ¡°Nuestros clubes apenas logran ¨¦xitos en Europa. La pol¨ªtica de la UEFA de que los equipos espa?oles, italiano, ingleses o alemanes tengan cuatro participantes en la Champions de manera directa hace mucho da?o. No puede ser que el Steaua de Bucarest o el campe¨®n de Liga rumano, da igual el que sea, tenga que jugar cuatro rondas previas para llegar a la Champions. Es un sistema muy injusto, una barbaridad. Todos somos europeos y debe haber una igualdad mayor en el reparto del dinero¡±, se lamenta el exazulgrana, que encuentar una raz¨®n para el baj¨®n del f¨²tbol en Ruman¨ªa: ¡°En los a?os 90, por la crisis econ¨®mica, desaparecieron muchos clubes y escuelas de f¨²tbol que reclutaban a los talentos. Eso nos ha hecho mucho da?o¡±.
Popescu trabaja ahora mano a mano con Gica Hagi en la formaci¨®n de jugadores. Lo hacen a trav¨¦s de una academia y un club, el Viitorul de Cosntanza, propiedad del primero. ¡°Hagi es un enamorado de Cruyff y ha importado los sistemas de formaci¨®n del Barcelona, el 4-3-3, el juego de toque¡ Pero necesitas buenos jugadores y hay que buscarlos y formarlos con pocos medios. Ahora mismo el 30% de los jugadores de todas las selecciones de mi pa¨ªs proceden de nuestro club¡±, advierte Popescu. En el Viitorul se form¨® Ianis Hagi, el hijo del gran s¨ªmbolo del f¨²tbol rumano. ¡°Tiene mucho talento, pero a¨²n es joven, solo tiene 20 a?os. No es zurdo cerrado como el padre, todo lo contrario, pocas veces he visto un jugador que tenga un manejo de las dos piernas tan perfecto. Ahora est¨¢ en el Genk, un club formador belga que puede ser el paso previo a un salto mayor¡±, prosigue Popescu, que tambi¨¦n describe a Razvan Marin, el jugador que ha elegido el Ajax para intentar reemplazar a De Jong: ¡°Es un buen centrocampista, con buen golpeo de bal¨®n y visi¨®n, pero tiene que adaptarse ahora al f¨²tbol del Ajax¡±.
Para Popescu, bajo la direcci¨®n de Cosmin Contra, su selecci¨®n ha recuperado el alma. ¡°Desgraciadamente, hemos tenido unos a?os en los que parec¨ªa que ir a la selecci¨®n no era importante. Contra ha recuperado el orgullo de que los chicos jueguen para Ruman¨ªa. En cuanto al estilo, cuando ha tenido que atacar mucho contra selecciones m¨¢s peque?as lo ha hecho, contra Espa?a buscar¨¢ el contragolpe, pero siempre con una agresividad y una intensidad acorde con lo que se le pide a la selecci¨®n en Ruman¨ªa¡±.
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