Una Blanca Nieves aut¨¦ntica

Blanca Nieves, as¨ª bautizada por la obsesiva fascinaci¨®n de los Fern¨¢ndez Ochoa por el esqu¨ª, no por sus siete hermanos, fue encontrada muerta este mi¨¦rcoles como vivi¨®. En plena naturaleza. La ni?a que creci¨® atrapada por el esqu¨ª y ya campeona gozaba con el golf y las cumbres de Cercedilla, ten¨ªa 56 a?os. Gui?os del maldito destino: la misma edad a la que en 2006 falleci¨® por un c¨¢ncer linf¨¢tico Paquito, su hermano mayor, el motor de su fant¨¢stica carrera. Blanca fue tan pionera y quijotesca como el primog¨¦nito de los Fern¨¢ndez Ochoa. Una familia a la que la mudanza de Carabanchel a Cercedilla supuso un giro copernicano.

La perpetua sonrisa de Paquito se hizo universal el 13 de febrero de 1972, cuando se convirti¨® en un Houdini del esqu¨ª espa?ol. Como ?ngel Nieto en el motociclismo o Severiano Ballesteros en el golf. Tipos ¨²nicos, espont¨¢neos. En un pa¨ªs ya de por s¨ª de barbecho deportivo ¡ªlos ¨²nicos oros hab¨ªan sido conseguidos por Jos¨¦ de Am¨¦zola y Francisco Villota en pelota vasca en 1900 y por la h¨ªpica en 1928¡ª, el esqu¨ª era la nader¨ªa. Y m¨¢s si la gesta llegaba desde el Lejano Oriente, con el eco de Sapporo (Jap¨®n). Un trueno tal en el hogar de los Fern¨¢ndez Ochoa que despert¨® a la peque?a Blanca, que ten¨ªa nueve a?os.

Espa?a se qued¨® helada durante 20 a?os. Lo que tard¨® Blanca en conquistar un bronce en Albertville 92, sus cuartos y ¨²ltimos Juegos Ol¨ªmpicos. Mientras se confirmaba si era tercera o cuarta, Blanca se desga?itaba en la meta: ¡°?Cuarta no, cuarta no, cuarta no!¡±. Confes¨® que hubiera preferido un puesto peor, pero jam¨¢s alejarse del podio por un me?ique. M¨¢xime cuando en Canad¨¢ (Calgary 88) se qued¨® sin metal por una ca¨ªda. Pero ni ba?ada en bronce, ni siendo la primera espa?ola con metal ol¨ªmpico, abort¨® sus planes de retirada a los 29 a?os. Ni el mism¨ªsimo Juan Antonio Samaranch, mandam¨¢s del deporte espa?ol, logr¨® aplazar su huida.

Tan firme decisi¨®n quiz¨¢ remit¨ªa a su infancia, como ella cont¨® a EL PA?S en febrero de 2014. Blanca Nieves fue v¨ªctima de su propio nombre: ¡°Viv¨ªamos en el Puerto de Navacerrada. Mi padre era gerente de una escuela de la Federaci¨®n de Esqu¨ª y mi madre la cocinera. El esqu¨ª empez¨® como un juego. Luego pas¨® a ser una obsesi¨®n. Y m¨¢s tarde mi profesi¨®n. Recuerdo una infancia muy dura. Fui seleccionada para el equipo espa?ol de promesas y me enviaron con 11 a?os internada a un colegio en Viella, en el Valle de Ar¨¢n. Me alejaron de mis padres, de mi casa, de mis amigos y lo pas¨¦ francamente mal, llor¨¦ mucho. Fue una obsesi¨®n impuesta. No me gustaba esquiar ni pasar fr¨ªo¡±.

Blanca dej¨® la nieve y la vida tambi¨¦n le supuso un eslalon tras otro. No le fueron del todo bien los negocios y se dej¨® ver por las pasarelas televisivas. Tampoco dio con la conciliaci¨®n familiar. En 1991 se cas¨® con Daniele Fioretto, al que hab¨ªa conocido con 14 a?os al tratarse del director deportivo del equipo espa?ol de esqu¨ª. Se separaron en 1994 y su segunda uni¨®n, con David Fresneda, due?o de una escuela de buceo en Murcia y padre de sus hijos, Olivia y David, tampoco perdur¨®. Ella, Olivia, ya es internacional en rugby.

Toda una estirpe de deportistas a los que Blanca, como Paquito, deja un legado imborrable: haber sido ¨²nica. Si ¨¦l lo fue en una disciplina casi clandestina a nivel profesional, ella sigui¨® la estela en un mundo espa?ol en el que la mujer a¨²n deb¨ªa regatear muchas m¨¢s puertas de las que Blanca tuvo que sortear en sus vertiginosos descensos. Otra intr¨¦pida, como en ¨¦pocas m¨¢s remotas la tenista Lil¨ª ?lvarez, la nadadora Mari Paz Corominas, la atleta Carmen Valero...

La nieve fue su destino irremediable. ¡°Mi hermano Juan Manuel [ol¨ªmpico en 1976] dice que me pon¨ªan el dorsal y me empujaban cuesta abajo. Fue ganar el oro Paco y poco menos que investigarnos para encontrar en la familia otro gen campe¨®n¡±. Tan campeones que Paquito y Blanca Nieves a¨²n son el gran testamento del esqu¨ª espa?ol.