El mayor abrazo de El Molin¨®n a Quini
La afici¨®n sportinguista aclama a El Brujo tras un triplete al Espanyol en un partido que empez¨® abroc¨¢ndole a ¨¦l y a su hermano por unas pol¨¦micas declaraciones

El 2 de diciembre de 1973 el Sporting visit¨® el Camp Nou. Quini, que estaba ya por su sexta temporada en el club, ten¨ªa 25 a?os y hac¨ªa tres que era internacional. El Barcelona llamaba a su puerta. En el equipo tambi¨¦n estaba su hermano Jes¨²s, dos a?os m¨¢s joven, portero titular, conocido como Castro.
La v¨ªspera, el peri¨®dico deportivo barcelon¨¦s Dicen public¨® una entrevista a d¨²o firmada por el corresponsal en Gij¨®n, Jos¨¦ Vicente Pi?era. En ella se quejan, en un tono no excesivo, de su situaci¨®n econ¨®mica. Quini expresa su deseo de ser traspasado ¡°con el consentimiento de la directiva y la afici¨®n¡±. ¡°Me quedar¨ªa muy a gusto en el Sporting si nadie se interesara por m¨ª¡±. Dice que para estar en un club modesto est¨¢ bien pagado, pero que la diferencia respecto a lo que podr¨ªa ganar en otro lado es mucha.
El caso de su hermano era diferente. Se queja de que cualquiera que llega al club gana m¨¢s que ¨¦l: ¡°No gano ni la mitad de lo que merecer¨ªa, de ah¨ª viene mi baja forma. La moral no es la misma¡±. Tambi¨¦n admiten que en la anterior temporada, tras una reclamaci¨®n de mejora no atendida, decidieron plantarse y no jugar contra el Betis, aunque al final... ¡°jugamos porque nos obligaron¡±.
El partido acab¨® con victoria del Bar?a 5-1. Quini marc¨® el solitario gol, pero su hermano encaj¨® cinco. El d¨ªa siguiente, el mal resultado (s¨¦ptima derrota en 12 jornadas) se mezcl¨® con las declaraciones, recogidas por El Comercio, y llenaron de indignaci¨®n a los aficionados. Sobre todo lo de Castro, en cuyas palabras se percibi¨® una velada insinuaci¨®n de que mientras no le mejoraran¡
Fue el tema de toda la semana. Un chiste de El Comercio saca a dos aficionados hablando: ¡°Castro y Quini dicen que ganan poco¡±. ¡°Pues no les falta raz¨®n, en lo que va de Liga solo han ganado cinco partidos¡±. El d¨ªa siguiente insiste en el tema: un portero vestido como tal hablaba con un directivo: ¡°O me suben la moral o me meter¨¢n los goles de dos en dos¡±.
No se habla de otra cosa. El viernes, el club decide multar a los dos, a Quini con 10.000 pesetas y a Castro, con 30.000. Para algunos la sanci¨®n era corta, para otros no era para tanto, y en Llaranes, el barrio de Avil¨¦s donde se criaron, se abri¨® una colecta para reunir la cantidad.
El domingo se recibe al Espanyol. Ante la situaci¨®n, los dos hermanos publican una carta conjunta en la prensa local. Tienen la gallard¨ªa de no echar la culpa al mensajero. Admiten lo dicho y lo razonan. Expresan que la vida del jugador es corta, que es leg¨ªtimo aspirar a ganar m¨¢s y hacen promesas de cari?o hacia el Sporting.
Cuando el equipo salta al campo y forma para la foto, la bronca es tremenda. Al disolverse el grupo tras el posado, Quini recibe un gui?o de solidaridad del medio Jos¨¦ Manuel, y le responde: ¡°Tranquilo. Esto lo arreglo yo con dos goles¡±.
Cada vez que la toca uno de los hermanos hay pitos. En el minuto 17, Quini recibe en la media un pase de Vald¨¦s, avanza unos metros y antes de llegar al ¨¢rea suelta un zambombazo que se cuela por la escuadra izquierda de Bertomeu. Tras el ritual clamor de ?Gooool! suenan algunos aplausos cuando regresa al centro del terreno. En el 25 hay una falta de Granero a Churruca junto al lateral del ¨¢rea. La saca el propio Churruca y Quini, ganando a De Felipe y Bertomeu, machaca el 2-0 de imponente cabezazo. M¨¢s aplausos.
El acabose llega en el 36, cuando Vald¨¦s avanza por la izquierda, env¨ªa al ¨¢rea y all¨ª aparece Quini, que empalma en el aire; el bal¨®n sale como una exhalaci¨®n, pega en el larguero y entra. El campo se llena de pa?uelos blancos. El resto del partido, de la semana y del mes no se hablar¨¢ de otra cosa que de esos tres goles de Quini. Sustituido en el 83, se march¨® bajo una estruendosa ovaci¨®n. El enfado de El Molin¨®n se transform¨® en un abrazo de miles de almas a Quini y, por extensi¨®n, a su hermano.
Siguieron las ofertas del Bar?a y Quini sali¨®, ya en el 80, con 31 a?os, a cambio de 82 millones de pesetas. Tras cuatro temporadas en el Bar?a, regresar¨¢ al Sporting para jugar all¨ª tres m¨¢s y retirarse ya con 37. En cuando a su hermano Jes¨²s, sigui¨® en el club hasta su retirada, ya con 33 a?os, rodeado de cari?o y respeto. En total jug¨® 18 temporadas, ejemplo perfecto de one club man. Falleci¨® en 1993 en la playa c¨¢ntabra de Ami¨®, ahogado tras salvar a un turista ingl¨¦s y sus dos hijos.
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