Espa?a, m¨¢s goles que juego contra Islas Feroe

Una Espa?a pastosa y poco profunda cumpli¨® con el tr¨¢mite de imponerse a Islas Feroe y dio un paso casi definitivo para obtener el billete para la Eurocopa 2020. Los cuatro goles fueron enga?osos, fruto de un dominio l¨®gico, que solo abri¨® brecha en el marcador cuando Alc¨¢cer emboc¨® dos tantos en los minutos finales. M¨¢s goles que f¨²tbol tuvo La Roja.

La tunda esperada tard¨® en concretarse y no fue tan abultada como se pronosticaba, pese a que la d¨¦bil Islas Feroe se prestaba al cartel del partido, el emotivo homenaje al gol, a Quini, goleador de cuna descrito y resumido en la letra de la canci¨®n del cantautor Pipo Prendes, coreada en los proleg¨®menos: ¡°Atenci¨®n que llega el Brujo/ El bueno, el canela en rama/ Cuando menos te lo esperas/ gol por la escuadra / Ahora Quini, Ahora¡­¡±. Si alguien homenaje¨® a Quini ese fue Alc¨¢cer, con dos goles de nuevo puro, un giro de tobillo y un cabezazo entrando al palo corto. Dos toques y dos goles.

El partido qued¨® dibujado desde el primer pase. No jug¨® Espa?a una pelota larga de saque. Rodrigo le entreg¨® el bal¨®n a Rodri y a tocar y a tocar hasta completar el mon¨®logo que fue el encuentro. Un duelo unidireccional, con Espa?a, en la que solo repitieron Ramos, para igualara a Iker Casillas con 167 internacionalidades, y Rodrigo de la cita con Rumania, m¨¢s dominadora que da?ina.

Se encontr¨® La Roja con lo que suele suceder con las selecciones hundidas en el r¨¢nking FIFA, que compiten por no ser humilladas con un saco de goles. Form¨® las Islas Feroe con una defensa de cinco, cuatro centrocampistas y un delantero. Y de ah¨ª no se iban a mover, independientemente de los goles que encajara. Recibi¨® uno pronto, a los 13 minutos, y ah¨ª sigui¨®, inmutable, agarrada a su contenci¨®n defensiva. El tanto lleg¨® por una pelota porfiada por Thiago en la frontal del ¨¢rea que le cay¨® a Oyarzabal y este cedi¨® a Rodrigo para que marcara a puerta vac¨ªa y posiblemente en fuera de juego por medio pie.

La inferioridad del sparring feroense fue manifiesta desde las pistas que dej¨® su operatividad con el bal¨®n. Tardaron casi 10 minutos en pasar del centro del campo y fue por un saque largo de Nielsen, su portero. La segunda vez que traspasaron la l¨ªnea medular fue tras el saque del gol de Rodrigo.

Ante ese panorama emergi¨® una Espa?a espesa, metida en campo contrario, pendular, pero lenta con la pelota para llevarla de una banda a otra. Los centros previsibles al ¨¢rea fueron una bicoca para los espigados y fornidos centrales de Islas Feroe. El exceso de pelotas al pie y la escasez de jugadas ligadas a una velocidad acorde a lo que requer¨ªa el partido depar¨® un monopolio del bal¨®n insulso.

A veces, la superioridad no es solo es el toque. Tambi¨¦n el regate es un recurso supremacista en esta clase de partidos enlatados. Tuvo muy poco desborde la selecci¨®n de Moreno durante el primer acto. Carvajal, Suso y Oyarzabal se atrevieron poco. As¨ª que la pelota viajaba aseada de un costado a otro sin encontrarle resquicios al blindaje visitante. Una est¨¦tica volea de Thiago empalmada tras un saque de esquina y otro disparo lejano del volante del Bayern fueron las ¨²nicas muescas rematadoras antes del descanso. La dormidera de Espa?a incluso envalenton¨® a su rival, que prob¨® a De Gea con un disparo cruzado y manso de Bjartalid.

Sali¨® Espa?a m¨¢s el¨¦ctrica y menos sobona del descanso. Con una marcha m¨¢s, necesaria para doblar la muralla que ten¨ªa enfrente. Un robo de Rodri en las inmediaciones del ¨¢rea provoc¨® una rosca de Suso que se fue por poco. Fue a la carrera, en una de las pocas ocasiones que se desorden¨® las Islas Feroe, como lleg¨® el segundo tanto. Rodrigo pudo conducir por el pasillo del siete, recort¨® cuando pis¨® ¨¢rea y solt¨® un zurdazo que se col¨® tras pegar en el muslo de un defensa rival.

Como se esperaba, Islas Feroe no dej¨® pensar en evitar la cascada de goles. Y Espa?a volvi¨® a caer en el f¨²tbol anodino. Tanto que Robert Moreno termin¨® por sacar del campo a Oyarzabal y a Suso para intentar reactivar al equipo con Sarabia y Alc¨¢cer. No mejor¨® mucho La Roja, que sigui¨® embotada en cadenas de pase. Sin apenas aceleraciones, sin un ritmo de pelota da?ino, la ocasi¨®n m¨¢s clara fue para Islas Feroe hasta que Alc¨¢cer estall¨®. Un error de Ramos en la entrega dej¨® a Bjartalid solo ante De Gea, que en fr¨ªo gan¨® el mano a mano con el pie. Le vendr¨¢ bien esta intervenci¨®n tras perder la titularidad en favor de Kepa. El cambio de Ramos, que se fue sin marcar, pese a sus cuestionables y continuas estancias en el ¨¢rea como nueve, puso a El Molin¨®n en pie. Solo los dos goles de Alc¨¢cer hicieron levantarse una vez m¨¢s al personal. El nueve de Espa?a al menos s¨ª simboliz¨® la figura de Quini.