Esperando a Messi
El argentino quiere ser amo de su destino mientras el barcelonismo no se acostumbra a su ausencia

No resulta f¨¢cil acostumbrarse a la ausencia de Messi en el campo de f¨²tbol y a su presencia en los medios de comunicaci¨®n, seguramente porque se gan¨® su condici¨®n de mejor jugador de mundo jugando y callando, en el Camp Nou y tambi¨¦n en Argentina.
Ahora mismo todav¨ªa no se sabe muy bien cuando volver¨¢ a jugar con el Bar?a. No lo hace desde la final de Copa perdida en Sevilla contra el Valencia y no pisa un campo desde que fue expulsado el 6 de julio en la Copa Am¨¦rica. Adoctrinado como ten¨ªa al barcelonismo, capaz de disputar los amistosos e incluso de pedir al entrenador que le incluyera en una lista de convocados para un partido intrascendente porque prefer¨ªa estar en el vestuario que en el sof¨¢, cuesta no verle en los entrenamientos con Valverde.
La vida sin Messi se est¨¢ haciendo muy larga, demasiado, m¨¢s que nada porque aquella lesi¨®n que sufri¨® el 5 de agosto, justo cuando el equipo hac¨ªa las maletas para ir de gira a Am¨¦rica, pareci¨® poca cosa; los descre¨ªdos incluso la interpretaron como una excusa para evitar el viaje a Miami. Al cabo de pocos d¨ªas se distribuyeron precisamente unas im¨¢genes en las que se le ve¨ªa chutando y anunciando de alguna manera un regreso triunfal contra el Betis. Y despu¨¦s pas¨® que la recuperaci¨®n se ralentiz¨® y, por lo que se ha sabido por boca del propio Messi, se resinti¨® tanto que nadie puede asegurar si su reincorporaci¨®n se producir¨¢ antes en la Champions o en la Liga.
M¨¢s de cien d¨ªas sin ponerse la camiseta del Barcelona pesan como una condena, sobre todo porque el equipo ya ha descontado cinco puntos en la Liga y todo el mundo sabe que la alineaci¨®n y el plan de juego est¨¢n pendientes del regreso de Messi. El Barcelona se ordenar¨¢ en el campo en funci¨®n de lo que quiera y pueda hacer el capit¨¢n, cosa que no est¨¢ muy clara si se tienen en cuenta sus ¨²ltimos partidos con la Albiceleste y sus propias declaraciones sobre su estado de forma despu¨¦s de que este diario descubriera que se reserva la posibilidad de dejar el club el 30 de junio.
No es ninguna amenaza sino que Messi quiere constatar c¨®mo se encuentra durante la temporada toda vez que ya ha cumplido 32 a?os y tambi¨¦n quiere saber si jugar¨¢ con un equipo suficientemente competitivo para ganar la Champions. El mismo jugador se ha explicado en una entrevista concedida al diario ¡®Sport¡¯ que da mucho juego y refleja la situaci¨®n porque la mayor¨ªa de sus afirmaciones van seguidas de un ¡°pero¡±: ¡°Esta es mi casa y no quiero irme, pero quiero ganar¡±. Messi explica que no sabe si la directiva ha hecho todo lo posible para fichar a Neymar ¨Cm¨¢s bien parece que lo duda¡ª, entiende eso s¨ª que con el brasile?o habr¨ªan sido mejor equipo; se muestra esc¨¦ptico y distante con Griezmann y se queja por la falta de una pol¨ªtica deportiva clara en la secretar¨ªa t¨¦cnica, cargo para el que apuesta decididamente por Puyol.
Quiere al fin y al cabo que el club genere las mejores condiciones para que se puedan ganar t¨ªtulos, objetivo que por otra parte no es f¨¢cil ni est¨¢ garantizado como se pudo ver la temporada pasada en Anfield, d¨ªa en que la derrota fue responsabilidad sobre todo de los futbolistas y del cuerpo t¨¦cnico y no de la junta por m¨¢s que la plantilla pudiera estar mal hecha. En cualquier caso, las palabras de Messi, reivindicativo en Argentina y Barcelona, a?aden presi¨®n a la directiva y a ¨¦l mismo: las dos partes deben dar su mejor versi¨®n y sobre todo coincidir en sus intereses, sin ning¨²n recelo.
A fin de cuentas, Messi no soporta perder y act¨²a como si fuera un socio dispuesto a romper su carnet si las cosas no se hacen bien, nada m¨¢s; no quiere extender un cheque en blanco a Bartomeu. Hasta ahora se dec¨ªa que el presidente acababa su mandato en 2021, el mismo a?o en que expiraba el contrato del capit¨¢n. Pues no necesariamente; Messi se puede ir en 2020. El argentino, que no quiere ser utilizado electoralmente, obliga a la junta a hacerlo bien mientras ¨¦l quiere ser due?o de su destino. Justamente cuando el barcelonismo se desvive desde hace tiempo para no poner plazos sobre el adi¨®s de Messi, y no duerme pensando en c¨®mo ser¨¢ el equipo y el club sin el 10, el argentino se ha anticipado diciendo: no hay que descartar que pueda ser en nueve meses, como un parto.
Acostumbrados a ver a Messi en el ¨¢rea contraria, ahora se ha dado media vuelta y apunta a la propia sin que se sepa muy bien qu¨¦ piensa hacer y c¨®mo acabar¨¢ su historia.
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