El triunfo del campe¨®n m¨¢s fr¨ªo
La victoria de Primoz Roglic cierra una temporada en la que en las tres grandes se impusieron ciclistas de Ecuador, Colombia y Eslovenia, pa¨ªses que no se hab¨ªan estrenado
Carapaz, un ecuatoriano en el Giro, lo nunca visto; Egan, un colombiano en el Tour, una primicia en la grande boucle; y, en la Vuelta, m¨¢s compleja, algo viejo (Valverde, sorprendente), algo nuevo (Pogacar, el que llega avasallando, tres victorias de etapa, un podio, todo antes de cumplir 21, como Saronni, su patr¨®n, en el 78, casi como Coppi, quien dio sentido ¨¦pico al ciclismo, que ayer habr¨ªa cumplido 100 a?os y que en 1940 gan¨® el primero de sus cinco Giros antes de cumplir los 21), y algo soso, Primoz Roglic, que gana la carrera y dice: ¡°Esta victoria es solo un escal¨®n en mi carrera¡±.
Para 2019, el a?o en que el ciclismo cambia de cara, ya es suficiente. Los j¨®venes han acelerado el relevo, y no solo Pogacar y Egan, tambi¨¦n el fen¨®meno Evenepoel, que como Valverde a los 39, se sorprende a s¨ª mismo por lo que es capaz de hacer, ganar carreras como la Cl¨¢sica de San Sebasti¨¢n, a los 19 a?os, o el holand¨¦s Van der Poel, el nieto de Poulidor, favorito para el Mundial, o el colombiano Sergio Higuita, tan tierno, tan duro. Mientras, Fabio Jakobsen se adjudic¨® la ¨²ltima etapa.
Todo bajo control. Alc¨¢zar de Toledo. Viernes 13.18 horas. En el escenario del auditorio, Primoz Roglic toma la papilla posetapa ¡ªas¨ª, en la distancia, una mescolanza asquerosa de pasta y pur¨¦ espeso que ingiere al seque, sin un m¨ªsero trago a una botella de agua que aligere la carga¡ª con la mirada perdida, abstra¨ªdo. Ante el micr¨®fono, m¨ªnimamente digerido el alimento, ante los periodistas que lo observan hipnotizados, el esloveno de 29 a?os y solo tres entre los grandes que dos d¨ªas despu¨¦s subir¨ªa de rojo al podio de Cibeles para recibir el premio de ganador de la Vuelta, se muestra tan introvertido y ausente, apurado por irse de all¨ª, que ante el plato. ¡°No estoy a gusto en las ruedas de prensa de despu¨¦s de las etapas¡±, reconoce el corredor, tan serio que nunca sonr¨ªe ¡ª¡°solo sonr¨ªo en lugares secretos¡±, dice¡ª; ¡°llego cansado de la etapa y tampoco tengo mucho que decir. No es el momento para hablar¡±.
Ning¨²n momento le parece bueno para abrirse a Roglic, que no es as¨ª solo con la prensa, advierten en su equipo, el Jumbo, un conjunto holand¨¦s que en su anterior encarnaci¨®n como Rabobank ya debi¨® lidiar con un ganador de Vuelta, Denis Menchov, que despreciaba el valor de los gestos que delataran sus emociones y deseos, tan ¨ªntimos. La primera vez que le vieron por Holanda, en el aeropuerto de Schiphol, oto?o de 2015, Roglic era un ciclista de 26 a?os, un ex¨®tico esloveno al que llamaron porque le hab¨ªan visto ganar el Tour de Azerbaiy¨¢n y el Tour de Eslovenia, por delante de Mikel Nieve, y quer¨ªan medirlo. Se someti¨® a una prueba de esfuerzo que dio unos valores que nunca hab¨ªan visto los holandeses, que lo contrataron. ¡°Pero no nos dijo nada de sus aspiraciones¡±, cuentan en el equipo. ¡°Solo sab¨ªamos que de joven hab¨ªa sido un gran saltador de esqu¨ª, pero que lo dej¨® porque no recuper¨® el desprecio al miedo despu¨¦s de una grave ca¨ªda en 2007, a los 17 a?os, y que se compr¨® una bicicleta para mantenerse en forma. Y se hizo ciclista¡±.
Roglic es tan fr¨ªo fuera del pelot¨®n como dentro de ¨¦l, salvo cuando ya, relajado, se bebe una cerveza publicitaria en la etapa final, la de las celebraciones, y se cuenta an¨¦cdotas con Erviti en cabeza del pelot¨®n. Antes, m¨¢s que fr¨ªo, t¨ªmido, abraza como ausente a su mujer, que le sigue a la sala de prensa de Gredos, y su beb¨¦, acurrucado en la maxicosi.
Superman melanc¨®lico. Y fr¨ªo y anal¨ªtico es su m¨¦todo de contrarrelojista magn¨ªfico que se niega en la monta?a, pese a ser un gran escalador, a adornarse de cara a la galer¨ªa con momentos de soledad deseada, rendirse a la ¨¦pica y a los demarrajes populistas. Los ataques, y duros, en la monta?a fueron cosa de Valverde en El Acebo, tan fuerte el murciano como hac¨ªa mucho, y, sobre todo, de Superman, el h¨¦roe desafortunado de Andorra que transform¨® su rabia y su deseo en la melancol¨ªa final del corredor que, una vez m¨¢s, y sin saber por qu¨¦, ve alejarse su sue?o. Roglic congel¨® su calentura. Y a un periodista holand¨¦s que logr¨® arrancarle algunas frases, le explica el domingo por la ma?ana, antes de la ¨²ltima etapa, que solo en 2017 se atrevi¨® a decirle a su director lo que ten¨ªa en la cabeza desde que decidi¨® ser ciclista: ¡°Quiero ser el mejor del mundo, quiero ganar el Giro en 2019 [y ha ganado la Vuelta] y el Tour en 2020¡±. All¨ª se las ver¨¢ con uno que r¨ªe, Pogacar.
Espa?a, Movistar y Valverde. Que haya dos eslovenos en el podio y que la foto no se haga en Liubliana, por ejemplo, o en cualquier otra ciudad eslovena, lo delata no solo la sobreabundancia de banderas espa?olas en la fachada del ayuntamiento de Madrid y en la fuente de la diosa, sino tambi¨¦n que all¨ª, por s¨¦ptima vez en el podio de la carrera espa?ola de Valverde, que viste por ¨²ltima vez en competici¨®n su arco¨ªris de 2018. Aparte de las victorias de Herrada (Cofidis), Madrazo (Burgos) e Iturria (Euskadi Murias) y las buenas se?ales emitidas por los j¨®venes Barcel¨® (Euskadi) y Aranburu (Caja Rural), y por el progreso del Euskadi, el ciclismo espa?ol fueron el Movistar, Valverde y Marc Soler, trabajador y noveno en su ¨²ltimo a?o de aprendizaje. Corren tiempos en los que la est¨¦tica ¡ªsalir guapo en las redes, tan populistas¡ª es m¨¢s importante que la moral, y a los de Eusebio Unzue, cuya fuerza, como la de todos los equipos, la marca la fuerza de las piernas de su l¨ªder, m¨¢s que por su logro de ganar la clasificaci¨®n por equipos de las tres grandes (como el Kas en 1974) o por el magn¨ªfico Giro victorioso de Carapaz, se le juzga m¨¢s en el Giro y en el Tour por las aparentes diferencias entre sus l¨ªderes m¨¢s medi¨¢ticos, y las dudas sobre sus motivaciones que dejan intuir cuando se mueven. El Giro lo gan¨® con el equipo menos estelar, un estilo que ser¨¢ de rigor en 2020, cuando la marcha de Nairo y Landa deje todo el peso en los que a¨²n crecen, Soler y Enric Mas. Y con Valverde, que solo quiere disfrutar, y solo disfruta ganando todo lo que puede.
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