Odegaard manda y la Real Sociedad ya es segunda
El equipo donostiarra, con el noruego al mando, golea en apenas tres cuartos de hora a un Alav¨¦s decepcionante
La jornada acaba con la Real Sociedad segunda en la tabla tras seis partidos de los que disput¨® cuatro lejos de su estadio. A su remodelado feudo regres¨® para laminar sin mayores complicaciones (3-0) a un Alav¨¦s sin pulso, sin juego y, por ello, sin gol. Nadie marca menos que el equipo vitoriano, que apenas ha marcado dos goles en seis jornadas.
La Real es deliciosa. Juega en campo contrario, junta pases para encontrar espacios y llama as¨ª al desequilibrio. No parece veloz, pero cuando hay que correr vuela y todo lo hace bajo la batuta de un elegido. La lupa que supuso la llamada del Real Madrid amplific¨® el inicio de su vuelo cuando apenas era un ni?o. Tras dos campa?as en Holanda ha vuelto hecho un hombre. Y apenas tiene 20 a?os Martin Odegaard. Y un talento inmenso que invita a pensar si no estar¨¢ maduro mucho antes de esos dos a?os que en la Casa Blanca le concedieron para destaparse en LaLiga. Es un futbolista contempor¨¢neo con aroma a aquellos centrocampistas que tiempo atr¨¢s mov¨ªan los equipos sin esos esfuerzos que ahora se demandan, con la frente alzada y la clase desparramada. Odegaard parece que juega a un ritmo menor que los dem¨¢s, pero en realidad el ritmo es suyo, detiene el tiempo. Y juega un segundo por delante de los dem¨¢s para ver lo que otros no perciben, por ejemplo una l¨ªnea de pase imposible que abri¨® el partido.
Oyarzabal aprovech¨® el regalo que le dio Odegaard. Es el socio ideal porque no s¨®lo suele ser indetectable para los rivales sino que ofrece un completo cat¨¢logo de opciones para los pasadores que le rodean. Pero lo que traz¨® Odegaard, tras acomodarse con un magn¨ªfico control orientado y un ca?o, en el primer gol hab¨ªa que verlo con infrarrojos. Rompi¨® dos l¨ªneas el noruego, acuchill¨® de derecha a izquierda a la zaga alavesista. Y volc¨® un partido en el que ah¨ª, en desventaja, qued¨® claro que el Alav¨¦s carec¨ªa de un plan solvente.
El equipo vitoriano anda buscando y no encuentra. Asier Garitano cambi¨® siete futbolistas respecto al once que abri¨® el partido el pasado fin de semana en San Mam¨¦s. No hubo caso. El equipo se desconect¨® con el gol de Oyarzabal a los veinte minutos, pero ya lo hab¨ªa hecho de inicio en una falta mal defendida que dej¨® a Llorente sin marca en el segundo palo. El remate del central blanquiazul se march¨® cerca del palo. El Alav¨¦s se fue con mal sabor de boca al descanso no ya porque se llevase tres goles sino porque los recibi¨® sin revolverse. Un monumental centro de Oyarzabal prendi¨® la mecha del segundo, con testarazo de Willian Jos¨¦. El tercero lleg¨® en un penalti por una de esas manos involuntarias de toda la vida que ahora se han convertido en punibles. Y en visibles para el ¨¢rbitro gracias a la ayuda tecnol¨®gica.
El partido, en cuanto a la disputa de los puntos, hab¨ªa finalizado. La Real se dej¨® llevar e incluso desperdici¨® un penalti, marrado por Portu, en el ep¨ªlogo. El Alav¨¦s trat¨® de aliviarse con una correcci¨®n t¨¢ctica que busc¨® darle compa?¨ªa a Lucas P¨¦rez, que ejerci¨® de n¨¢ufrago en la primera parte, siempre lejos de sus compa?eros. Apareci¨® el novel Borja S¨¢enz, menos lo hizo el escoc¨¦s Burke, que vir¨® a segundo punta tras el descanso. Pero el control no dej¨® de ser local. Odegaard sigui¨® con la batuta y se aplic¨® para repartir juego. Desde el banquillo tambi¨¦n reparti¨® Imanol Alguacil, pero lo hizo con los esfuerzos. Guard¨® pronto el t¨¦cnico a Oyarzabal. Ya de inicio hab¨ªa dado cancha a tres futbolistas in¨¦ditos, Gorosabel, Guevara y el meta Remiro. Todo le funciona a la Real, que activa y agrega piezas para su causa, disfruta y oposita a instalarse en la azotea de la clasificaci¨®n.
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