Coleman y Gatlin, preparados para su desaf¨ªo final de los 100 metros
Eusebio C¨¢ceres (8,01m) se clasifica para la final de longitud que deber¨¢ coronar al joven cubano Echevarr¨ªa

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Usain Bolt no est¨¢ en Doha, pero ha dejado dicho que no quiere mucho a Coleman, que prefiere a Gatlin. El emperador jamaicano habla de sus 100m como si fuera el due?o de la carrera (y en realidad lo es) y se arroga el derecho de elegir a sus herederos, y Coleman, plata en Londres hace dos a?os y malquerido porque bordea la frontera del antidopaje, le responde en la pista con una exhibici¨®n de su pecho y de su mirada de duro, y la mejor marca de los 24 clasificados para la final de hoy (9,98s, el ¨²nico que baj¨® de 10s). Gatlin, el ganador abucheado en Londres por su historial de dopaje que cuando la despedida de Bolt en Londres le reverenci¨® como a un rey, doblando el espinazo, se content¨® con ganar su serie, la primera, con 10,06s. ¡°Y Gatlin¡±, sigue Bolt en L¡¯?quipe, ¡°es el rival que m¨¢s me ha hecho sudar¡±.
Ambos sprinters ¨Cel joven Coleman, 23 a?os; el veteran¨ªsimo Gatlin, 37 a?os y pelo gris ya-- representan la superioridad de la velocidad norteamericana, la continua depresi¨®n de Jamaica ¨CBlake, a los 30 a?os, el amigo joven de Bolt, es su estandarte-- y, m¨¢s claramente, lo complicado que va a resultar que alg¨²n velocista agarre la imaginaci¨®n popular como lo hizo el gigante Bolt. Los otros j¨®venes que se intu¨ªan, el canadiense De Grasse y el norteamericano Bromell, los casi adolescentes que, empatados a bronce, completaron el podio de Pek¨ªn 15 tras Bolt y Gatlin, se han quedado, muy lesionados, en el camino. De Doha (el s¨¢bado, a las 21.15) saldr¨¢n posiblemente los dos mismos primeros que de Londres hace dos a?os.
Eusebio C¨¢ceres resucitado para la longitud no se queda en el camino sino que vuelve a saltar como cuando era un ni?o que asombraba a todos en Onil, y sonr¨ªe. Por fin. Salta 8,01 en la calificaci¨®n y pasa a la final (s¨¢bado, 19.40) que debe ser la de la coronaci¨®n del cubano Juan Miguel Echevarr¨ªa, de 21 a?os, que, sin esfuerzo aparente salta 8,40 en su ¨²nico salto. Ese es su nivel. Ese no es el nivel al que aspira C¨¢ceres, quien despu¨¦s de muchos a?os de penurias y lesiones se ha reencontrado con la alegr¨ªa infantil que hace grandes a los atletas (todos los campeones han sido lo que se dec¨ªa antes hiperactivos, como ¨¦l) y con la velocidad que le permite volver a saltar lejos (y ya no le duele nada despu¨¦s de una competici¨®n), pero a¨²n busca su salto natural, el jump que le sal¨ªa instintivo hace nada y que le permit¨ªa saber que siempre llegar¨ªa bien a tabla y volar¨ªa. ¡°Ahora, solo salto largo cuando no cojo tabla¡±, dice, pero no se lamenta. Tiene tal confianza en s¨ª mismo que solo ve superior a Echevarr¨ªa. ¡°Los dem¨¢s han estado flojitos¡±.
La longitud avanza a trompicones. Ya han pasado 51 a?os desde los 8,90m de Bob Beamon y 27 de los 8,95m de Mike Powell. Ya toca rozar la frontera de los nueve metros, uno de los mitos del atletismo. De Echevarr¨ªa se espera que sea el elegido para cumplir el mandado desde el verano pasado a?o, desde que en un d¨ªa de viento en Estocolmo salt¨® tan lejos (8,83m) que se lesion¨® porque lleg¨® hasta el borde de la pista. Seg¨²n Iv¨¢n Pedroso, el gran cubano, Echevarr¨ªa ser¨¢ el primer nueve metros de la historia porque no solo tiene la misma hambre que ¨¦l de hacer algo importante, y es m¨¢s fuerte y m¨¢s grande. Seg¨²n su entrenador, Daniel Osorio, encargado de domesticar su hiperactividad y hacer de su carrera de aproximaci¨®n un canto al ritmo, el jovencito cubano ya est¨¢ cerca de sus deseos. Y Eusebio C¨¢ceres dice: ¡°claro que puede batir el r¨¦cord hoy. ?Por qu¨¦ no? Tiene una calidad espectacular, una rapidez tremenda y una batida asombrosa¡±.
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