Shelly-Ann Fraser-Pryce, la Mam¨¢ Cohete
La jamaicana gana su cuarto oro mundial en los 100m a los 32 a?os, tras ser madre y marcando en el paso por los 60m un tiempo 11 cent¨¦simas mejor que el r¨¦cord de la distancia
Hasta el a?o pasado, Shelly-Ann Fraser-Pryce, de 32 a?os, era para Jamaica y para el mundo el Cohete de Bolsillo, cari?oso apodo que rinde homenaje tanto a su velocidad supers¨®nica como a lo menudo de su cuerpo (1,60 metros de altura y 52 kilos de peso, mayormente m¨²sculo), y as¨ª figura en la estatua que en su honor se erigi¨® en la entrada del Estadio Nacional de Jamaica, en su Kingston. Pero desde el a?o pasado la atleta jamaicana es, para todos, Mam¨¢ Cohete. Lo es desde que regres¨® a las pistas despu¨¦s de un 2017 en el que estuvo embarazada y dio luz a un ni?o, Zyon, el 7 de agosto, justo al d¨ªa siguiente de la final de los 100m del Mundial de Londres, y vio por la tele c¨®mo la norteamericana Tori Bowie se llevaba el oro, y esa visi¨®n quiz¨¢s aceler¨® la llegada a la luz de su hijo y su regreso, que a su vida le a?adi¨® m¨¢s vida, y a su velocidad m¨¢s velocidad a¨²n.
¡°El par¨®n por la maternidad me vino muy bien¡±, dijo despu¨¦s de ganar bien entrada la noche del domingo su cuarto campeonato mundial de los 100m con una marca, 10,71s, que es la quinta de la historia y la mejor del mundo en los ¨²ltimos tres a?os. ¡°Llevaba 10 a?os seguidos sin parar. Mi cuerpo me ped¨ªa ya una pausa, como me lo record¨® en los Juegos de R¨ªo, donde corr¨ª lesionada. Se lo dije a mi entrenador, Stephen Francis, y me dijo que le parec¨ªa perfecto, que aprovechara el embarazo para descansar, y que tuviera cuidado para no engordar mucho¡±.
Como todos los sprinters menudos, Fraser-Pryce es una bala en la salida y en los primeros 60 metros, la distancia en la que se alcanza la m¨¢xima velocidad, su punto m¨¢s fuerte, pero aun as¨ª a los especialistas les sorprendi¨® que fuera tan fuerte como mostraron los n¨²meros registrados. Fraser-Pryce y su gran peluc¨®n con cola de caballo con los colores del arco¨ªris ¡ªmagn¨ªfica publicidad encubierta de su otro negocio, un sal¨®n de peluquer¨ªa en Kingston y la representaci¨®n comercial de una firma de cosm¨¦ticos¡ª corrieron los primeros 60 metros de la final en 6,81s, una marca con la que habr¨ªa batido por 11 cent¨¦simas, unos 10 metros, el r¨¦cord mundial de los 60m en pista cubierta que posee desde hace 26 a?os la rusa Irina Privalova. Y la segunda clasificada, la brit¨¢nica Dina Asher-Smith, de 23 a?os, una intelectual con un grado en historia cerrado con un trabajo sobre la influencia de la m¨²sica de jazz en la integraci¨®n de la comunidad negra, con unos 60m en 6,91s, tambi¨¦n habr¨ªa batido a Privalova como, ya oficialmente, bati¨® el r¨¦cord del Reino Unido con los 10,83s que la convirtieron en la primera brit¨¢nica que sub¨ªa a un podio de velocidad en 36 a?os.
Velocidad mantenida
Pero, en realidad, lo que le dio el t¨ªtulo de los 100m y una marca extraordinaria a Mam¨¢ Cohete, y lo que le hace excepcional, fue su capacidad para mantener la velocidad m¨¢xima alcanzada, una cualidad que no se le supone a las atletas de su tama?o y s¨ª a las grandotas, como la Marion Jones, exjugadora de baloncesto (1,80m) que, cuando logr¨® sus 10,70s pas¨® los 60m en 6,85s, cuatro cent¨¦simas m¨¢s lenta, pero luego hizo los finales 40m en 3,85s. Fraser-Pryce no fue a tanto, pero los 3,90s con los que complet¨® sus 100m fueron la mejor marca de los ¨²ltimos 40m de todas las finalistas, dos cent¨¦simas mejor que la plata, Asher-Smith. La velocidad final de una grande.
Ganado su cuarto oro, Fraser-Pryce, tambi¨¦n doble campeona ol¨ªmpica de la distancia (2008 y 2012), dio con su Zyon en brazos la vuelta de honor ante las gradas desiertas (2.800 espectadores asistieron a la sesi¨®n del domingo, d¨ªa laborable, a las 23.20, hora local) e indiferentes del estadio fr¨ªo como una piedra, con su aire acondicionado. Y nadie la jale¨®. Dice la IAAF que entiende que vaya poca gente al estadio porque ha fijado los horarios pensando m¨¢s en la global audiencia televisiva, de la que no da cifras. Y a?ade que su presentaci¨®n del show, con juegos de luces propios de discotecas de los a?os ochenta, queda muy chulo por la tele.
A Fraser Pryce y a todos los atletas no les importan tanto las luces como el calor y el alboroto del p¨²blico, tan necesarios, y los que no asistieron se perdieron uno de los mejores 100 de la historia, una final que devuelve dignidad a la historia de una prueba que a¨²n sigue ominosamente encabezada por la figura de Florence Griffith, la plusmarquista mundial desde 1988, los a?os de plomo del atletismo, con unos imposibles 10,49s. Todo el mundo le recuerda a Fraser-Pryce que ella tambi¨¦n tuvo un problema con el dopaje porque en 2010 fue sancionada seis meses por un positivo con oxicodona un opi¨¢ceo (analg¨¦sico para dolores muy fuertes que usan habitualmente muchos deportistas) y ella siempre responde, y asegura que lo tom¨® porque no aguantaba el dolor de muelas.
Y sonr¨ªe, y su dentadura brilla.
Bolt: ¡°Qu¨¦ l¨¢stima que yo le hiciera tanta sombra¡±
El brillo ol¨ªmpico y mundial de Shelly-Ann Fraser-Pryce comenz¨® en Pek¨ªn 2008 y se desarroll¨® coincidiendo siempre con el esplendor del gran astro jamaicano de la velocidad Usain Bolt, su paisano de Kingston y de los barrios pobres, quien ahora lamenta que su figura fuera tan grande que se comiera el resto. "Estoy orgulloso de ella, de c¨®mo ha regresado al mejor nivel despu¨¦s de ser madre", dec¨ªa en L'?quipe Bolt, que se retir¨® justo en el Mundial Londres en el que Fraser-Pryce se puso de parto. "Es t¨ªmida y no le gusta mucho hablar de ella, y si lo hubiera hecho el p¨²blico habr¨ªa descubierto a un gran personaje. Ha estado demasiado tiempo a mi sombra, y fue una l¨¢stima, pero no por ello podemos subestimarla".
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