Un tridente unidireccional
Aunque se desentiende por completo del repliegue, la delantera del Bar?a puede con el Inter
Dice el refranero popular que a buen entendedor pocas palabras bastan. Tambi¨¦n cuentan desde la ciudad deportiva del Bar?a que este vestuario acepta con los brazos abiertos a quien le mejora y a quien no, se lleva un gesto torcido. Entre esas dos ideas se encuentran Messi y Griezmann -¡°Leo no habla mucho y yo tampoco¡¡±, resolvi¨® el franc¨¦s en la previa del encuentro-, de momento mudos de palabra aunque expresivos con los pies. Suficiente, sobre todo por la suma del tercer elemento a la ecuaci¨®n (Su¨¢rez), para tumbar a un Inter que ense?¨® lo que es un equipo con may¨²sculas, todos a una. Y de eso, aunque puedan con cualquier rival, en la delantera azulgrana se sabe poco.
Aunque es p¨²blico que Messi y Griezmann no han cuajado de inicio, el argentino lim¨® asperezas al pedirle que se uniera a la ronda de faltas que hacen unos pocos antes del partido. Su¨¢rez, Piqu¨¦ y Messi no se pierden una, casi siempre acompa?ados por Alba o Busquets. Pero contra el Inter se sum¨® Griezmann, ¨²nico en quedarse sin hacer diana. Una tara que se extendi¨® durante el duelo por m¨¢s que lo intentara, todo un quiero y no puedo. Lo prob¨® sin ¨¦xito con un disparo mordido desde la frontal y con un remate de cabeza. Incluso asisti¨® a Su¨¢rez, que la envi¨® a las nubes. Pero no hubo el pase definitivo a Messi y el gol no se dio hasta que a Su¨¢rez se le ocurri¨® una volea sensacional y hasta que Messi se las ingeni¨® para descontar a cuantos le salieran al paso para que el uruguayo hiciera el doblete. Pero el problema del tridente nunca fue hacia delante.
Ejerci¨® el Bar?a un acoso intenso y avanzado que en ocasiones dio sus frutos porque los zagueros del Inter no son un primor en la salida. Pero el equipo neroazzurro tiene mecanismos y est¨¢ m¨¢s que trabajado en base a la idea de la repetici¨®n ¨Cmetodolog¨ªa de Conte en los entrenamientos-, por lo que cuando salieron los movimientos y super¨® la primera l¨ªnea de presi¨®n se encontr¨® con el ed¨¦n. M¨¢s que nada porque Busquets siempre sale de sitio en la presi¨®n y porque ninguno de los tres puntas acompa?¨® en el repliegue. Lo que supuso el mayor quebradero de cabeza posible para el equipo porque ning¨²n medio (Arthur, Busquets, De Jong) es r¨¢pido en las correcciones como tampoco los son los centrales Piqu¨¦ y Lenglet. Y, aunque ocurri¨® en el ¨¢rea de Ter Stegen, el origen del problema recay¨® en la delantera azulgrana, tan aplicada en el ataque como desinteresada en el ejercicio defensivo. Por lo que llevaron la contraria a la teor¨ªa futbolera de que una vez superado en la presi¨®n, el jugador debe colocarse entre su porter¨ªa y el bal¨®n. Fatalidad que palade¨® el Inter con sus contras; apenas un contratiempo si se mira con los ojos del tridente, sobre todo de Leo y Su¨¢rez que se bastaron para resolver el choque.
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