Ir¨¢n permite por primera vez el acceso de las mujeres a un estadio de f¨²tbol, pero separadas de los hombres
Las autoridades ceden ante la conmoci¨®n social por la muerte de una chica que se inmol¨® al pensar que ir¨ªa a la c¨¢rcel por colarse en un campo
La asistencia de mujeres al partido de f¨²tbol que este jueves disputan las selecciones de Ir¨¢n y Camboya, en la fase clasificatoria para el Mundial de Qatar 2022, marca un punto de inflexi¨®n no solo en la historia del deporte en la Rep¨²blica Isl¨¢mica, sino en la lucha de las iran¨ªes por sus derechos. Este encuentro en el estadio Azadi de Teher¨¢n (resuelto por 14-0) es el primero en cuatro d¨¦cadas al que las aficionadas pueden acceder sin ser preseleccionadas, y derriba, aunque sea de manera temporal, una barrera en el ¨²ltimo pa¨ªs que no permit¨ªa la entrada libre a los estadios de las seguidoras. No obstante, algunas activistas se han quejado del escaso n¨²mero de entradas que se les han reservado y temen que sea solo una concesi¨®n limitada ante las presiones de la FIFA.
En total, las mujeres pod¨ªan disfrutar de 4.000 de las 78.000 plazas con que cuenta el Azadi, aunque seg¨²n la web de 90, el programa m¨¢s popular de f¨²tbol de la televisi¨®n iran¨ª, algunas no salieron a la venta. Las afortunadas que han conseguido una entrada han ocupado cuatro sectores segregados de las gradas, vigiladas por 150 mujeres polic¨ªa.
La Federaci¨®n Internacional de Asociaciones de F¨²tbol (FIFA), organizadora del Mundial, hab¨ªa amenazado con suspender a Ir¨¢n debido a su controvertida pol¨ªtica de prohibir la asistencia de las mujeres a los partidos masculinos. La medida fue adoptada poco despu¨¦s de la revoluci¨®n de 1979 y, aunque nunca se ha plasmado en una ley o norma escrita, se ha aplicado de forma estricta desde entonces.
Ello no ha impedido, sin embargo, que la afici¨®n al deporte rey cundiera entre las iran¨ªes, lo mismo como jugadoras que como espectadoras. En los ¨²ltimos a?os fueron notorios los casos en los que muchachas j¨®venes se disfrazaban de chicos para acceder a los estadios, algo que el cineasta Jafar Panahi reflej¨® en la pel¨ªcula Offside (Fuera de juego). Ahora, ese entusiasmo ha vuelto a evidenciarse. Cuando la semana pasada se pusieron a la venta las 4.000 entradas reservadas a las mujeres, apenas tardaron una hora en agotarse.
¡°Estoy emocionada de poder asistir a un partido en el estadio Azadi, sin tener que preocuparme por sus consecuencias¡±, declara Parisa, una joven estudiante de franc¨¦s que confiesa que nunca se atrever¨ªa a entrar en el estadio camuflada de chico por los riesgos que conlleva.
Ella y muchos iran¨ªes est¨¢n convencidos de que la decisi¨®n adoptada ahora es en gran medida consecuencia de la conmoci¨®n generada por la muerte de Sahar Khodayari. La llamada "chica azul" se inmol¨® el mes pasado en Teher¨¢n al entender que ir¨ªa a la c¨¢rcel por haberse colado en un estadio del f¨²tbol. Se la conoci¨® con ese apelativo debido a la camiseta que llevaba el d¨ªa de su detenci¨®n, la del Esteghlal, su equipo favorito.
De forma excepcional, en 2005, se autoriz¨® que unas docenas de iran¨ªes presenciaran el choque entre la selecci¨®n iran¨ª y la de Bahr¨¦in. El a?o pasado, un centenar de mujeres fueron ¡°invitadas¡± a un amistoso con Bolivia, pero al d¨ªa siguiente el fiscal general advirti¨® que no volver¨ªa a repetirse porque ¡°llevar¨ªa al pecado¡±.
No se trata solo de f¨²tbol. El acceso a los estadios se ha convertido en bandera de la lucha de las iran¨ªes por la igualdad. Sin embargo, no todos est¨¢n convencidos de que el partido contra Camboya anuncie una mayor apertura respecto a las mujeres y el deporte.
¡°Las autoridades han permitido entrar a un n¨²mero reducido de las mujeres solo para liberarse de las cr¨ªticas y del ultim¨¢tum de la FIFA¡±, estima Hamid, un empleado de banca de 45 a?os y forofo del club capitalino Pers¨¦polis, que apoya la reivindicaci¨®n de las iran¨ªes. Aunque desde hace un a?o Hamid dej¨® de ir al estadio en protesta por el veto a las mujeres, no tiene mucha esperanza en que otros hombres hagan lo mismo. ¡°Los j¨®venes no tienen muchas diversiones y no se puede esperar que todos se priven de las pocas oportunidades que hay a favor de movimientos ciudadanos¡±, justifica.
Otros, sobre todo entre las mujeres, han criticado que solo se les hayan reservado unas pocas miles de entradas e incluso han promovido el boicot. ¡°No es correcto no ir al estadio solo para mostrar la indignaci¨®n por no contar con un mayor n¨²mero de sitios¡±, discrepa sin embargo Shadi, ama de casa de 50 a?os, que acompa?a a su hija al partido. En su opini¨®n, ¡°las mujeres deben ir para demostrar que no hay ning¨²n problema y que todo sale bien¡±.
En lo que parece un intento de capitalizar la medida, la Casa del L¨ªder iran¨ª, el ayatol¨¢ Ali Jamene¨ª, ha publicado una foto de este en el estadio Azadi, que fue tomada el a?o pasado durante un acto con voluntarios isl¨¢micos (basiy¨ªes). Pero ese gesto no cierra el debate. Las iran¨ªes van a seguir luchando por la igualdad: quieren que el acceso a los estadios no se limite solo a los partidos internacionales y exigen su derecho a elegir sitio en las gradas.
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