Chasco merecido para Espa?a en Noruega
El equipo escandinavo salva un empate en el ¨²ltimo suspiro y aplaza la clasificaci¨®n de la Roja para la Eurocopa de 2020 tras un partido farragoso de los de Robert Moreno
Un mal partido acab¨® de mala manera para Espa?a. Un gol de Sa¨²l al inicio del segundo tiempo hab¨ªa maquillado un encuentro farragoso de la Roja, pero en el ¨²ltimo parpadeo, a pocos segundos del final, Kepa se sum¨® a la algarada y arroll¨® a un contrario. El noruego King anot¨® el penalti y la selecci¨®n de Robert Moreno tendr¨¢ que esperar. La multinacional Eurocopa del pr¨®ximo verano est¨¢ a la vista, pero no sellada. En Oslo no lo mereci¨®. Por la capital noruega irrumpi¨® una Espa?a borrosa, sin la gracia de los ¨²ltimos partidos. Un equipo sin armadura, nada vertebrado, que termin¨® encapsulado por un adversario sin otro muestrario que el pelotazo al ¨¢rea y la carga del regimiento. Suficiente para que la Roja se sintiera a la intemperie, sin la pelota como sustento, y sin otra salida que capear las oleadas n¨®rdicas.
Desde que rodara tras hacer cumbre, la Roja se busca y se busca, da vueltas y vueltas, gira que gira. Ya sea por las circunstancias imprevistas (Lopetegui, Luis Enrique) o porque no acaba de dar con el nuevo espinazo. Tan imprevisible puede ser esta Espa?a, hoy al s¨²bito mando de Robert Moreno, que en Noruega dej¨® una huella hist¨®rica. Fruto de esta Espa?a bab¨¦lica, en la que lo mismo se repescan treinta?eros (Cazorla, Albiol) que se reclutan becarios (Pau Torres), en Oslo se alistaron de inicio once jugadores de once equipos diferentes. Lo nunca visto en esta selecci¨®n casi centenaria. No result¨®. El primer tiempo de la Roja fue decepcionante, de largo, el peor en la etapa de Moreno. Lo mismo que el ¨²ltimo tramo de la segunda funci¨®n. Una Espa?a chata. Sin ritmo, sin rumbo, sin un plan aparente. Como si ante la corneta infinita del plusmarquista Sergio Ramos todos se sintieran forasteros. M¨¢s de un desajuste defensivo. El medio campo como un mero apeadero. Y en el ataque, alg¨²n vuelo de Jes¨²s Navas con centros hacia la nada, porque nadie anidaba en el ¨¢rea. No hubo un sector del campo en el que la Roja encontrara soluciones. Ni migas de Rodrigo y Oyarzabal, arietes postizos. Ni huella de los volantes, con Ceballos en tierra de nadie. Ni firmeza en defensa, donde Albiol, alistado por el poder¨ªo a¨¦reo de los noruegos, nunca fue un dique. Demasiado desali?o ante un adversario tan raso. Ocurre que la selecci¨®n n¨®rdica es demasiado pedestre. Juega Odegaard. A su alrededor, un pelot¨®n de buenos atletas con mucho forro f¨ªsico, pero pies desobedientes. Con todo, con el ¨¢nimo local fue suficiente para adiestrar a Espa?a hasta el descanso. Una Espa?a dispersa y confusa. Y enredada ante cada pelotazo antediluviano de los n¨®rdicos.
Nada corrigi¨® Moreno en el intermedio. Pero al minuto del segundo acto, Sa¨²l caz¨® un disparo con su bota derecha, la menos campechana, desde el balc¨®n del ¨¢rea y el bote en sus morros fue demasiado para Jarstein, portero noruego. Un gol fulgurante que no fue hijo del juego. Pero anest¨¦sico durante unos minutos. Espa?a no subi¨® la escala, pero s¨ª se desinfl¨® un rato Noruega, que por momentos no tuvo gancho, tan justita como es esta selecci¨®n de Lagerb?ck.
En ventaja, Moreno agit¨® el cotarro con la entrada de Cazorla por el desnortado Ceballos. De inmediato, en la primera intervenci¨®n del asturiano del Villarreal, Fabi¨¢n estrell¨® la pelota en el travesa?o. El andaluz es un virtuoso del disparo cuando desde la derecha se perfila hacia su punzante zurda. De los noveles de Moreno, Fabi¨¢n por encima de todos.
Con el gui?o del marcador, a Espa?a le dur¨® poco el gobierno. En cuanto la ramplona Noruega dio otro do de pecho, de nuevo se destartal¨® la Roja. Se sucedieron las p¨¦rdidas, ning¨²n visitante era capaz de dar puntada. Todo era un atropello, con lo que se igualaron las fuerzas. En medio del f¨¢rrago, Sergio Ramos vio la tarjeta que le apartar¨¢ del choque del martes en Suecia. Justo el partido siguiente a su r¨¦cord de internacionalidades.
Con Espa?a embarullada, Moreno ech¨® el lazo a Rodrigo como auxiliar de Busquets, movimiento que ya hizo en el partido entre ambos equipos en Mestalla. Pero en nada mejor¨® el equipo espa?ol, forzado a resistir como fuese ante los afanosos arreones de los noruegos. Sin nadie capaz de templar. Sin nadie capaz de estirar al equipo. Una Espa?a que cerr¨® su paso en Oslo con un solo delantero (Rodrigo) y sin otra chispa que aquel derechazo de Sa¨²l. Rebajado por el posterior descalabro de Kepa que obliga a retrasar un objetivo que est¨¢ a un paso. Para nada peligra la clasificaci¨®n espa?ola para la Eurocopa 2020. Pero hay otra finalidad a la vista: la definici¨®n de un equipo que a¨²n debe cuadrarse. Moreno es un aperturista y su lista parece interminable. Pero llegado el momento, tendr¨¢ que ser concreto. Tiempo tiene y los resultados ¡ªincluso a veces el juego, no en Oslo¡ª le acompa?an.
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