El fabuloso viaje de Ansu Fati

La culpa le aturd¨ªa, mala compa?era de viaje para un ni?o futbolista de 10 a?os. Ni el regreso a casa ni ser la v¨ªspera de Nochebuena aliviaban su frustraci¨®n. ¡°Hola m¨ªster, ya estoy en el AVE. Siento mucho el mal partido que he hecho hoy. Le prometo que no volver¨¢ a pasar nunca m¨¢s. ?Bones Festes!¡±, le escribi¨® Ansu Fati a su entrenador del Alev¨ªn A del Barcelona, Marc Serra, el 23 de diciembre de 2012. Y cumpli¨®. ¡°Ganamos seis de los siete torneos que restaban¡±, recuerda Serra. Guarda Ansu Fati (Guinea-Bissau, 2002) una virtud m¨¢s poderosa que esa precocidad que le ha hecho romper moldes y r¨¦cords con 16 a?os en el Barcelona y ser convocado ya con la selecci¨®n espa?ola sub-21. Algo m¨¢s sorprendente que su capacidad para marcar, asistir y regatear a la edad en la que la mayor¨ªa de los adolescentes andan enganchados a las consolas. ¡°Su talento no est¨¢ en los pies, est¨¢ en su cabeza¡±, se?ala Franc Artiga, su t¨¦cnico en el Cadete A. ¡°Es demasiado maduro para su edad¡±, concluye Ernesto Valverde, el preparador que le abri¨® las puertas del Camp Nou. El goleador m¨¢s joven en la historia del Barcelona no se le pod¨ªa escapar a la selecci¨®n espa?ola. La Federaci¨®n aceler¨® la burocracia para fichar a Fati, que con 16 a?os ya est¨¢ listo para debutar con la sub-21, puede que este martes ante Montenegro, y su nombre suena para la absoluta. Siempre r¨¢pido en un viaje que va de Andaluc¨ªa al Bar?a y a la selecci¨®n.

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¡°El sue?o de mi hijo era jugar con Espa?a¡±, asegura Bori Fati, padre del azulgrana. Hab¨ªa, sin embargo, otras selecciones dispuestas a quedarse con la perla del Bar?a: Portugal y Guinea-Bissau. La victoria de La Roja ser¨ªa imposible de entender sin el cari?o de Ansu Fati por Herrera, una localidad de 6.000 habitantes a 100 kil¨®metros de Sevilla, a la que vuelve cada vez que puede y en la que ya ha comprado una casa. ¡°Aqu¨ª mucha gente les ha ayudado, son una familia muy querida en nuestro pueblo¡±, asegura Custodio Moreno, alcalde de Herrera entre 1987 y 2011.

Como empleado de una empresa portuguesa que gestionaba las obras del AVE C¨®rdoba-M¨¢laga, Bori Fati lleg¨® a Herrera en 2003. Un accidente laboral termin¨® con la compa?¨ªa lusa en n¨²meros rojos y con Fati sin trabajo. ¡°El Ayuntamiento les facilit¨® una vivienda y entre los vecinos le ayudaban a que pudiera seguir adelante¡±, contin¨²a Moreno. Trabaj¨® en el campo, en la planta de tratamientos de residuos y como ch¨®fer del alcalde del pueblo cercano de Marinaleda. Integrado en el paisaje de casas tan blancas como pintorescas de Herrera, a Fati le faltaba su mujer, Mar¨ªa de Lourdes Viera, y sus hijos, Braima y Ansu.

Fue justamente Juan Manuel S¨¢nchez Gordillo, alcalde de Marinaleda, el que le ayud¨® en 2009 a traer a su familia a Espa?a. ¡°Hablamos con los embajadores de Guinea y de Espa?a para tramitar la reagrupaci¨®n familiar. La gente pobre es invisible a los ojos del capitalismo¡±, afirma S¨¢nchez Gordillo bajo la mirada de Ernesto Che Guevara, un cuadro colgado en una pared de su despacho desde 1979. Dice Gordillo que ha ayudado a m¨¢s de 5.000 inmigrantes a ¡°solucionar sus papeles¡±. No olvida, sin embargo, a Fati: ¡°?C¨®mo jugaba su hijo m¨¢s peque?o al f¨²tbol!¡±. Y Bori, exfutbolista en Guinea, por entonces delantero del equipo de veteranos de Herrera, ni lo sab¨ªa. De hecho, ni siquiera lo conoc¨ªa. La ¨²ltima vez que Fati hab¨ªa pasado por su pa¨ªs para visitar a su mujer y su hijo Braima hab¨ªa sido en 2002. ¡°Me dec¨ªan que no sab¨ªa lo bueno que era Ansu, que regateaba a todo el mundo¡±, cuenta Bori Fati. Un talento in¨¦dito para Herrera, criado en las calles de tierra de Bissau.

¡°?frica es ?frica¡±, recuerda Albert Puig, exdirector de la cantera del Barcelona, responsable de la llegada de Fati a La Masia. ¡°Estamos hablando del tercer mundo. O espabilas o espabilas. Son chicos que est¨¢n en la calle las 24 horas con el bal¨®n. Y a base de repeticiones, de estar todo el d¨ªa jugando, es como entienden el f¨²tbol de manera natural¡±, sostiene Puig. Lo que en Guinea funcionaba de v¨ªa de escape, en Espa?a fue su motor integrador. ¡°Todos los ni?os iban a buscarlo a su casa, quer¨ªan jugar con ¨¦l. No son tontos, quieren ganar¡±, explica un profesor del colegio.

Sorprendi¨® con el bal¨®n en los pies, como con el boli en la mano. ¡°Aprendi¨® muy r¨¢pido el castellano y era buen estudiante¡±, a?ade ese profesor del colegio en el que Ansu estuvo entre 2010 y 2012. ¡°Para m¨ª siempre habl¨® con acento andaluz¡±, se suma Mario Luna, hermano de Antonio Luna, jugador del Rayo Vallecano, compa?ero de Ansu Fati en Los Peloteros, primera escuela del azulgrana en Espa?a, en Herrera. ¡°Aqu¨ª le pas¨® algo similar a lo que le sucedi¨® en el Barcelona. Lleg¨® y le tuvimos que poner con los ni?os dos a?os m¨¢s grandes. Marcaba mucha diferencia¡±, cuenta Jos¨¦ Luis P¨¦rez Mena, director de los Peloteros. ¡°Fuimos a jugar ante el Sevilla y le ganamos 2-5. Marc¨® todos goles¡±, completa Ca?as, su primer entrenador en Herrera.

El Sevilla no quer¨ªa dejar escapar a ese talento que era capaz de, en soledad, ridiculizar a sus siete mejores benjamines. Lo fich¨® pero solo dur¨® un a?o. Apareci¨® el Barcelona y se llev¨® primero a su hermano Braima, y despu¨¦s a Ansu. ¡°El Sevilla no lo quer¨ªa liberar y estuvo un a?o sin jugar. Fue algo positivo porque disfrut¨® de su padre, con el que hab¨ªa convivido poco tiempo¡±, cuenta Albert Puig. En la temporada 2012-2013 se estren¨® en el Alev¨ªn A del Bar?a, una generaci¨®n recordada en Sant Joan Desp¨ª en la que coincidieron Take Kubo (Mallorca), Eric Garc¨ªa (City) y Guille Amor (Leeds). ¡°Cuando lo vi pens¨¦: ¡®?Esto puede hacer un alev¨ªn?¡±, dice Marc Serra; ¡°es un talento irrepetible, s¨ª; pero tambi¨¦n un chico muy profesional¡±.

¡°Estoy preocupado por Ansu¡±, sorprendi¨® Bori Fati a Franc Artiga. Su preocupaci¨®n era un alivio en La Masia. ¡°Estudia mucho, tiene que pensar m¨¢s en el f¨²tbol¡±, se quejaba Bori Fati; ¡°m¨¦tele ca?a¡±. La ilusi¨®n de Fati padre para que sus hijos se convirtieran en futbolistas no interfer¨ªa, sin embargo, en el trabajo de los entrenadores. ¡°Siempre apoyaba todas nuestras decisiones. Iba a misa lo que yo dec¨ªa¡±, vuelve Albert Puig. No lo tuvo f¨¢cil Ansu en la cantera azulgrana. Vicisitudes siempre ajenas a su f¨²tbol. Una sanci¨®n de la FIFA al Bar?a por los fichajes de menores, una rotura de tibia y peron¨¦, m¨¢s el precipitado adi¨®s de Braima de la Masia, se interpusieron en el camino del guineano. ¡°Vi un cambio muy grande en Ansu cuando Braima se march¨® [hoy juega en el Calahorra B, de la Tercera]. No quer¨ªa que le pasara. Mucho m¨¢s esfuerzo, cada entreno era a muerte¡±, explica Denis Silva, su t¨¦cnico en el Juvenil B azulgrana.

Apadrinado por Messi

Ansu Fati roz¨® el Juvenil A, destac¨® en la pretemporada en el Bar?a B y se instal¨® en el Camp Nou. Antes, eso s¨ª, hubo que ahuyentar a las adinerados tent¨¢culos de la Premier. El Chelsea le ofrec¨ªa 1,5 millones de euros el pasado verano. Se qued¨® en el Bar?a por menos de la mitad. ¡°Fueron conversaciones duras, pero priorizaron el crecimiento del hijo¡±, aseguran fuentes de la negociaci¨®n. Cuentan en los despachos, que todo se aceler¨® con la intervenci¨®n de Rodrigo Messi, hermano del capit¨¢n, ahora tambi¨¦n asesor de Fati.

¡°?No deber¨ªas estar en el colegio, nene?¡±, le pregunta en broma Luis Su¨¢rez. Su integraci¨®n en el primer equipo ha sido con su sello: r¨¢pida y sorprendente. ¡°Es muy listo, calla y escucha¡±, dicen los que lo conocen. Disimula los nervios ¡ª¡°no pod¨ªa comer en su primera semana con el primer equipo¡±, cuenta su padre¡ª, se aferra a su madre ¡ªla ¨²nica con que la habla en criollo¡ª y disfruta. ¡°?No le tienes miedo al Camp Nou?¡±, le pregunt¨® P¨¦rez Mena. ¡°Es un juego¡±, le contesta Ansu Fati por WhatsApp.

¡°Hace poco no lo pod¨ªamos convocar por la nacionalidad¡±, explica David Gordo, entrenador de la sub-17. El pasaporte lleg¨® y se fue a la sub-21. Hasta Robert Moreno, preparador de la selecci¨®n mayor, se rinde a su talento. ¡°Est¨¢ en carpeta para la Eurocopa¡±, dice. De Bissau a Las Rozas, con el pasado en Herrera y el futuro en el Camp Nou, el fren¨¦tico y fabuloso viaje de Ansu Fati tiene el destino en La Roja.