La Masia, espejo del mundo y del Bar?a
Uno de los mejores indicadores de la salud azulgana es su capacidad para asociar cada etapa con un futbolista canterano
Las tareas de demolici¨®n del Miniestadi, inmortalizado desde su inauguraci¨®n en 1982 por aquella imagen en la que se ve a Amor sustituir a Maradona, han coincidido con el estreno del estadio Johan Cruyff y la irrupci¨®n de Ansu Fati, un delantero que ni siquiera ha tenido que jugar en el Bar?a B para alcanzar el Camp Nou. Aunque los tiempos cambian de forma vertiginosa, uno de los mejores indicadores de la salud del Barcelona es la cantera y su capacidad para asociar cada etapa con un futbolista vinculado a La Masia.
El mejor Bar?a ha construido su relato a partir de futbolistas como Samitier, Segarra, Guardiola, Puyol, Xavi, Iniesta o Messi. Muchos jugadores se formaron en los filiales, como el Espa?a Industrial, el Condal, el Atl¨¨tic Catalunya, el Barcelona Atl¨¨tic o el Bar?a B, con muy buenos t¨¦cnicos y cazatalentos ¨²nicos de la talla de Poszony, Llorens, Boter, Laureano, Oliv¨¦, Tort o Xavi Puig, y en campos como el Sol de Baix, Les Corts, Fabra Coats o Miniestadi.
Aunque se cuentan tambi¨¦n figuras que trascendieron a nivel individual en tiempos de escasez colectiva, como Lobo Carrasco, Rojo O Iv¨¢n de la Pe?a, el mayor momento de gloria azulgrana se dio en 2010 cuando Messi, Iniesta y Xavi ocuparon el podio del Bal¨®n de Oro de 2010 despu¨¦s de que ganara el Mundial la selecci¨®n espa?ola, el mejor equipo contra el que se ha enfrentado Messi, seguramente porque sinti¨® de alguna manera que jugaba contra su Bar?a.
Aquel ¨¦xito fue considerado irrepetible incluso por t¨¦cnicos que han apostado decididamente por la cantera como Guardiola y Tito. A falta de generaciones ¨²nicas, o camadas sobresalientes, se impone la apuesta por solistas o especialistas, como en su d¨ªa fue Milla o m¨¢s tarde Busquets, exponentes de la figura del medio centro, el signo de distinci¨®n azulgrana, o por delanteros indesmayables del estilo de Pedro o Carles P¨¦rez, o goleadores como Bojan.
El foco est¨¢ puesto ahora en Ansu Fati. El guineano form¨® parte de un Alev¨ªn A con Take Kubo, Eric Garc¨ªa y Guillermo Amor. Kubo fich¨® por el Madrid y juega cedido en el Mallorca, Eric est¨¢ en el Manchester City y Amor recal¨® en el Leeds. As¨ª que hoy resulta imposible que Fati, Kubo, autores de 56 y 73 goles en aquel equipo de ni?os, y Eric puedan evocar el Bar?a de Xavi, Iniesta y Messi. Ha cambiado la vida, han variado las leyes del mercado y ya no se dan quintas como la de Lo Pelat o la del Buitre en el Madrid.
Los cadetes act¨²an como profesionales y se disgregan en edad juvenil, circunstancia que dificulta la tarea de los clubes formativos, pocos con el sello del Bar?a y del Ajax, que no pudo retener a De Ligt ni al hoy azulgrana De Jong. Ante tal contexto, el m¨¦rito del Bar?a ha sido saber buscar y encontrar al jugador que ilustre la nueva ¨¦poca desde la ventana de La Masia. Ansu Fati lleg¨® de Guinea, responde al perfil de los millennials y ha metabolizado el juego azulgrana desde que a los 10 a?os ingres¨® procedente de Sevilla. Hoy juega en el Camp Nou despu¨¦s de caer el Miniestadi y levantarse el estadio Johan Cruyff.
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