?ngel domina el derbi y sentencia al Legan¨¦s
Dos goles del delantero del Getafe hunden m¨¢s a los pepineros, que siguen con solo dos puntos
Que Mauricio Pellegrino se estaba jugando el puesto en el derbi era algo que todo el mundo sab¨ªa en el sur de Madrid. Tambi¨¦n ?ngel, ese delantero del Getafe que apenas necesita tiempo ni espacio para marcar. Pero el canario, que lleva siete goles en total, no tuvo escr¨²pulos y sus dos goles acabaron con el Legan¨¦s y, posiblemente, sentencian a su entrenador. Dos puntos en nueve jornadas es una cifra alarmante pese a que queda una eternidad, y la imagen dada por los pepineros en el Coliseum tampoco da muchas esperanzas.
Primera victoria casera del Getafe en Primera sobre su rival m¨¢s cercano. Los de Bordal¨¢s supieron interpretar mejor un partido que se desarroll¨® esencialmente por el aire. Los aviones militares que suelen surcar el cielo de Getafe tuvieron que compartir espacio con el bal¨®n de LaLiga. Ni en el Mundial de rugby que se est¨¢ disputando en Jap¨®n se ven tantas patadas a seguir como este s¨¢bado en Getafe.
El partido fue una guerra de guerrillas con 22 soldados a cual m¨¢s implicado. Una presi¨®n en un saque de banda, una falta lateral, un saque de puerta en largo... todo era susceptible de ser peleado. Y no hab¨ªa tregua. En el metro cuadrado de c¨¦sped en el que habitaba el bal¨®n se juntaban dos o tres jugadores de cada equipo. La actividad era fren¨¦tica, pero las ocasiones estaban en extinci¨®n. La m¨¢s clara, un disparo de Maksimovic que choc¨® contra el palo izquierdo de Cu¨¦llar. Poco antes una conducci¨®n de Roque Mesa exigi¨® que Soria metiese los dedos para mandar el bal¨®n a c¨®rner.
Todo llegaba por el aire. No importaba lo lejos que estuviese el bal¨®n que el lanzador intentaba ponerlo en el ¨¢rea. Incluso los saques de banda se colgaban a la olla exigiendo potencia de brazos. En uno de esos c¨®rners manuales, Soria fall¨® en la salida y el bal¨®n le cay¨® a Recio para que ensayase desde la frontal. El meta del Getafe se reh¨ªzo con una oportuna parada. As¨ª se lleg¨® al descanso, con la parroquia mirando al cielo y pregunt¨¢ndose si se podr¨ªa ver algo mejor en la segunda parte.
Sin embargo, todo empez¨® igual, incluso con el paso de los minutos aument¨® la intensidad y, a veces, la agresividad de unos y otros. M¨¦rito al valor de los porteros, porque ni uno ni otro dudaba en salir a despejar de pu?os cada cuero que sobrevolaba el ¨¢rea.
Con semejante panorama, el gol solo pod¨ªa llegar de una manera. Por ejemplo con un centro preciso que rematase alguno de los avezados cabeceadores que hab¨ªa en el campo. Como ?ngel, que pic¨® con maestr¨ªa un pase desde la izquierda de Kenedy para adelantar al Getafe. Los dos revulsivos de Bordal¨¢s hab¨ªan dado resultado. El Legan¨¦s estaba grogui y Pellegrino meti¨® de golpe a sus dos delanteros habituales, Braithwaite y En-Nesyri, en busca del milagro.
Pero el equipo pepinero ni se acerc¨® a la porter¨ªa de Soria en los 25 minutos que quedaban. El Getafe estaba c¨®modo manejando los tiempos, dejando hacer a su rival y lanzando alg¨²n zarpazo a la contra para intimidar. Con el Lega intentando acumular gente arriba se generaron muchos espacios y bast¨® un simple pase bombeado de Arambarri que recogi¨® ?ngel, absolutamente solo, para sentenciar tras driblar a Cu¨¦llar. Un demonio canario vestido de azul se comi¨® el derbi
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