Sud¨¢frica da la patada a Gales en un duelo de gigantes
Pollard emboca a cinco minutos del final el golpe de la victoria (16-19) para los Springboks, que jugar¨¢n la final ante Inglaterra tras someter a un rival herc¨²leo

Sud¨¢frica reclama su sitio en el pante¨®n del rugby tras ver cuestionado su estatus como potencia. Dos a?os despu¨¦s de ser humillada en Nueva Zelanda (57-0), s¨ªntoma de un proyecto decadente, los Springboks buscar¨¢n el pr¨®ximo s¨¢bado ante Inglaterra su tercer Mundial, que igualar¨ªa a los All Blacks en el palmar¨¦s. Se han ganado el derecho este domingo en Yokohama tras someter a Gales en un duelo con aroma a anta?o que resolvieron con su tradicional tratamiento de delantera y defensa. El XV del Drag¨®n se levant¨® una y otra vez en busca de su primera final, pero su haza?a result¨® incompleta.
En su pen¨²ltima misi¨®n como seleccionador gal¨¦s, el neozeland¨¦s Warren Gatland abraz¨® sin remilgos el juego al pie, rebautizado por sus cr¨ªticos como Warren ball, una cr¨ªtica por ser un estilo simpl¨®n que se aprovechaba de los duros inviernos en el hemisferio norte. Cada oval al cielo es una invitaci¨®n con espinas. En ese juego del error, pocas selecciones tienen m¨¢s tablas que Sud¨¢frica. Su medio-mel¨¦ Faf de Klerk, criticado en casa por patear demasiado, realiz¨® otro ejercicio de fiabilidad ante dos tiral¨ªneas como Dan Biggar y Gareth Davies.
El lenguaje a¨¦reo era el mecanismo de defensa gal¨¦s ante la presi¨®n de los sudafricanos. Llevar el oval ante los Springboks es un incordio de cuidado. Sus placajes, nunca faltos de contundencia, ganan a menudo metros y obligan a un riesgo excesivo en el juego a la mano a cambio de mantener la posesi¨®n. Su trabajo en el ruck para robar el bal¨®n o, cuanto menos, ensuciar la liberaci¨®n, no tiene parang¨®n. A eso se a?ade su fiabilidad al poner el bal¨®n en la banda para una selecci¨®n que perdi¨® a la media hora de juego su primer saque de touch del torno tras haber ganado los 57 anteriores al encuentro. Gales no desmerece, con el gran capit¨¢n Alun-Wyn Jones faj¨¢ndose en las trincheras, pero el reto f¨ªsico era de enjundia. Y George North, el talentoso ala gal¨¦s que asombr¨® al mundo precisamente a Sud¨¢frica en 2010, se march¨® lesionado.
Sud¨¢frica desequilibraba los n¨²meros con su demoledora mel¨¦. De Klerk se encargaba de poner en marcha el bal¨®n lo m¨¢s tarde posible para agotar a los galeses y canjear alguna falta. Tras uno de esos esfuerzos agotadores, se abri¨® un canal propicio por la izquierda, pero el bal¨®n se le escurri¨® a Handr¨¦ Pollard. Fue lo m¨¢s cerca que se pudo intuir el ensayo en un primer tiempo en el que el apertura sudafricano canje¨® sus tres patadas a palos. Biggar hizo lo propio con el XV del Drag¨®n, que se manten¨ªa a tiro con incursiones m¨¢s contadas (6-9).
El Warren ball, a pleno rendimiento
El lenguaje del partido planteaba un dilema a Gales, llamada a ser cocinada a fuego lento ante el musculado banquillo sudafricano. En esas, el Warren ball empez¨® a sonre¨ªrles. El primer proyectil le explotar¨ªa a De Klerk ¨Cque despu¨¦s empez¨® a agarrar camisetas galesas y encar¨® su menuda figura con la del gigant¨®n Ball¨Cy el XV del Drag¨®n aprovecho la posesi¨®n para sacar un golpe de castigo de los sudafricanos. El infalible Biggar canje¨® los puntos y devolvi¨® la igualada. Pero los recambios hab¨ªan entrado en calor y Sud¨¢frica ech¨® todo el carb¨®n a sus calderas. Y una jugada que naci¨® en un maul, su gran¨ªtica plataforma, desemboc¨® en ensayo. Marca de la casa. El esfuerzo gal¨¦s por frustrar esa plataforma pas¨® factura y llegaron las embestidas de los Srpingboks. Pollard abri¨® un par de brechas y Damian de Allende, un centro destructor, mantuvo el equilibrio rumbo al ensayo.
En su gran momento de dudas, tir¨® de gallard¨ªa Gales. Se plant¨® por primera vez en la l¨ªnea de cinco metros rival y percuti¨® sin aspavientos a la delantera sudafricana. Fueron 21 fases agotadoras que la muralla verde resisti¨® sin inmutarse, pero el ¨®rdago era evidente. Y los Springboks, sorprendidos cuando el XV del Drag¨®n pidi¨® mel¨¦ en el golpe de castigo posterior, claudicaron. Tomos Williams liber¨® r¨¢pido el bal¨®n y Josh Adams aprovech¨® la superioridad por el costado izquierdo para anotar su sexto ensayo del torneo. Leigh Halfpenny, el otrora pateador intocable hasta su periplo por las enfermer¨ªas, convirti¨® una transformaci¨®n clave que val¨ªa el empate.
La picadura definitiva
Ese improbable ensayo cambi¨® la inercia psicol¨®gica y Gales mand¨® a sus delanteros a la pen¨²ltima batalla. El trabajo era preparar la pista de despegue para que Patchell pateara entre palos el drop de la victoria. Resisti¨® sin grietas Sud¨¢frica y el XV del Drag¨®n, con sus efectivos agotados, ech¨® el oval hacia atr¨¢s y cruz¨® los dedos. El drop de Patchell se qued¨® corto; ah¨ª estuvo el desenlace alternativo.
Sud¨¢frica asest¨® entonces la picadura definitiva. Salieron de su retaguardia ensuciando el ataque gal¨¦s y forzando un golpe por retenci¨®n. Ya en campo rival, manejaron el ruck para que fueran las camisetas rojas las que cometieran la falta decisiva. Pollard canje¨® el tiro entre palos y su selecci¨®n defendi¨® la ventaja. Un par de patadas atinadas encerraron al XV del Drag¨®n en su zona de 22. La de De Klerk, con un bote paralelo a la l¨ªnea de cal, tuvo enjundia. Sud¨¢frica torpede¨® el saque de touch posterior y el gran capit¨¢n gal¨¦s firm¨® la sentencia con un manotazo descontrolado. A la desesperada, los galeses trataron de robar la ¨²ltima mel¨¦. No hubo suerte y el banquillo sudafricano descorch¨® el champ¨¢n. La naci¨®n arco¨ªris vuelve a la final.
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