La eterna obsesi¨®n de Tiger
Despu¨¦s de igualar el r¨¦cord de 82 victorias en el PGA de Sam Snead, Woods enfoca de nuevo los 18 grandes de Nicklaus
Tiger Woods fue golfista antes que ni?o. Sin elecci¨®n. Su destino fue programado y ejecutado por su padre, un boina verde que quiso que su hijo fuera lo que ¨¦l no fue. Earl Woods no pudo cumplir el deseo paterno de ser deportista profesional. Se qued¨® en un jugador de b¨¦isbol de segunda fila, el ¨²nico negro en su equipo, a menudo v¨ªctima del racismo. Al chico no le dejaban quedarse en el mismo hotel que sus compa?eros, o simplemente ni pod¨ªa bajar del autob¨²s para jugar. Esas frustraciones las volc¨® Earl en su hijo Eldrick, a quien llam¨® desde ni?o Tiger en honor a un compa?ero del ej¨¦rcito que le salv¨® la vida en la guerra de Vietnam. Earl hizo todo lo posible para que el peque?o triunfara en el deporte, aunque eso supusiera sacrificar todo lo dem¨¢s.
Woods gan¨® este lunes el Zozo Championship en Jap¨®n. Era su victoria n¨²mero 82 en el circuito estadounidense, el PGA Tour, al que pertenece el torneo japon¨¦s. Otro r¨¦cord m¨¢s en su prodigiosa carrera, igualando a los 43 a?os el registro de Sam Snead, que caz¨® 82 t¨ªtulos entre 1936 y 1965, ambos por delante de Jack Nicklaus (73). Ya nadie est¨¢ por encima de Tiger en torneos ganados. Ese camino que Earl comenz¨® a dibujar cuando naci¨® Tiger lleg¨® a una primera parada. Pero no la definitiva. El duro militar estaba obsesionado con que su hijo fuera el mejor de la historia ( y hasta dec¨ªa que iba a influir en la humanidad como ning¨²n otro l¨ªder). Y Tiger no ser¨¢ el mejor, palmar¨¦s en la mano, mientras Jack Nicklaus siga con el r¨¦cord de 18 grandes, tres m¨¢s que ¨¦l.
De Sam Snead a Nicklaus se construye la carrera de Tiger. Ser el mejor ha sido la ¨²nica v¨ªa. A cualquier precio. El relato de la infancia de Woods es aterrador. Con seis meses, su madre, Kultida, tan extremadamente estricta con la educaci¨®n de su hijo (le ense?¨® a multiplicar a una edad a la que el resto de ni?os apenas conoc¨ªa los n¨²meros) como su padre con el deporte, le daba de comer en el garaje de casa mientras ve¨ªan a Earl dar bolas ante una red cientos de veces. Cada violento golpeo serv¨ªa para que Tiger abriera la boca y comiera. Siendo un beb¨¦, Tiger presenci¨® un swing de golf m¨¢s que cualquier otro movimiento en el mundo. Con menos de un a?o, seg¨²n Earl, se baj¨® de la silla, cogi¨® un palo e imit¨® lo que tantas veces hab¨ªa visto. En ese momento Earl empez¨® a entrenarle.
La an¨¦cdota refleja lo que ha sido la vida de Tiger hasta batir ahora el r¨¦cord de Snead y enfilar la gesta de atrapar a Nicklaus. Golf, solo golf. A todas horas. Antes de los dos a?os, Tiger era un robot en miniatura con una coordinaci¨®n asombrosa para darle a la bola, y Earl hizo que saliera en televisi¨®n. Le estaba convirtiendo en un producto. Con cinco a?os, le hizo hacer una exhibici¨®n ante sus compa?eros de colegio. Mientras todos miraban pasmados, Earl les hablaba de disciplina. Ni siquiera escuch¨® a la profesora cuando en otra ocasi¨®n esta le pidi¨® que dejara a Tiger jugar al f¨²tbol con los dem¨¢s ni?os. Golf, solo golf. No dud¨® tampoco cuando utiliz¨® con su hijo su experiencia como profesor de Ciencias Militares. Impart¨ªa en Nueva York la asignatura de Guerra Psicol¨®gica. Y us¨® esas t¨¢cticas con el ni?o.
Si Tiger hubiera llegado a la cima sin ese padre febrilmente autoritario es algo desconocido. Solo un competidor feroz es capaz de llegar a las 82 victorias en una ¨¦poca de tremenda competitividad. Snead construy¨® su curr¨ªculo con algunos triunfos en torneos en los que hab¨ªa una participaci¨®n reducida o con jugadores de bajo nivel, y cuando la II Guerra Mundial trunc¨® la preparaci¨®n de muchos deportistas. Lleg¨® a ese registro en 30 temporadas y 425 torneos (un 19,2% de victorias). Tiger, en seis cursos menos y 359 torneos (un 22,8%).
Tiger ha ganado a tres generaciones diferentes. Solo en la d¨¦cada de los 2000 amas¨® 56 victorias. Su triunfo en Jap¨®n estira una carrera que a punto estuvo de hundirse por sus problemas f¨ªsicos (cuatro operaciones de espalda y cuatro de rodilla) y personales. Del infierno ha regresado para lograr su segundo triunfo este a?o tras el Masters de Augusta, su 15? grande, con el que volv¨ªa a poner el reloj en marcha. Desde 2013 no ganaba m¨¢s de un t¨ªtulo en un a?o natural. Y ha ascendido al sexto puesto mundial.
¡°El futuro parece brillante¡±, dijo Tiger tras llegar al 82; ¡°ahora s¨ª me veo jugando hasta los 50 [Snead gan¨® su ¨²ltimo t¨ªtulo con 52[. Esta semana ha sido una magn¨ªfica se?al para el futuro. Est¨¢ volviendo la velocidad en el swing y me duele menos la espalda. Estoy disfrutando¡±.
?Se elegir¨¢ el capit¨¢n Tiger a s¨ª mismo para la Presidents Cup?
¡°Creo que el jugador ha captado la atenci¨®n del capit¨¢n¡±, dijo Tiger tras vencer en Jap¨®n. El jugador es ¨¦l. El capit¨¢n, tambi¨¦n. Bromeaba Woods con una curiosa situaci¨®n. El Tigre es el capit¨¢n de Estados Unidos para la pr¨®xima Presidents Cup (EEUU contra una selecci¨®n de golfistas no europeos), que se celebra del 12 al 15 de diciembre en Melbourne. Como jugador, no ha obtenido ninguna de las ocho plazas directas. Pero como capit¨¢n tiene a su disposici¨®n cuatro invitaciones (puede que cinco si Brooks Koepka no se recupera de su lesi¨®n de rodilla). ?Se elegir¨¢ Tiger a s¨ª mismo?
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