Rodrygo, un novato de r¨¦cord
El brasile?o, de 18 a?os, firma un triplete perfecto, con ambas piernas y de cabeza, y emula a Ra¨²l ante el Ferencv¨¢ros en 1995
Rodrygo Goes presenta un gesto de ni?o que corresponde plenamente con su fisonom¨ªa (174 cent¨ªmetros y 64 kilos, unos seis por debajo de la regla muscular que determina la relaci¨®n ideal entre peso y altura) y, sin embargo, su manera de jugar imita a la de los jugadores veteranos. Desde la banda derecha, este brasile?o de 18 a?os no regala carreras o regates innecesarios, y parece que bajo su camisa tuviera un informe detallado de las condiciones de su marcador. Ante el Galatasaray, quiz¨¢ sab¨ªa que el lateral Nagatomo, tiene tendencia a juntarse con el central (Marcao), descuidando su espalda. Visto el agujero, el brasile?o acurruc¨® un centro al ¨¢rea de Marcelo, recort¨® a Lemina y con la pierna izquierda super¨® la estirada de Muslera. Luego pesta?e¨®.
Su tercer gol de la temporada, el primero en Europa, lleg¨® con el primer remate a puerta, como ya le ocurri¨® en su estreno goleador en LaLiga frente a Osasuna. El segundo tanto volvi¨® a reunir a los mismos protagonistas, con la ¨²nica diferencia de que en esta ocasi¨®n el centro de Marcelo fue con la pierna derecha y el remate de Rodrygo con la cabeza, bien colocado entre los dos centrales turcos. Hazard, que hab¨ªa contemplado la escena por dos veces, se le acerc¨® tras el segundo y le espet¨® algo que provoc¨® la risa de ambos. Quiz¨¢ el belga le sugiriera un poco de solidaridad, por aquello de que lo bien repartido mejor sabe. El de Rodrygo era el doblete m¨¢s tempranero de la historia de la Champions: seis minutos y 13 segundos.
La movilidad selecta de Rodrygo mezcl¨® bien con las subidas de Carvajal y el auxilio de Valverde, generando un tri¨¢ngulo por el que el Galatasaray cay¨® directamente al sumidero. La aparente buena planta del equipo turco no es m¨¢s que un disfraz con las costuras sueltas. Ni siquiera la lesi¨®n de Marcelo, que se retir¨® al borde del descanso con lo que, a falta de parte m¨¦dico, remite al tercer problema muscular que padece el brasile?o a lo largo de la temporada, y que se produjo en su partido 100 en Europa con la camiseta blanca, gener¨® cierto descontrol en el Madrid.
De hecho, la inconsciencia defensiva del Galatasaray representada en la figura de Nagatomo provoc¨® una nueva piller¨ªa de Rodrygo. Caz¨® el carioca un p¨¦simo pase atr¨¢s del japon¨¦s y luego le cedi¨® el bal¨®n por bajo a Benzema. Con sus dos dianas, el franc¨¦s presenta 62 goles en la Champions (50 con el Madrid superando a Di Stefano), lo que le sit¨²a como el cuarto m¨¢ximo artillero de la competici¨®n.
Evaporado el Galatasaray al descanso, el partido adquiri¨® un tono suficientemente festivo como para que Zidane decidiera sustituir a Casemiro (la segunda vez en 15 partidos) y diera entrada a Isco, in¨¦dito en el ¨²ltimo encuentro ante el Betis. Las lecturas entre l¨ªneas de los cambios se leen en un lenguaje particular. A pesar de llevar tres goles y entregar una asistencia, Rodrygo disput¨® el encuentro al completo. Zidane le cambi¨® una ovaci¨®n cantada por una faena completa. No hay mayor mensaje de confianza para un chaval que darle la oportunidad de disfrutar de la fiesta hasta el ¨²ltimo minuto. Y en el ¨²ltimo suspiro marc¨® el tercero. Ah¨ª lleg¨® el homenaje. El triplete perfecto: un gol con la pierna izquierda, uno de cabeza, y otro con la diestra. El triplete emula a Ra¨²l ante el Ferencv¨¢ros en un 6-1 de la Champions de la temporada 1995-1996. El 7 marc¨® dos con la izquierda y uno de cabeza, siendo con 18 a?os y 113 d¨ªas el m¨¢s joven de la historia en marcar tres dianas en la Liga de Campeones. Rodrygo lo consigui¨® con 18 a?os y 301 d¨ªas.
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