Un cambio necesario
Voy a seguir con ilusi¨®n el nuevo formato de Piqu¨¦, un gran y curioso futbolista que est¨¢ demostrando tener otras inquietudes, admirable valent¨ªa y un impulso que no puedo valorar m¨¢s que positivamente
Ha llegado el momento de la verdad, la nueva Copa Davis, ese formato rompedor que ha venido provocando ciertas controversias por jubilar el sistema de eliminatorias que enfrentaba a los pa¨ªses de dos en dos a lo largo de todo el a?o.
La natural propensi¨®n a rechazar cambios no deber¨ªa llevarnos a no valorar cu¨¢ndo ¨¦stos son necesarios para resolver los problemas enquistados. Y la Copa Davis, es evidente que los ten¨ªa. La Federaci¨®n Internacional de Tenis (ITF) se ha mostrado hasta el d¨ªa de hoy con poca capacidad o voluntad para subsanarlos y preservar, por tanto, el vacilante prestigio de esta competici¨®n en los ¨²ltimos tiempos. A un calendario ya suficientemente apretado hab¨ªa que meter con calzador las eliminatorias que, adem¨¢s, pod¨ªan suponerle al tenista un cambio de superficie y un desplazamiento al otro lado del globo, para despu¨¦s retomar su curso normal en menos de 24 horas. Es evidente que los mejores tenistas no pod¨ªan ni deb¨ªan pagar este precio y una competici¨®n que no puede asegurar la participaci¨®n de sus representantes m¨¢s destacados, se debe actualizar.
A m¨ª, particularmente, como a tantos aficionados y profesionales del tenis, me encantaban las Copas Davis de toda la vida y me cuesta tener que renunciar a ese ambiente festivo y vibrante que se viv¨ªa en Sevilla, en Valencia, en Alicante o Madrid. Pero creo que un cambio era inevitable, como tambi¨¦n que deber¨ªamos acoger el enorme esfuerzo que se est¨¢ llevando a cabo para dar ese nuevo impulso a nuestro deporte. Seguramente vamos a descubrir grandes atractivos a la nueva Davis que en unos a?os tambi¨¦n se nos antojar¨ªan irrenunciables.
Roger Federer ha mostrado sus dudas sobre el hecho de que la persona que lidera este nuevo proyecto sea un futbolista profesional y no alguien de nuestro gremio. Yo, en cambio, no solo no lo percibo como una intromisi¨®n, sino que se me ocurren muchas m¨¢s consecuencias positivas que negativas. El hecho de que Gerard Piqu¨¦, un exponente mundial del f¨²tbol, alguien con el suficiente reconocimiento y ¨¦xito como para estar ya bien satisfecho, apueste por un deporte que, a d¨ªa de hoy, sigue estando por debajo del suyo, despierta en m¨ª un buen agradecimiento tanto hacia ¨¦l como hacia su equipo.
Otra cosa muy distinta es el hecho de que, como simpatizante del F¨²tbol Club Barcelona, todo junto me suscite extra?eza y cierta sensaci¨®n de descontrol por parte de la directiva azulgrana. Es evidente que los tiempos han cambiado mucho. Una cosa as¨ª no se hubiera permitido en la ¨¦poca en que mi hermano Miguel ?ngel jugaba en el club, con Josep Llu¨ªs Nu?ez como presidente y Johan Cruyff como entrenador. El t¨¦cnico holand¨¦s les obligaba a evitar cualquier cosa que les pudiera suponer una distracci¨®n, lo que ¨¦l denominaba ¡°un coste social¡±.
En fin. Dejando de lado mis preocupaciones futbol¨ªsticas, como profesional del mundo del tenis y como buen aficionado voy a seguir con ilusi¨®n y grandes expectativas el nuevo formato de Gerard Piqu¨¦, un gran y curioso futbolista que est¨¢ demostrando tener otras inquietudes, admirable valent¨ªa y un impulso que no puedo valorar m¨¢s que positivamente.
Pienso que disfrutaremos un gran evento que ir¨¢ mejorando y convenciendo de a?o en a?o, que va a beneficiar enormemente a la ciudad de Madrid, este a?o, y al mundo del tenis en general, por muchos a?os m¨¢s.
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