Solo Mbapp¨¦ brill¨® igual que Keylor
El delantero franc¨¦s y el portero costarricense se lucen en un Bernab¨¦u que silb¨® intensamente a Neymar
Si el f¨²tbol es un deporte indescifrable, en gran parte lo es porque quienes lo practican siguen siendo un enigma para todos los que les observan desde el banquillo, la grada o la televisi¨®n. Cuando se presupone una actuaci¨®n sublime por la concentraci¨®n de estrellas que se re¨²nen sobre el verde, aparecen, de repente, partidos que vuelven a evidenciar que las figuras son solo una parte del show. En un partido con Hazard, Benzema, Mbapp¨¦ o Neymar sobre el campo, hombres como Keylor Navas (10 paradas), Sarabia o Valverde acapararon los flashes de un duelo que cambi¨® en la medida en la que los patrones de juego y la cantidad de centrocampistas que reuni¨® cada equipo en las distintas fases del partido fue alter¨¢ndose. Sin embargo, el poder de atracci¨®n de tanto crack local o visitante eclips¨® ese f¨²tbol subterr¨¢neo que acab¨® por imponerse en un duelo absolutamente inexplicable.
De entre todos los visitantes ilustres Mbapp¨¦ fue el ¨²nico que dej¨® claro que el peso de su nombre se sostiene sobre unas capacidades atl¨¦ticas fuera de lo com¨²n. Pasea por el campo el franc¨¦s como si las piernas se le fueran a salir del cuerpo. Al arqueo caracter¨ªstico de los futbolistas se le suma en el caso de Mbapp¨¦ un andar propio de quien posee un masa muscular mayor que la media. De espaldas Kylian intimida por su figura, fibrosa y estilizada, mientras que de frente esa armadura queda coronada por un rostro afilado, tambi¨¦n aerodin¨¢mico.
Sali¨® el Madrid a disputar una carrera contra un b¨®lido inferior en caballaje, pero no se amilan¨® ante las primeras demostraciones de velocidad del franc¨¦s. En dos arrancadas casi consecutivas Mbapp¨¦ dej¨® atr¨¢s a Marcelo primero y a Sergio Ramos despu¨¦s, con tanta claridad que ni utiliz¨® el retrovisor para calcular la distancia desde la que le persegu¨ªan. Sin embargo, el tormento que supuso para el lateral brasile?o del Madrid tener en su carril a semejante elemento, no tuvo el mismo efecto intimidatorio en Carvajal, otro auto de condiciones destacables que resguard¨® mejor que bien su carril durante la primera mitad.
Pitado por lo bajini por el p¨²blico del Bernab¨¦u durante su presentaci¨®n por los videomarcadores (se notaba que todos se lo imaginan en alg¨²n momento de su carrera vestido de blanco), Mbapp¨¦ se choc¨® con Zidane cuando en un sprint defensivo arrebat¨® el bal¨®n a Marcelo justo frente a la estampa del t¨¦cnico del Madrid. Ambos se chocaron la mano y el jugador volvi¨® a colocarse sobre su ra¨ªl. El problema para el joven Kylian es que pasado el susto inicial el Madrid agarr¨® el bal¨®n y ech¨® el freno de un PSG incapaz de sobrevivir al ralent¨ª. Pidi¨® Zidane f¨²tbol a su equipo en la previa del partido como mejor argumento para contener al lujoso equipo franc¨¦s, y despleg¨® un cat¨¢logo de entregas r¨¢pidas que combin¨® con movimientos al espacio que pillaron siempre fuera de juego al equipo franc¨¦s.
Trat¨® de remendar el desaguisado Tuchel dando entrada a Neymar, a quien el Bernab¨¦u s¨ª silb¨® intensamente, sin llevar a cabo ninguna modificaci¨®n t¨¢ctica a?adida, como cuando se lanza un ¨®rdago con solo una pareja de reyes. Se dio cuenta a tiempo el alem¨¢n de que la apuesta se quedaba corta y la entrada de Sarabia y Draxler en la segunda parte gener¨® los primeros problemas serios al Madrid que dieron como resultado un empate que dej¨® en evidencia que el f¨²tbol sigue siendo de los jugadores, de todos, independientemente del nombre que lleven en la camiseta.
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