El Bar?a no se asimila en dos d¨ªas

Hay un dato que por mucho que parezca sistem¨¢tico no debe pasar desapercibido: el Bar?a se ha convertido en l¨ªder de su grupo por 13? vez consecutiva en la Liga de Campeones. Independientemente de que luego nos toque analizar por qu¨¦ le ha costado dar la puntilla final al t¨¦rmino de la temporada en las ¨²ltimas ediciones, tampoco es un logro que se deba dar por sentado cada a?o, porque siempre hay obst¨¢culos por el camino que te dejan segundo de grupo y expuesto al zarpazo de otro gigante. Tambi¨¦n es cierto que hoy los grupos est¨¢n configurados para que los favoritos est¨¦n predestinados a la clasificaci¨®n, aunque siempre aparece alguna sorpresa, como el Leipzig de Julian Nagelsmann, que se ha metido en octavos por primera vez en su historia.

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Pero son m¨¢s las voces que han puesto el acento en un Bar?a sin buenas sensaciones en este primer tramo de temporada. D¨ªas antes de firmar su mejor partido de Champions, la victoria contra el Legan¨¦s hab¨ªa dejado m¨¢s dudas que certezas. Es la naturaleza del f¨²tbol de hoy, con opiniones cambiantes cada cuatro d¨ªas. En anteriores cursos nos hemos acostumbrado a que el Bar?a sea aspirante a todo en diciembre. Pero esta campa?a puede ir de menos a m¨¢s. Cuenta con una plantilla de buenos mimbres, a veces es cuesti¨®n de tiempo que las piezas encajen, que los jugadores nuevos vayan asumiendo automatismos con sus compa?eros y que futbolistas que han sido estrellas en otros equipos, como Griezmann, necesiten tiempo. El Bar?a es otro mundo para el reci¨¦n llegado: no solo por tener que adaptarte a un h¨¢bitat nuevo, tambi¨¦n porque te toca aprender de otra tradici¨®n de jugar al f¨²tbol. De entrada, no es algo que se asimile en un curso intensivo de dos d¨ªas.

Griezmann y De Jong comienzan a dar s¨ªntomas de estar avanzando en ese aprendizaje, bien sea en el tridente ofensivo o en la sala de m¨¢quinas, y eso se nota en el campo. Los buenos jugadores est¨¢n condenados a entenderse, de lo contrario no ser¨ªan buenos jugadores. La combinaci¨®n entre Griezmann, Messi y Su¨¢rez dar¨¢ frutos. Hasta ahora ha estado marcada por la impaciencia. Las expectativas fueran altas con esa concentraci¨®n de estrellas en el ataque, y la presi¨®n externa exig¨ªa recortar los plazos de adaptaci¨®n. Tiempo al tiempo.

No me atrever¨ªa a decir que la rotunda victoria contra el Borussia Dortmund puede ser el punto de partida de un resurgir del Bar?a. El conjunto cul¨¦ a¨²n tiene que encontrar esa regularidad de juego que acompa?e a los resultados, independientemente de firmar un partido m¨¢s o menos vistoso. La buena noticia es que tiene elementos en su plantilla para ir sac¨¢ndole el m¨¢ximo rendimiento. Comenzando con un amplio abanico de posibilidades en el medio campo con Busquets, De Jong, Arthur, Rakitic, Vidal¡­ varias combinaciones con perfiles muy diferentes que necesariamente suponen m¨¢s una ventaja que un problema, porque ir¨¢n dando juego dependiendo del tipo de partido. Creo que no ayuda dar rienda suelta a debates sobre qui¨¦n deber¨ªa jugar o no. En lugar de preguntarnos por qu¨¦ no es titular Griezmann por Demb¨¦l¨¦, o un Ansu Fati que ilusiona a la grada por su juventud, deber¨ªamos preguntarnos de forma constructiva por qu¨¦ se ha elegido a ¨¦ste o aquel futbolista antes de extraer conclusiones negativas.

Que nadie se lleve a enga?o. El Bar?a de Xavi e Iniesta es historia y su nueva cara requiere un reajuste que posiblemente nunca llenar¨¢ el hueco que han dejado dos jugadores ¨²nicos. No se les puede buscar sustitutos en un abrir y cerrar de ojos. Nombres como Arthur o De Jong a¨²n son j¨®venes y es injusto compararles con el mejor Xavi o Iniesta. Y en ese n¨²cleo de j¨®venes con proyecci¨®n incluyo a Demb¨¦l¨¦. Tiene absolutamente todo: velocidad, desborde, condici¨®n de ambidiestro, dinamismo. Est¨¢ claro que necesita enganchar la regularidad, condicionada por sus recurrentes lesiones. Pero por su potencial, mejor que club y jugador se den una oportunidad.