La importancia de la discreci¨®n
A los profesionales del f¨²tbol que vivimos por dentro la complejidad de estas situaciones nos llama la atenci¨®n la manera en que ha trascendido la salida de Robert Moreno y la vuelta de Luis Enrique

El relevo en un banquillo a mitad de temporada, independientemente de las circunstancias, debe ir acompa?ado de la m¨¢xima discreci¨®n. Es lo m¨¢s sano para las partes implicadas, y tambi¨¦n para evitar alg¨²n intento de intoxicaci¨®n sobre la percepci¨®n de un equipo en el exterior. En mi etapa como director deportivo en el Maccabi de Tel Aviv, me cuid¨¦ mucho de evitar cualquier filtraci¨®n cerrando las sesiones de entrenamiento a la prensa a cal y canto, para disgusto de los medios locales, habituados a campar a sus anchas en la ciudad deportiva y a hacer corrillos con futbolistas. Les cost¨® asumirlo pero, a la larga, creo que acabaron entendiendo con respeto la decisi¨®n. Ese es el camino trazado hoy en d¨ªa en el f¨²tbol profesional, y cualquier vestuario lo agradece para centrarse al cien por cien en mejorar.
Ya lo he comentado anteriormente: en el Maccabi tambi¨¦n asum¨ª que estaba en un equipo trampol¨ªn para entrenadores con gran proyecci¨®n, y en alguna ocasi¨®n nos toc¨® lidiar con un cambio de t¨¦cnico a mitad de temporada, cuando le llegaba una oportunidad para crecer. Nuestra condici¨®n de club blindado nos facilit¨® mucho las cosas a la hora de ejecutar cualquier transici¨®n sin ruido exterior. Fue el caso de la salida de Slavisa Jokanovic apenas seis meses despu¨¦s de llegar a Israel. El Fulham llam¨® a su puerta en v¨ªsperas de Navidad en 2015, y ¨¦l me confes¨® que quer¨ªa volver al f¨²tbol ingl¨¦s. Para m¨ª supon¨ªa un claro rev¨¦s dejar marchar a un preparador que nos hab¨ªa metido en la Champions League y ten¨ªa al equipo l¨ªder en la clasificaci¨®n. Pero asum¨ª que Inglaterra era para ¨¦l un destino irrechazable meses despu¨¦s de subir al Watford a la Premier League y me propuse un reto a¨²n m¨¢s complicado: convencer a Peter Bosz, entonces un t¨¦cnico holand¨¦s con gran proyecci¨®n, para que cambiara el Vitesse por el Maccabi. Tanto la prensa israel¨ª como la brit¨¢nica apenas tuvieron constancia de esos movimientos. Tras una dif¨ªcil negociaci¨®n, los due?os del Fulham y del Maccabi pactaron una indemnizaci¨®n, y Jokanovic y yo anunciamos su marcha en una rueda de prensa con palabras de agradecimiento mutuo al t¨¦rmino de un partido.
A los profesionales del f¨²tbol que vivimos por dentro la complejidad de este tipo de situaciones nos llama la atenci¨®n la manera en que ha trascendido la salida de Robert Moreno y la vuelta de Luis Enrique, algo que deber¨ªa ser una gran noticia despu¨¦s de una tragedia personal. Sorprende que haya salido a la luz demasiada informaci¨®n que deber¨ªa haber quedado de puertas adentro. El episodio ha dejado de lado lo esencial, que Espa?a se ha clasificado para la Eurocopa como primera de grupo de forma ejemplar y con destellos de buen f¨²tbol, as¨ª como las ganas de volver de Luis Enrique.
Bien diferente ha sido la gesti¨®n del anuncio del relevo en el banquillo del Tottenham, ejecutado en dos golpes en menos de 12 horas, sin margen para cruzar informaciones interesadas. El ruido de la llegada de Jos¨¦ Mourinho ha amortiguado el clamor de los aficionados por la salida de Mauricio Pochettino. Y me ha gustado especialmente comprobar c¨®mo todas las partes han destacado el legado que ha dejado Pochettino en un club que sin duda ha experimentado un salto de calidad en sus cinco a?os al frente. De no haber creado esa plataforma para seguir creciendo, a Mourinho no se le hubiera pasado por la cabeza asumir las riendas de ese club. Y el propio t¨¦cnico portugu¨¦s tuvo a bien reconocer los m¨¦ritos de su antecesor ante los medios. Independientemente de que su salida haya dejado o no alg¨²n regusto amargo, todos los protagonistas se han volcado en poner el acento en lo positivo. Este paso por el norte de Londres le servir¨¢ a Pochettino para acabar en un grande europeo, y Mourinho buscar¨¢ reencontrar su toque m¨¢gico en la Premier. Al final, todos contentos.
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