La Real Sociedad pone en su sitio al Bar?a
Los azulgrana se dejan dos puntos camino al cl¨¢sico despu¨¦s de un hermoso partido alterado por la actuaci¨®n arbitral
La Real puso en su sitio al Bar?a camino del cl¨¢sico del mi¨¦rcoles en el Camp Nou. No se sabe todav¨ªa muy bien cu¨¢l es el calibre del equipo de Valverde. No ha lugar para la euforia, despu¨¦s que se interrumpiera la racha de victorias (seis) y de los goles de Messi (12), ni tampoco para la depresi¨®n despu¨¦s de pasar por San Sebasti¨¢n. A los azulgrana les falt¨® f¨²tbol y autoridad para defender el liderato, a menudo volteados por una ambiciosa y juguetona Real. El m¨¦rito barcelonista estuvo precisamente en su capacidad para competir y no vencerse despu¨¦s de un partido hermos¨ªsimo por el ritmo, las alternativas y los goles, uno precioso de Griezmann. Elexrealista fue uno de los protagonistas del encuentro junto con el coloso Piqu¨¦.
Las individualidades redimieron al Bar?a frente al esp¨ªritu colectivo de la Real. Imanol Alguacil explic¨® c¨®mo se construye un equipo desacomplejado y con mentalidad ganadora, siempre a gusto con la pelota, revelaci¨®n agradable de LaLiga. Jug¨® siempre para ganar y tuvo que firmar un empate despu¨¦s de que el ¨¢rbitro pitara un penalti a Busquets al inicio, y al final le negara un segundo a Piqu¨¦ en dos jugadas muy discutidas por el Barcelona, ambas por agarrones. Los muchachos de Valverde defendieron su suerte a partir de las jugadas, no del f¨²tbol, m¨¢s dispuestos para el contragolpe que para el ataque, circunstancia sospechosa para un equipo campe¨®n de LaLiga.
La Real es un equipo de muy buen ver, agradecido para el espectador, interesante futbol¨ªsticamente y muy exigente para el rival m¨¢s cualificado, tambi¨¦n para el Bar?a. Los azulgrana salieron a la cancha con las manos en los bolsillos, la vista puesta en un estadio que ha quedado muy coqueto, espectadores del partido dibujado por los chicos de Alguacil. Al Barcelona le cuesta entrar en juego fuera del Camp Nou. Los donostiarras atacaban de ¨¢rea a ¨¢rea, de forma aseada y punzante, arrimados todos a Ter Stegen, incluso el lateral Monreal.
A nadie le extra?¨® que marcara Oyarzabal. Acaso sorprendi¨® que fuera de penalti a la salida de un c¨®rner en el que el ¨¢rbitro pit¨® falta porque Busquets agarr¨® de la camiseta a Llorente. Una jugada muy repetida en cada partido y no siempre sancionada, circunstancia que provoc¨® el enojo de los barcelonistas, penalizados por el colegiado y por el VAR. Un disparo a bote pronto de Luis Su¨¢rez dio fe de la presencia del Bar?a. La defensa es el punto d¨¦bil de la Real, desbocada ofensivamente, bien orientada por Odegaard.
A los 20 a?os, el noruego conduce r¨¢pido, acelera y frena a tiempo, filtra bien el pase en un grupo alegre, vivo y directo, dif¨ªcil de contener, solo frenado por un imperial Piqu¨¦. El equipo de Valverde no enganchaba con Messi. Atacaba de manera muy espasm¨®dica, nada continuada, porque el bal¨®n era de la Real. El vendaval donostiarra resultaba imposible de seguir para el Bar?a. No presionaban ni elaboraban los azulgrana sino que, mal posicionados, achicaban en su cancha, sin un enganche, muy descolgados Luis Su¨¢rez y Messi.
Los delanteros aguardaban el fallo del contrario m¨¢s que el acierto propio mientras la hinchada se mostraba entusiasmada por la profundidad y tambi¨¦n la valent¨ªa de la Real. Tan atrevido y agradecido es el plantel de Alguacil, siempre dispuesto a salir de su ¨¢rea con el cuero al pie, incluso cuando por las ausencias utiliza a un volante de central como Zubeldia, que a veces comete errores ingenuos como el que propici¨® el 1-1. No atin¨® Llorente y Luis Su¨¢rez habilit¨® a Griezmann.
El exrealista control¨® el cuero en carrera y su transici¨®n acab¨® con un toque sutil de zurda, una picadita precisa, sobre la salida de Remiro. Un gol muy propio de Griezmann en la Real, en el Atl¨¦tico y en el Bar?a pese a que la jugada dur¨® menos que las ya vistas en Eibar y ante el Mallorca. Aunque no regatea y es muy discreto en el mano a mano, el franc¨¦s ataca muy bien al espacio, incontenible incluso para su exequipo, el mismo en el que se form¨® como uno de los mejores delanteros del mundo, motivo suficiente para no celebrar el gol en el Reale Arena.
El juego largo, de posesi¨®n y combinaci¨®n de la Real contrastaba con el f¨²tbol corto y a la contra del Bar?a. El 1-2 expres¨® la mutaci¨®n azulgrana en cancha ajena y su plan contra adversarios vitalistas: Piqu¨¦ gan¨® un bal¨®n dividido que lleg¨® a Busquets y su pase largo, adelantado y al vac¨ªo, alcanz¨® a Messi, definitivo en su desmarque y posterior asistencia a puerta vac¨ªa para Luis Su¨¢rez. El partido gir¨® a favor del Barcelona hasta el punto que Griezmann dispuso de un tiro claro para el 1-3. A la parada de Remiro respondi¨® despu¨¦s un error de Ter Stegen.
Monreal entr¨® por su costado y su centro fue mal rechazado por el meta, que dej¨® el cuero para el pie de Isak. El portero se sobrepuso despu¨¦s al fallo con una parada de m¨¦rito a Merino. Los goles ilustraron un encuentro precioso por el intercambio de golpes, la velocidad del juego y la emoci¨®n por el resultado, indesmayables los contendientes en Anoeta.
El partido se rompi¨® y qued¨® a merced de los delanteros, que dispusieron de diferentes opciones de disparo hasta el final, cuando Piqu¨¦ acudi¨® a rematar y no pudo despu¨¦s de ser obstaculizado por Llorente en una acci¨®n parecida a la del 1-0. El ¨¢rbitro se hizo el longuis y no entr¨® en juego el VAR para desespero del Bar?a. Quisieron los azulgrana resolver el choque en las ¨¢reas, despu¨¦s de prescindir de la l¨ªnea de centrocampistas ¡ªValverde acab¨® por utilizar hasta cinco y no destac¨® ni De Jong¡ª, y anteponer las transiciones a la combinaci¨®n, un recurso que benefici¨® sobre todo a Griezmann. El ir y venir, en cambio, sobrepas¨® a menudo a un jugador capital y en racha como es Messi. No pudo decidir el capit¨¢n y, faltos de mando y poder, los azulgrana se dejaron dos puntos y puede que el liderato en v¨ªsperas de recibir al Madrid. No es el Bar?a todav¨ªa un equipo fiable con una idea clara de juego sino que, con el marcador en el retrovisor y una n¨®mina de figuras, gestiona una transici¨®n que depender¨¢ mucho de los rivales, y la Real fue uno de los mejores.
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