Deportistas en la zona cero del coronavirus
Futbolistas, jugadores de rugby, karatecas y linieres tambi¨¦n forman parte del ej¨¦rcito civil de personas que luchan contra la pandemia trabajando como m¨¦dicos, enfermeros o polic¨ªas


Miles de personas batallan cada minuto en Espa?a para contener el coronavirus. Entre todos, tambi¨¦n un pu?ado de deportistas. Gente con otros trabajos que les han colocado en las ¨²ltimas semanas en la zona cero de una pandemia mortal. Estas son las historias de cinco de ellos.
M¨ªriam Rodr¨ªguez, ¡®Miri¡¯ (31 a?os, enfermera y portera de f¨²tbol sala). ¡°Espero no volver a vivir nada parecido¡±
M¨ªriam Rodr¨ªguez lleva dos semanas en el ojo del hurac¨¢n de la pandemia: trabaja de enfermera en el hospital de Fuenlabrada, una localidad en el sur de la Comunidad de Madrid. ¡°Espero no volver a pasar por nada parecido¡±, confiesa sin que su voz revele la dureza del d¨ªa a d¨ªa. ¡°En mi zona, la mayor¨ªa de pacientes son de mediana edad y, seg¨²n lo que te toque, llegas a casa hecha polvo, con ansiedad, pensando en qu¨¦ ver¨¦ la pr¨®xima vez que vaya¡±. Fuera de la sanidad, ella es Miri, portera de f¨²tbol sala del M¨®stoles, de la m¨¢xima categor¨ªa. Desde que explot¨® esta crisis, reconoce que entrena lo que puede, que a veces no es mucho. ¡°Hay d¨ªas que acabo tan cansada, f¨ªsica y mentalmente, que no me apetece. Estamos viviendo situaciones l¨ªmite¡±.

Antes del coronavirus estaba en Medicina Interna. Ahora no hay apenas una esquina del centro que no est¨¦ dedicada a la Covid-19. ¡°El otro d¨ªa empezaron a montar en el aparcamiento un peque?o hospital de campa?a. Han habilitado tambi¨¦n el gimnasio y las urgencias de ginecolog¨ªa las han transformado en camas de UCI. Si por planta solemos tener hasta 35 enfermos, ahora hay unos 40. La situaci¨®n es casi cr¨ªtica¡±, relata. E igual que en otros centros de la comunidad, no se han librado de la escasez de material. ¡°Vamos reciclando y sobreviviendo. Las mejores mascarillas las usamos varios d¨ªas altern¨¢ndolas con otras y con las batas vamos tirando. Nos ponemos las de papel y encima un mandil, que tapa un poco m¨¢s y es impermeable¡±, cuenta resignada.
Iragartze Fern¨¢ndez (26 a?os, enfermera y linier). ¡°Esto se hace m¨¢s cuesta arriba que trabajar en Oncolog¨ªa¡±
¡°Estuve tres a?os en Oncolog¨ªa y Hematolog¨ªa de un hospital, pero esta situaci¨®n global se hace m¨¢s cuesta arriba para nosotras¡±, explica Iragartze Fern¨¢ndez, enfermera desde hace 14 meses en un centro de salud de Bilbao y linier en cuarentena de la Liga femenina y de la Tercera Divisi¨®n. ¡°Sobre el terreno, s¨ª es peor estar en Oncolog¨ªa, sin embargo, nuestro trabajo conlleva un castigo psicol¨®gico importante y necesitamos una v¨ªa de escape que ahora no tenemos. Despu¨¦s de una jornada de estr¨¦s, no podemos quedar a tomar algo¡±, se lamenta. Una de sus pocas evasiones son los cinco minutos de sacar al perro. ¡°Me ayudan a respirar despu¨¦s de tanto tiempo con la mascarilla, que parece que te falta el aire¡±.
Esta juez de l¨ªnea de 26 a?os de Getxo, con un lustro en el arbitraje, se encuentra en la primera l¨ªnea del coronavirus. Es una de las sanitarias encargadas de atender en ¡°la zona sucia¡±, como se conoce, a los posibles infectados. Les toma las constantes y decide si pasan a consulta m¨¦dica o se marchan a sus domicilios para hacerles seguimiento telef¨®nico. ¡°Nosotros lo estamos viviendo con mucho miedo. El virus es muy contagioso, en ocasiones nos falta material y el ambiente de trabajo es raro. Existe un clima de desconfianza entre el personal sanitario y tambi¨¦n de los pacientes. La gente lo va entendiendo, pero a veces no se creen cuando les decimos que se queden en casa estando enfermos, se sienten desprotegidos. Un cristo de la leche¡±, remata. ¡°Cada d¨ªa tenemos un protocolo nuevo. Lo que hac¨ªa ayer, ha cambiado o es insuficiente¡±. El Pa¨ªs Vasco es una de las regiones m¨¢s afectadas y su habitual media jornada laboral se ha ampliado a completa y subiendo. ¡°Ya nos empiezan a decir que tendremos que ir s¨¢bados y domingos¡±, apunta.

Laura Palacio (33 a?os, polic¨ªa nacional y karateca). Del tatami a la calle
La karateka Laura Palacio es triple medallista europea y mundial en la modalidad de kumite. Y tambi¨¦n polic¨ªa nacional hace nueve a?os. Sus mandos en la comisar¨ªa provincial de Santa Cruz de Tenerife pensaron en un departamento sin riesgos f¨ªsicos, para evitar lesiones, y la destinaron a Participaci¨®n Ciudadana. All¨ª da charlas, acude a colegios y visita centros de mayores. Ahora todo eso ha quedado aparcado hasta que la Covid-19 diga y ha vuelto a patrullar por las calles. ¡°Hay que arrimar el hombro y dar el callo¡±, dice.
El giro en el ¨²ltimo mes en la vida de esta madrile?a de 33 a?os ha sido radical. De prepararse para lograr plaza en el preol¨ªmpico a vigilar que nadie se salte el confinamiento. ¡°Aqu¨ª la gente a¨²n no es muy consciente de la situaci¨®n. Por dar una vuelta, algunos salen todos los d¨ªas a comprar, incluso en pareja. El otro d¨ªa me encontr¨¦ a una se?ora que bajaba a por cacahuetes y vi a una chica que se met¨ªa en un maletero¡±, narra sorprendida. Esta es su nueva rutina. ¡°Siempre hemos sido los malos de la pel¨ªcula. Al menos, la gente ya nos valora m¨¢s¡±. Con el entrenamiento, hace hasta donde le alcanza. ¡°No tengo tatami en casa y te escurres, pero como mi marido es mi preparador tratamos de mejorar otras cosas¡±.

?lex Sorribes (28 a?os, m¨¦dico residente y jugador de rugby). ¡°De este virus solo sab¨ªa el nombre¡±
Si a ?lex Sorribes, residente de tercer a?o en Medicina Familiar y jugador de rugby de Les Abelles, le hubieran preguntado hace tres meses qu¨¦ era el coronavirus, poco habr¨ªa respondido. ¡°Lo ¨²nico que sab¨ªamos de la carrera era c¨®mo se llamaba, que era un virus respiratorio y poco m¨¢s. No entraba en los ex¨¢menes, no ten¨ªa importancia¡±, admite tras salir de una guardia de 17 horas en el hospital Doctor Peset de Valencia. ¡°La sexta y ¨²ltima del mes¡±, advierte.
Los positivos de varios compa?eros le han obligado a meter m¨¢s horas y m¨¢s d¨ªas. ¡°Al principio, las medidas de seguridad y los medios eran escasos. No siempre nos pon¨ªamos mascarilla y varios m¨¦dicos fueron cayendo. Tampoco tenemos los trajes que ves en China. Hay algunos, pero no para todo el personal¡±, comenta con un verbo vivo pese a venir de casi un d¨ªa entero seguido trabajando. Este medio mel¨¦ y ¡°jugador para todo¡± de 28 a?os alterna las guardias en el hospital con el centro de salud. Asegura que en su comunidad la situaci¨®n todav¨ªa no se ha desbordado y que psicol¨®gicamente lo lleva bien. Casi lo que m¨¢s le afecta es no poder jugar al rugby. ¡°Esta temporada ¨ªbamos primeros para subir a Divisi¨®n de Honor, no s¨¦ qu¨¦ pasar¨¢¡±, comenta. En cuanto empez¨® la crisis se march¨® de casa de sus padres para no perjudicarles porque son poblaci¨®n de riesgo y se instal¨® con su hermano y su mujer, a los que tambi¨¦n mantiene a distancia. ¡°Incluso, como un poco separado de ellos¡±, se?ala.

Estela Fern¨¢ndez (28 a?os, polic¨ªa nacional y futbolista). Una agente en cuarentena
A mediados de la semana pasada, Estela Fern¨¢ndez, centrocampista del Madrid CFF, de la Primera femenina, entr¨® en cuarentena. Un familiar hab¨ªa dado positivo. Hasta su obligado confinamiento, la crisis la hab¨ªa vivido en las oficinas de la comisar¨ªa de Parla, porque ella es polic¨ªa nacional, un lugar que sirve para explicar la evoluci¨®n de la pandemia. ¡°Hace 15 d¨ªas ten¨ªamos la sala de espera llena, con gente tosiendo. Se lo tomaban un poco a broma. A una chica la tuvimos que mandar a casa y que volviera cuando se encontrara bien¡±, explica. Ahora, solo en casos muy excepcionales se puede entrar. ¡°A la gente le tomamos la denuncia desde dentro por tel¨¦fono, y se la sacamos para que la firme¡±. Incluso para los propios agentes que trabajan all¨ª es un sitio radiactivo. ¡°Usamos lo menos posible el ba?o, los vestuarios y todas las instalaciones¡±, detalla.
Formada en la cantera de su club actual, la jugadora madrile?a de 28 a?os pas¨® tambi¨¦n tres temporadas en el Rayo. En estos d¨ªas, en su reclusi¨®n forzada, ha encontrado por fin uso para la bici, la el¨ªptica y las gomas que un d¨ªa se compr¨® por hobby.
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