Los Dolomitas de Buzzati

De todos los deportes que se pueden practicar individualmente, uno de los que peor apa?o tiene en esta etapa de confinamiento es el alpinismo. Se puede, s¨ª, reorganizar el sal¨®n y convertirlo en un roc¨®dromo dom¨¦stico y horizontal, sacar los mapas para estudiar rutas o trabajar los m¨²sculos con pesas o con un cart¨®n de leche. El principal inconveniente es que el monta?ismo tiene algo de alimento para el alma. Y desde casa es dif¨ªcil encontrar ingrediente para la dieta.

Quedan algunas opciones para gourmets. Por ejemplo, la de adentrarse en Los ind¨®mitos de la monta?a (Gallo Nero), una recopilaci¨®n de art¨ªculos, relatos y anotaciones en el diario del periodista y escritor italiano Dino Buzzati. Nacido y criado a orillas de los Dolomitas, Buzzati desarroll¨® un amor obsesivo por la monta?a. Realiz¨® su primera ascensi¨®n con 15 a?os. Antes de eso, escalaba con la imaginaci¨®n. Conoc¨ªa de memoria lugares en los nunca hab¨ªa estado. A partir de las gu¨ªas que le¨ªa, constru¨ªa v¨ªas de ataque y recorr¨ªa crestas. ¡°Hab¨ªa momentos en los que la ilusi¨®n era tal, sent¨ªa tal miedo de aquellos abismos espantosos, que hasta me faltaba el aliento¡±.

Los textos de Buzzati son un canto de amor a la monta?a. Una forma ¨²nica y apasionada de contar los Dolomitas y sus gentes o de acercarse al Himalaya. Tambi¨¦n de descubrir historias como la del gu¨ªa italiano Tita Piaz, uno de los pioneros del alpinismo moderno -¡°generoso, heterodoxo, exc¨¦ntrico, excesivo-, del que se dec¨ªa que ten¨ªa un pacto con el diablo que le permit¨ªa volar en las Torres del Vajolet. Su perro se llamaba Satan¨¢s. A Piaz todos le auguraban una muerte rom¨¢ntica, entre monta?as, atacando alguna pared imposible. Falleci¨® en un accidente de bicicleta. No le hab¨ªa dado tiempo a concretar con el demonio todos los t¨¦rminos de su acuerdo.