_
_
_
_

Cuando EL PA?S no era todav¨ªa EL PA?S

La furia del principio, de cualquier principio, est¨¢ en cada l¨ªnea de esta cr¨®nica del origen del peri¨®dico m¨¢s importante de la democracia en Espa?a, cuando nadie sab¨ªa qu¨¦ iba a ser en el inmediato futuro de una redacci¨®n muy joven, fren¨¦ticamente nicot¨ªnica. Rosi Rodr¨ªguez Loranca estuvo ah¨ª desde entonces, marzo de 1976

El edifio de EL PA?S, en la calle Miguel Yuste, n¨²mero 40, de Madrid, en 1978.
El edifio de EL PA?S, en la calle Miguel Yuste, n¨²mero 40, de Madrid, en 1978.EL PA?S

Este art¨ªculo forma parte de la revista ¡®TintaLibre¡¯ de noviembre. Los lectores que deseen suscribirse a EL PA?S conjuntamente con ¡®TintaLibre¡¯ pueden hacerlo a trav¨¦s de este enlace. Los ya suscriptoras deben consultar la oferta en suscripciones@elpais.es o 914 400 135.

El edificio triste de ladrillo gris

La mente es caprichosa porque he olvidado el d¨ªa que mis hijos me llamaron mam¨¢ por primera vez y sin embargo puedo contarles fielmente lo que sucedi¨® la primavera del 76 como si la viviera ahora.

Y aqu¨ª estoy, en la recepci¨®n de Miguel Yuste, 40. Miro el reloj?grande y anodino de la pared y absurdamente pienso en el poema de Garc¨ªa Lorca porque son las cinco en punto de la tarde. Al entrar, suelto un ufff de alivio, pues me ha costado bastante llegar. El peri¨®dico est¨¢ en una zona industrial que se llama Pol¨ªgono H, rodeado de f¨¢bricas como Pikol¨ªn, Triumph, Mirto, Clesa y la empresa estatal de armamento Cetme, vigilada y protegida por miembros de la Guardia Civil con sus torretas y todo, como si fuera una c¨¢rcel. A los que he preguntado d¨®nde est¨¢ el diario que se llama EL PA?S desconocen su ubicaci¨®n.

He estado aqu¨ª esta ma?ana haciendo los ex¨¢menes, pero me ha tra¨ªdo mi hermano en coche y el trayecto se me ha hecho cort¨ªsimo porque me lo he pasado intentando separarme las pesta?as, que de tanto r¨ªmel parec¨ªan un mazacote y atus¨¢ndome el pelo, como si me fuera la vida en cada mech¨®n.

Me aguarda el jefe de Personal mismo. Cogemos el ascensor y pulsa el bot¨®n de la segunda planta. No hemos tardado ni un minuto, pero cuando se abren las puertas tengo la sensaci¨®n de que es la sala de otro planeta: unas 50 personas escribiendo -por decirlo suavemente porque lo que hacen es aporrear las teclas-, mientras hablan, con los cigarros en la comisura de los labios, y un mont¨®n de tel¨¦fonos sonando, sin que nadie se apiade a callarlos.

-Se?orita, la Redacci¨®n.

-?Guaaauu, qu¨¦ grande!, respondo, con el asombro del ni?o que ve por primera vez un gigante en el pasacalle.

Nos acercamos a la izquierda, a unas paredes de cristal que asemejan una pecera grande ¨Cluego he sabido que, con l¨®gica, todo el mundo se refiere esa zona como la pecera- y conozco a quien va a decidir si soy apta para el puesto o no: el redactor jefe.

Alto, serio, enjuto, distante.

-?Cu¨¢l es su nombre?

-Rosi.

-Ah, Rosa, si¨¦ntese aqu¨ª que le voy a hacer un examen.

Coge un trozo de papel extra?o -que dice ser un teletipo, m¨¢s fino que una hoja normal, de color y corto, que le acaba de entregar un chico- y empieza a leer a tal velocidad que casi se atraganta y, por supuesto, comi¨¦ndose las comas, los puntos seguidos y los aparte.

Inexplicablemente estoy en suerte porque he mecanografiado?la noticia que he cogido a taquigraf¨ªa sobre una asociaci¨®n ilegal de militares, la UMD, y el hombre sieso me ha dicho:

-De momento, Rosa, puede quedarse.

Y me ha mostrado una mesa en mitad de la Redacci¨®n, con tres tel¨¦fonos raros, una Olivetti y un cacharro extra?o, que me atrevo a preguntar qu¨¦ es y responde:

-Qu¨¦ va a ser: un interfono.

Acabo de sentarme.

Al minuto escaso suena uno de los aparatos:

-Rosa, b¨²squeme al hombre de las nieves.

Cuelga, pero reconozco la voz del estirado?redactor jefe.

Disquisiciones mentales r¨¢pidas:

Una, me est¨¢ tomando el pelo y quiere que le pregunte c¨®mo voy a buscar al?abominable.

Dos, esta gente, por muchos conocimientos que tengan, en el fondo alguno ser¨¢ de pueblo tambi¨¦n y seguro que es el apodo que le han puesto a alguien.

Mi inclino por la opci¨®n dos. Deduzco que el hombre de las nieves peinar¨¢ canas y ser¨¢ feo. Echo un vistazo r¨¢pido: s¨®lo veo j¨®venes ¨Cchicos y chicas- y todos muy majos. Me levanto y pregunto a uno que ni fuma ni habla ni escribe y me est¨¢ mirando:

-Perdona, ?puedes decirme c¨®mo encontrar al hombre de las nieves?

-Claro, guapa, y me escribe su n¨²mero de tel¨¦fono de siete cifras pero sin apuntar el nombre.

Definitivamente estoy en racha. Descuelgo un tel¨¦fono y marco los n¨²meros del papel. Solo oigo: ¡°Centralita¡±. Vuelvo a marcar: ¡°Centralita¡± y as¨ª hasta cinco veces. Me estoy poniendo nerviosa y doy un recital de piano tocando los tres aparatos: ¡°Centralita, centralita¡­¡±. Buah, es marzo pero me estoy asando. Me quito el jersey. Nada, que me falta el aire y empiezo a desabrocharme la camisa, levanto la cabeza y un mont¨®n de ojos me dicen:

-Ni?a, el cero, que hay que marcar el cero.

Pues ese cero a la izquierda me ha salvado. Rezo para que el tel¨¦fono lo coja una voz masculina y no tenga que preguntar por nadie. Lo hace e inmediatamente le paso al redactor jefe porque en una de las teclas pone redactor jefe, que si no, no sabr¨ªa qu¨¦ narices hacer.

Prueba superada.

Son las seis y media.

Voy a levantarme para refrescarme porque estoy ardiendo pero una voz distorsionada del aparato sin auricular me detiene.

-Dile a Augusto que se pase por Confecci¨®n, que cierre?la entradilla, que ponga las negritas en caja alta, las cursivas en caja baja y las redondas las cambie de cuerpo porque casi no se ven. Que meta un par de ladillos y que pida de una pu?etera vez la papela.

Cuelga.

Esto es lo que ha dicho, pero lo que yo deduzco es algo as¨ª:

Tengo que decirle a alguien que se llama como el emperador romano que vaya a Corte y Confecci¨®n y cierre la puerta peque?a de la entrada. Que donde est¨¦n las jovencitas negras y las se?oras con curvas cambie unas cajas y a las m¨¢s redondas o gorditas les haga algo en el cuerpo. No s¨¦ si ha hablado de hacerles unos dobladillos o darles unos bocadillos. De lo ¨²nico que me he enterado es de que les pida la papela porque mi novio es polic¨ªa y s¨¦ que es el carn¨¦ de identidad.

Me pongo de pie y oteo la Redacci¨®n: no veo telas por ning¨²n sitio ni gente cosiendo ni chicas de color ni se?oras orondas ni curvil¨ªneas.

Tengo el pelamen largo y abundante y quisiera arrancarlo porque me estorba como si me colgara una escoba. Hasta la saciedad me han dicho las monjas del internado que vista con decoro, pero me desabrocho otro bot¨®n de la ajustada camisa porque ahora s¨ª que me va a dar algo.

Por lo visto, para entrar en la NASA hacen unas pruebas alucinantes para ver la capacidad mental de los aspirantes. La diferencia es que yo no quiero?ir ni a la Luna ni a ninguna parte del espacio. Respiro hondo y decido emplear ese sentido que dicen es tan poco com¨²n:

A ver, Rosi, c¨¢lmate, porque es imposible?que alguien se invente un lenguaje tan extremadamente raro para pillarte. Piensa. ?Qu¨¦ se hace aqu¨ª? Un peri¨®dico. ?Para qu¨¦ sirve un peri¨®dico? Realmente desconozco el fin ¨²ltimo para el que se utiliza ¨Clos vecinos lo usan para envolver y asustar al perro- pero supongo que lo que pretenden es contar?lo que pasa de una manera clara para que la gente lo entienda. ?Y con qu¨¦ se escribe y se cuentan las cosas? Con palabras.

?Eureka! Lo tengo: necesito un diccionario y veo varios.

No volver¨¦ a decir jam¨¢s que he sacado matr¨ªcula en Lenguaje porque casi todas las palabras que o¨ª salir del cacharro est¨¢n aqu¨ª?pero con otros significados, aunque saberlo no me consuela ni me ayuda porque estoy tan perdida como el d¨ªa que vine a Madrid con ocho a?os y me extravi¨¦ en el metro de Sol.

Vuelve a sonar el tel¨¦fono. Otra vez el redactor jefe.

-Rosa, por favor, necesito planillos, maquetas, papel pautado, un n¨²mero cero y pida usted misma la papela. R¨¢pido.

Cuelga.

Abro nuevamente el diccionario. Vaguedades. Ni una maldita foto de lo que tengo que encontrar. Me levanto y solo veo papeles, peri¨®dicos, libros y cuadernos, pero lo que se entiende por maquetas de algo, planos peque?os o papel raro, nada. Tampoco veo ceros ni n¨²meros por ning¨²n sitio.

Nuevamente a¨²lla el tel¨¦fono.

-Rosa, pero ?qu¨¦ hace leyendo? Que me urgen los planillos y el n¨²mero cero y recuerde la papela.

Mientras tanto, un pi pi pi pi pi pi pi piiiiii horroroso saliendo del interfono al tiempo que una voz dice: ?Pero quieres apagar ya el puto cacharro?

Ha debido de pasar una r¨¢faga de fr¨ªo siberiano porque estoy temblando. S¨®lo oigo el pumpum, pumpum, pumpum del bombeo del coraz¨®n. Intento seguir sonriendo pero las l¨¢grimas me salen en cascada. Creo que me mareo y voy a vomitar. Qu¨¦ verg¨¹enza. Tengo que hacer un esfuerzo. Me levanto y, gimoteando, entro en el cub¨ªculo cristalino y le digo al incr¨¦dulo redactor jefe:

-No estoy preparada para trabajar en la Redacci¨®n?porque le confieso que no he le¨ªdo jam¨¢s un peri¨®dico y no puedo hacer lo que me pide porque cuando habla no le entiendo. De verdad. No le entiendo nada y lo ¨²nico que podr¨ªa hacer me da corte porque ?c¨®mo voy a pedir la documentaci¨®n como si fuera la pasma? Me he ganado un cero, pero no s¨¦ c¨®mo conseguir uno para usted. Lo siento much¨ªsimo porque estar aqu¨ª es un sue?o, pero no soy la persona adecuada.

O no lo esperaba o le ha conmovido mi extremada palidez pero el lobo se ha transformado en cordero y suelta una carcajada:

-Pero criatura, que la papela es un resumen de las noticias m¨¢s importantes que daremos al d¨ªa siguiente y tienen que escribirla los jefes de cada secci¨®n para comentarlas en la reuni¨®n. Y el n¨²mero cero es el peri¨®dico que hacemos pero que no imprimimos todav¨ªa porque EL PA?S no ha salido a los quioscos.

Sin embargo, Rosa, tiene?la humildad de reconocer p¨²blicamente su ignorancia y en este pa¨ªs ¨Csi se refiere al peri¨®dico o a Espa?a nunca lo sabr¨¦- todo el mundo cree que lo sabe todo. Es usted la nueva secretaria de Redacci¨®n.

Estupefacta, abro tanto los ojos que paro las l¨¢grimas y oigo nuevamente el tintinear de las m¨¢quinas. Ya no tiemblo y?con la cara ardiendo otra vez susurro un ¡°Gracias, much¨ªsimas gracias¡± y salgo como una bala de la pecera por si cambiara de idea.

Al poco, un ordenanza fuerte, con esa bonhom¨ªa que le confiar¨ªas la vida,?se acerca y me entrega un dibujo de bienvenida.

-?Puedo ayudarla en algo, se?orita?

Le enumero los?pedidos imposibles y me dice que est¨¢ chupado y que es cosa suya. Enseguida s¨¦ que estoy estrechando una mano amiga.

Son las siete de la tarde. Piso la calle. Dudo si coger la P 9 o el 28 porque no hay metro cerca.

Cuando pierdo de vista el edificio triste de ladrillo gris que no quiere atrapar la luz y hace que trabajen los fluorescentes de d¨ªa, levanto los brazos en se?al de victoria aunque no he realizado ninguna proeza sino m¨¢s bien la simpleza de reconocer como S¨®crates que no s¨¦ nada.

Si Ast¨¦rix hubiera conocido a esta gente, jam¨¢s hubiera dicho lo locos que est¨¢n los romanos¡­.

II Profesi¨®n: feriante

Morfeo ha huido de mi cama hasta la madrugada porque estoy demasiado excitada para dormir. Normalmente empleo un rato para analizar lo que he hecho por el d¨ªa y no puedo leer porque duermo al lado de mi abuela y no puedo encender la luz para no despertarla.

Hace unas semanas vi en un programa de entrevistas de Televisi¨®n Espa?ola que iba a salir un nuevo peri¨®dico. Llam¨¦ a la cadena y, para mi sorpresa, me dan una direcci¨®n de la calle N¨²?ez de Balboa para que contacte con la empresa que lo va a editar.

Ese mismo d¨ªa les env¨ªo una carta manuscrita ofreci¨¦ndome para trabajar con ellos de lo que sea. Mis conocimientos period¨ªsticos son nulos y he hecho hincapi¨¦ en el expediente acad¨¦mico. Parece que tener tantas matr¨ªculas abre muchas puertas, porque me citaron al momento para hacer las pruebas en la calle Miguel Yuste.

Trabajo por las ma?anas en una empresa de nombre ingl¨¦s impronunciable, que enuncio con un acento british total despu¨¦s de practicar hasta el aburrimiento, porque de la lengua de Shakespeare lo ¨²nico que s¨¦ decir es ¡°yes¡± y ¡°one, two, three¡±, pero all¨ª solo est¨¢ el jefe cuando no viaja y mi cometido es coger las cartas y los recados que logro entender, por lo que mi experiencia en el ¨¢mbito laboral es nula.

Por las noches hago COU, porque mi meta es hacer Periodismo, aunque no s¨¦ en qu¨¦ consiste, no conozco a nadie que lo sea y en casa jam¨¢s hemos le¨ªdo un peri¨®dico, pero desde peque?a he o¨ªdo decir a mi madre: ¡°Sabe m¨¢s que un periodista¡± y tengo la ilusi¨®n de poseer ese conocimiento que,?por lo visto, no se consigue con ninguna otra profesi¨®n.

Casi no me puedo creer haber conseguido el trabajo y dudo si es una enso?aci¨®n. Hab¨ªa unas 50 personas ayer cuando hice las pruebas -casi todas chicas-. Nos llevaron a una sala grande, donde nos leyeron un texto, que hab¨ªa que coger a taquigraf¨ªa y luego mecanografiarlo. Tambi¨¦n un mont¨®n de test psicot¨¦cnicos.

Levanto la mano porque he terminado.

-Imposible -me dice el jefe de Personal.

-No, mire, ya est¨¢.

-Enhorabuena, se?orita, es usted rapid¨ªsima.

Una de las preguntas es la profesi¨®n de mi padre. Hasta hace dos a?os era agricultor y ganadero, pero mis progenitores vendieron los dos hatajos de ovejas, el resto de animales, los tractores y dieron las tierras de labranza en renta. Ahora mi padre trabaja en una pista de coches el¨¦ctricos propiedad de mi t¨ªo.

El hermano de mi abuelo fue quien introdujo los coches de choque en Espa?a, que trajo de Francia, y se hizo millonario, tanto que ten¨ªa un Rolls Royce. Les puso el nombre de Autopistas Loranca y por eso cuando digo mi apellido a algunos chicos les suena.

Pero ser feriante es de lo peor en la escala social. Gitaner¨ªa, vagos y maleantes. Dudo si ponerlo, pero si me averg¨¹enzo de lo que hace mi padre porque est¨¢ mal visto y yo s¨¦ que es una excelente persona, ir¨¦ contra lo que me han ense?ado: que debo decir la verdad por dura que sea.

Y pongo feriante.

Coge todos los papeles del examen y al poco se le transforma la cara al leer que soy la hija de un feriante porque est¨¢ claro que es una contrariedad, pero levanta la vista y se da cuenta de que le estoy mirando, mientras una sonrisa inocente me delata. Sonr¨ªe tambi¨¦n y s¨¦ que acaba de apostar por m¨ª porque me dice que me espera a las cinco, para que el redactor jefe mismo me haga otro examen.

Hoy es jueves 11 de marzo y son las once de la ma?ana. Subo a la cuarta planta y firmo el contrato. El jefe de Personal sonr¨ªe y dice que se alegra de haberme elegido entre todos los candidatos porque el redactor jefe es muy exigente y ha rechazado a un mont¨®n de recomendados. A una, que estaba enchufad¨ªsima, la han cambiado a Administraci¨®n. La guinda fue que le dict¨® una carta para la Marina solicitando que enviaran al peri¨®dico la escalilla y la muchacha puso que enviaran la escalerilla. Alguien del ministerio llam¨® para decir cu¨¢l de las escalerillas mandaban porque ten¨ªan miles y el cachondeo fue monumental.

El sueldo es muy bueno ¨Cunas 18.000 pesetas- y encima en prensa se trabajan menos horas que en el resto de colectivos y f¨¢bricas

Hace hincapi¨¦ en que tengo 15 d¨ªas de prueba y si todo va como se espera, despu¨¦s de dos semanas ser¨¦ fija -lo normal en las empresas y en este a?o 76, donde solo existen contratos de aprendices, becarios o fijos-. Mi horario es de 16.00 a 23.00 horas, seis d¨ªas a la semana. Los domingos la Redacci¨®n libra - menos los de Deportes, alguno de Fotograf¨ªa y Cultura porque tienen que ir a los partidos de f¨²tbol, baloncesto, los toros y alg¨²n espect¨¢culo importante-, pues el lunes no se publican peri¨®dicos en Espa?a excepto uno que se llama La Hoja del Lunes. El sueldo es muy bueno ¨Cunas 18.000 pesetas- y encima en prensa se trabajan menos horas que en el resto de colectivos y f¨¢bricas.

Bajo a la Redacci¨®n. No es la misma de ayer porque no hay ruido ni humo ni gente. Me presento a la secretaria de la ma?ana. Aunque es joven se ve que tiene?tablas. La someto a un interrogatorio meticuloso porque quiero saber c¨®mo funciona todo y que no me pase lo de ayer.

Dice estar enviando cartas de presentaci¨®n?a ministerios, ayuntamientos, empresas y centros culturales para indicarles que va a salir un nuevo diario y pedir que nos manden las convocatorias. Ella escribir¨¢ diariamente media p¨¢gina con todos los actos de Madrid porque?pretenden dar la informaci¨®n gratuita cultural m¨¢s extensa de la capital.

A pesar del silencio, cada cierto tiempo sale del fondo un ruido extra?o de m¨¢quinas. ?Es que hay otra Redacci¨®n?, pregunto. No, contesta, y me lleva a la sala de teletipos. M¨¢s de 12 aparatos conectados a todas las agencias relevantes del mundo -y de Espa?a- escupiendo papel, fotos y tiras perforadas. Acaba de sonar una campana: Reuters env¨ªa una noticia importante.

El chico que controla la sala no para un momento porque los teletipos imprimen original y tres copias, que distribuyen as¨ª: para la secci¨®n de la que es el tema, para el director adjunto, el redactor jefe y la ¨²ltima, para Documentaci¨®n. Corta?las noticias que llegan con la pericia de un cirujano -en lugar de tijeras o c¨²ter utiliza una regla grande- y la rapidez del operario de una cadena en serie de la Seat, supongamos.

24 horas. Todos los d¨ªas del a?o hay alguien vigilando porque nunca se sabe lo que puede pasar en el mundo. Dice que es imposible hacer un buen peri¨®dico sin tener la informaci¨®n que emiten las agencias.

El servicio de telex tambi¨¦n lo utilizan los corresponsales para enviar sus cr¨®nicas y el peri¨®dico para ponerse en contacto con ellos y el exterior, porque muchas veces no hay forma de comunicarse v¨ªa tel¨¦fono. El 42187 es el n¨²mero de t¨¦lex que puedo dar si alguien me lo pide, ya que los otros est¨¢n siempre ocupados.

Cuando vuelvo por la tarde -una hora antes de lo acordado- ya s¨¦ que la distribuci¨®n de las mesas corresponde a las diferentes secciones, que el Taller lo han subido al lado de la pecera saltando un pelda?o, que al fondo est¨¢ el almac¨¦n de bobinas de papel, que Documentaci¨®n est¨¢ bajando las escaleras del centro y la Direcci¨®n y Opini¨®n, arriba. Conozco los nombres?de todo el organigrama ¨Clas caras, no, porque no hay fotos- y lo mejor de lo mejor: tengo un list¨ªn telef¨®nico. Eso s¨ª, me las tendr¨¦ que apa?ar solita porque la secretaria de la ma?ana se va a las tres.

Van llegando los redactores pero casi ninguno dice hola. Se acercan a mi mesa y me saludan primero un hombre que habla muy deprisa cortando las frases con una coletilla graciosa que no logro descifrar, y luego una chica que es la doble de la cantante Marisol.

Acaba de llegar el redactor jefe y otro bajito muy moreno que se sienta a su lado. Observo que hay un tercero a la derecha, que debe ser el que manda en la Redacci¨®n, a tenor de la magnitud de la mesa y el espacio que ocupa dentro de las transparencias. Me da un vuelco el coraz¨®n. ?Qu¨¦ me pedir¨¢n hoy? Y despu¨¦s de lo de la escalerilla¡­ ufff, siento que estoy como los malabaristas subida en una escalera que se sujeta en el aire y que de un momento a otro me voy a caer.

Ha pasado una hora y me ignoran. Se me ha quitado la sensaci¨®n de precipicio interior y creo dominar la situaci¨®n.

Craso error.

Se acerca el jefe de secci¨®n de Espa?a porque me van a pasar a Antonio Cubillo, dirigente del grupo independentista canario MPAIAC (Movimiento por la Autodeterminaci¨®n e Independencia del Archipi¨¦lago Canario), que quiere dar un comunicado y cuando termine debo pasarle con ¨¦l. Intento decir que es demasiada presi¨®n para una principiante como yo, pero ya est¨¢ sonando el tel¨¦fono.

-Se?orita, voy a leerle un comunicado, ?va a grabarlo?

-No, no; yo no tengo grabadora, pero puedo cogerlo a taquigraf¨ªa.

Ni siquiera el acento canario dulcifica una voz tan firme. Si el redactor jefe ayer me hac¨ªa el examen leyendo como una moto, este hombre va en un caza. Habla, habla, habla y yo escribo signos y m¨¢s signos.

-He terminado. ?Me lo puede leer?

-No puedo.

-?Que no puede?

-No, necesito unos minutos para pasarlo a cristiano y enseguida estar¨¢ listo¡­

Aunque pende sobre mi cabeza la espada del despido, mecanograf¨ªo lo escuchado, pero para nada literal porque estoy supernerviosa

Le iba a decir que mientras que lo traduc¨ªa, que hablara con?Nacional, pero ha dicho vocablos que sonaban bastante frustrantes y me ha colgado.

Vuelve el?jefe de Espa?a.

-?Y Cubillo?

-Me ha colgado.

-?Que te ha colgado?, pero ?qu¨¦ ha pasado?

-Nada, que iba a mil y quer¨ªa que se lo leyera al terminar pero no he podido -otra vez aflorando una l¨¢grima-. Jo, es la primera vez que hablo con un independentista o terrorista o lo que sea.

Se tapa la frente con la siniestra y se aleja.

Aunque pende sobre mi cabeza la espada del despido, mecanograf¨ªo lo escuchado, pero para nada literal porque estoy supernerviosa, y lo dejo encima de su mesa, sin entender por qu¨¦ han llamado a Cubillo y me ha le¨ªdo este texto reivindicativo si no publicamos el peri¨®dico.

Suplico al cielo que no se chive al redactor jefe y como nadie me ha dicho exactamente qu¨¦ es lo que tengo que hacer, bajo por las escaleras interiores a Documentaci¨®n para no obsesionarme m¨¢s.

Es la primera vez que veo los 30 vol¨²menes de la Enciclopedia Brit¨¢nica al completo -por supuesto, en ingl¨¦s- y los 10 tomos del Larousse y un mont¨®n de diccionarios de la Real Academia, que ni sab¨ªa de su existencia, y todos los peri¨®dicos y revistas nacionales y extranjeros.

Esto es otro mundo: todos concentrados y en silencio como en una biblioteca.

Me presento e inocente pregunto para qu¨¦ sirve Documentaci¨®n en un peri¨®dico. Responde la ¨²nica persona de m¨¢s de 50 a?os que he visto hasta ahora con la frase de El Quijote pluralizada: ¡°Sin nosotros, ellos no son nada¡±.

Sigue habl¨¢ndome una documentalista: somos como los guardianes de las noticias y para acceder?a ellas y encontrarlas r¨¢pidamente las archivamos en carpetas previamente clasificadas.

La clasificaci¨®n es alfanum¨¦rica: A, para Internacional; C, para Espa?a; D, para Sociedad y al lado ponemos n¨²meros para subclasificar. Por ejemplo. G3 es el c¨®digo que damos para los temas de Prensa y Comunicaci¨®n. Muchas veces, una misma noticia tenemos que archivarla en varias carpetas y con distintos c¨®digos porque puede tener relaci¨®n con diferentes secciones.

Subo a mi sitio otra vez con ese nudo que anula la tranquilidad.

Focalizo y no dejo de mirar al que puede ser ahora mi verdugo. Ignora mi sufrimiento y est¨¢ absorto escribiendo. Al cambiar el papel pautado de su m¨¢quina -original y dos copias- me mira tambi¨¦n.

Debo tener la expresi¨®n de la que va a ser devorada por las fieras porque levanta el pulgar y sonr¨ªe; no deja de sonre¨ªr.

III Es como para ponerse a pensar

Casi todas las palabras incre¨ªbles que terminan en ¡°ada¡± y son buenas se han apoderado de m¨ª porque estoy fascinada, encantada, alucinada, maravillada, ilusionada ¡­ tanto, que he olvidado que el examen de Selectividad es en junio y ni aparezco por clase ni estudio.

Confieso que soy la ¨²nica persona de la Redacci¨®n que no sabe nada de pol¨ªtica. El dictador Franco muri¨® el a?o pasado en noviembre y nadie de mi familia fue a la plaza de Oriente?a velarlo.

No exagero.

Hace dos a?os la profesora de Lengua, una monja vestida de seglar, encarg¨® un trabajo sobre Gir¨®n. As¨ª. Gir¨®n a secas. Como si fuera alguien importante. El ¨²nico Gir¨®n que yo conoc¨ªa era un torero que se llamaba Curro Gir¨®n porque en mi casa se ven todas las corridas de toros. Me extra?¨® que pidiera una redacci¨®n sobre ¨¦l porque tampoco era tan famoso como El Cordob¨¦s o Manolete, aunque en Madrid casi nada me parec¨ªa ya raro.

Mi t¨ªo, que hab¨ªa sido maletilla y que viv¨ªa por y para los toros, me cont¨® que era un torero venezolano, que hab¨ªa tomado la alternativa en Barcelona y esas cosas que solo sabe un enterado porque en el diccionario normal no vienen.

La ma?ana de autos, un martes 13, sor Mar¨ªa, que dec¨ªa pertenecer a la Congregaci¨®n de las Hermanas Servidoras de Jes¨²s del Cottolengo del Padre Alegre, -Jes¨²s, qu¨¦ nombrecito- me llam¨® al encerado para que leyera mi redacci¨®n.

Nada m¨¢s empezar, el murmullo y cachondeo ahogan mi vocecita cual mano negra que te va apretando poco a poco el cuello, porque soy muy vergonzosa, me aterra hablar en p¨²blico y como no sab¨ªa de qu¨¦ se re¨ªan, simplemente enmudec¨ª.

La docente, supongo que consciente del mal rato que estaba pasando por su culpa -porque pod¨ªa haberse callado-, dijo que no imagin¨® que alguien no conociera al insigne exministro de Trabajo Juan Antonio Gir¨®n de Velasco y actual procurador en Cortes -como el padre de una de las alumnas presentes-, que m¨¢s que un trabajo estudiantil hizo un aut¨¦ntico testamento pol¨ªtico del se?or Gir¨®n.

Esto aclara que cuando digo que tampoco s¨¦ nada pol¨ªtica es que no s¨¦ nada de pol¨ªtica, as¨ª que lo que har¨¦ ser¨¢ escuchar y aprender de los que saben. Por ejemplo, ayer me enter¨¦ de que ¡°el compa?ero Camacho¡± del que hablan en el instituto cuando hay asambleas, no es un muchacho de otro centro madrile?o sino un importante sindicalista, de nombre?Marcelino, y que es un se?or de casi 60 a?os y no un chaval.

He vivido hasta ahora en otro mundo: no escucho la radio ni veo las noticias ni leo peri¨®dicos y he descubierto que en Espa?a uno no puede decir lo que piensa como en la mayor¨ªa de pa¨ªses de Europa, que tienen libertad de expresi¨®n. Pero lo peor es que nunca me he preguntado qu¨¦ les ha pasado a los que opinaban diferente y perdieron.

Como mis tel¨¦fonos est¨¢n dormidos y para ser sincera no tengo ning¨²n cometido espec¨ªfico ni inespec¨ªfico que realizar y en el resto de secciones rugen cual leones, me acerco a Internacional y descuelgo.

-Al habla?la hermana Pilar de la Congregaci¨®n del Sant¨ªsimo. Nuestra madre superiora quiere hablar con el padre Arias.

-Me temo hermana que se ha confundido. Esto no es un recinto religioso; es un peri¨®dico.

-Lo sabemos. Como tambi¨¦n sabemos que por desgracia?Arias -para nosotras siempre padre Arias- est¨¢ de corresponsal en Roma y queremos su tel¨¦fono...

La entonaci¨®n del ¡°?c¨®mo?¡± que suelto hace que el?jefe de secci¨®n -lo m¨¢s parecido a un esp¨ªa del otro lado del Tel¨®n de Acero- deje de hablar. Agradece que le ayude con las llamadas, asegura que Arias -escritor valios¨ªsimo- dej¨® ya la sotana y se explaya diciendo que la presencia de EL PA?S?en el extranjero es primordial, que vamos a ser un referente mundial porque tenemos corresponsales en los lugares m¨¢s importantes y todos son buen¨ªsimos profesionales.

Prosigue: le damos tanta relevancia a la informaci¨®n del exterior que, a diferencia de otros diarios, la secci¨®n que abrir¨¢ el peri¨®dico ser¨¢ la de Internacional. Y como tambi¨¦n es muy importante que los lectores conozcan lo que opinan sobre Espa?a los medios de fuera, vamos a sacar diariamente la Revista de Prensa, que la preparan en Documentaci¨®n.

Las secciones con las que hablo aseguran que van a ser diferentes y un modelo a seguir. Por ejemplo: no se informar¨¢ de ning¨²n suicidio, excepto que se quite la vida un personaje muy conocido y los de Deportes no escribir¨¢n sobre boxeo, por muy importante que sea un combate.

Otro puntazo, no solo habr¨¢ un apartado que informe de los temas econ¨®micos, sino tambi¨¦n y con el mismo alcance, del trabajo y los trabajadores, por eso la secci¨®n se llamar¨¢ Econom¨ªa y Trabajo e ir¨¢ al final del peri¨®dico.

Los de Madrid no se limitar¨¢n a escribir de los sucesos y de la pol¨ªtica municipal sino que la informaci¨®n vecinal ser¨¢ trascendental y se dar¨¢ voz a todas las asociaciones de los barrios que hasta ahora eran ignoradas y silenciadas.

La secci¨®n de Fotograf¨ªa, por su parte, no ser¨¢ una mera ilustradora de noticias, sino que cada foto en s¨ª misma ser¨¢ una informaci¨®n. Todas se firmar¨¢n y llevar¨¢n un pie de foto explic¨¢ndolas y me dicen la frase de que ¡°una imagen vale m¨¢s que mil palabras¡±. ¡°Bonito aserto de Confucio¡± contesto. Aunque no estoy segura de que la frase sea del fil¨®sofo chino, siempre es muy socorrido nombrarlo y el fot¨®grafo que me lo est¨¢ explicando se queda gratamente sorprendido, de lo que deduzco que ¨¦l tampoco tiene ni idea del autor de la dichosa frase.

Y, lo m¨¢s innovador y dif¨ªcil: todas las p¨¢ginas del peri¨®dico se escribir¨¢n siguiendo las estrictas?normas que dicta el Libro de Estilo, que ser¨¢ de obligado cumplimiento y, aunque todav¨ªa lo est¨¢n elaborando y su publicaci¨®n est¨¢ prevista para noviembre de este a?o, es como un diccionario o manual profesional y deontol¨®gico, y no solo dir¨¢ c¨®mo se deben escribir las palabras sino c¨®mo debe actuar el periodista ante una noticia. La columna de Umbral y la secci¨®n Gente se saltan la norma y sus personajes van escritos en negrita.

Hay m¨¢s, seremos el primer peri¨®dico en Espa?a que asuma p¨²blicamente, por escrito y sin que obligue la justicia a hacerlo, los errores que cometamos, en una secci¨®n denominada Fe de errores. Al ir a casa leo en una valla el eslogan: ¡°EL PA?S, es como para ponerse a pensar¡±. Pues esta secci¨®n es como para ponerse a temblar.

esde que piso la Redacci¨®n batallo en dos frentes: uno, el de la verg¨¹enza, porque me pongo colorada cada vez que hablo con alguien y quisiera estar en mi sitio quietecita sin que me vieran. Y otro, el de la curiosidad, porque tengo tantas ganas de aprender, que si no soy yo la que se mueve nadie me va a ense?ar nada porque est¨¢n demasiado ocupados.

Pero si existiera un premio a los preguntadores, lo ganar¨ªa siempre esos d¨ªas que me armo de valor, me unto una capa de maquillaje de geisha para camuflar el rubor y me lanzo a la b¨²squeda del conocimiento de la ¨²nica forma que se me ocurre: preguntar.

Y por preguntar hasta pregunto de qui¨¦n ha sido la idea de crear el peri¨®dico. Es un sindicalista el que me instruye:

-Don Jos¨¦ Ortega Spottorno, hijo del pensador y fil¨®sofo Ortega y Gasset¡­

¨CAh, s¨ª, este s¨¦ qui¨¦n es porque le he estudiado y me s¨¦ su famosa frase de ¡°yo soy yo y mis circunstancias¡± -salto cantarina ante su carap¨®quer-mudez.

-A lo que iba, Rosi, no me vaciles, que tengo mucho que hacer. Pues don Jos¨¦, en su af¨¢n de conseguir las libertades democr¨¢ticas estranguladas por Franco, ya en el a?o 73 empez¨® a buscar dinero y fondos entre intelectuales y empresarios partidarios de la reforma del franquismo, sin mucha idea sobre el destino final de la reforma, y crearon una sociedad an¨®nima que es la editora de EL PA?S y se llama Promotora de Informaciones SA, o sea, PRISA.

-Entonces, ?el due?o es ¨¦l? Lo digo por si alg¨²n d¨ªa le conozco. Para darle las gracias.

-Te he dicho que es una sociedad an¨®nima y todos somos un poco los due?os; yo tambi¨¦n porque tengo acciones.

-Ahora el que me vacilas eres t¨². ?Me vas a decir que todos sois iguales y no hay alguien que tenga m¨¢s acciones y por ende, el que m¨¢s manda?

-Bueno, s¨ª, el mayor accionista es Jes¨²s de Polanco.

-?Y este se?or no tiene don?

- No s¨¦, nunca lo he pensado. Todos le llamamos Polanco. ?Has terminado ya con el interrogatorio?

-Lo ¨²ltimo. Lo juro. ?Y por qu¨¦ le pusieron EL PAIS?

-Sab¨ªan el diario que quer¨ªan hacer pero no hab¨ªa ninguna cabecera libre. Encontraron El Pa¨ªs?de Montevideo y la cogieron. Sin embargo, con el nombre de El Pa¨ªs ya existi¨® un peri¨®dico en Espa?a a finales del siglo XIX y principios del XX.

Ten¨ªan el nombre pero no sab¨ªan con qu¨¦?tipo de letra escribirlo. Para ello hicieron un concurso al que se presentaron m¨¢s de 50 dise?adores y pintores. Nadie lo gan¨®. Por azar escribieron EL PAIS, as¨ª con may¨²scula, en una carpeta, y les gust¨®. Aunque han decidido que en el peri¨®dico se van a acentuar todas las may¨²sculas,?la I de PAIS no llevar¨¢ tilde.

-?Por qu¨¦?

-Porque no.

Me abro. Es muy amable, pero no sabe a qu¨¦ se dedica mi novio y como ¨¦l es sindicalista y los sindicatos no est¨¢n legalizados en Espa?a, seguro que si se entera empieza a verme con los ojos de la sospecha.

Es incre¨ªble que esta gente lo tenga todo tan estudiado, analizado y consensuado que incluso han determinado que las p¨¢ginas de publicidad -seg¨²n me cont¨® una chica de ese departamento, que est¨¢ en la primera planta-, nunca superar¨¢n el 45% de la informaci¨®n, aunque les parece un sue?o que un d¨ªa haya que dejar anuncios fuera porque se rompa?la ratio estipulada.

Cuando le pregunto de qu¨¦ viven los peri¨®dicos ¨Cme preocupa porque hab¨ªa hecho unas pruebas para entrar en el Canal de Isabel II y me llamaron para darme el trabajo despu¨¦s de haber cogido este, que no veo muy seguro- me dice que el dinero vendr¨¢ de las p¨¢ginas de Publicidad y no de la venta de ejemplares. Aunque es la pescadilla que se muerde la cola: cuantos m¨¢s peri¨®dicos se vendan, m¨¢s gente se querr¨¢ anunciar y m¨¢s caros ser¨¢n los m¨®dulos.

-?Qu¨¦ m¨®dulos?

-El peri¨®dico tendr¨¢ cinco columnas y cada columna ocho m¨®dulos y ocho por cinco son cuarenta. Tambi¨¦n est¨¢n los Breves ¨Ccines, galer¨ªas, ofertas de trabajo¡­-, donde los anuncios se pagan por palabra.

Piensan que no la vamos a petar ni ser los primeros; con no tener p¨¦rdidas y contribuir al cambio, se dan con un canto.

-Cuenta, cuenta, ?c¨®mo son los periodistas? -escucho cuando aparezco en cualquier c¨ªrculo fuera de aqu¨ª.

-Est¨¢n en otra dimensi¨®n -respondo y no doy m¨¢s opci¨®n a?interpelaci¨®n.

Pero mi madre insiste.

-Hija, ?a que los periodistas saben m¨¢s que los ratones colorados?

Cierto. Nunca he conocido a nadie con tantos conocimientos, pero lo que s¨ª tienen es una capacidad de abstracci¨®n que aunque admiro me inquieta. Porque ?qu¨¦ persona normal aguanta el ruido machac¨®n y persistente de un tel¨¦fono a once cent¨ªmetros y no le saca de quicio o no desliza la mano para saber qui¨¦n est¨¢ al otro lado? Pues estos, como estatuas. Ahora entiendo la utilidad del interfono y que haya uno por secci¨®n. As¨ª se aseguran entre ellos la comunicaci¨®n; los dem¨¢s, a esperar.

IV La tensi¨®n que se expande como el gas

No tener jefe directo me da autonom¨ªa y libertad de movimiento. Como el Taller est¨¢ al lado busco cualquier excusa para perderme por su suelo blanco plastificado, donde todo es tan ordenado y as¨¦ptico que tengo la sensaci¨®n de estar en un laboratorio espacial y, adem¨¢s, porque aqu¨ª la gente es especialmente amable y sin preguntar me van explicando lo que hacen con un lenguaje que casi comprendo.

Resumido es algo as¨ª:

Las noticias llegan a Teclados de la Redacci¨®n en papel pautado ¨Cfolio con un rect¨¢ngulo de 30 l¨ªneas de 60 caracteres cada una, del que no te puedes salir porque cada l¨ªnea escrita equivale a dos l¨ªneas del peri¨®dico y as¨ª miden en un pis pas la extensi¨®n de la informaci¨®n- y el titular va en papel aparte.

En Teclados vuelven a ¡°picarla¡± en unas m¨¢quinas mucho m¨¢s grandes y alargadas, con las teclas muy suaves y una pantallita donde se lee lo que se est¨¢ escribiendo, ya que la noticia sale en una tira perforada como la de los teletipos.

Los titulares, sin embargo, se componen en dos m¨¢quinas que llaman cabeceras, que tienen una especie de pistola -como las de agua que juegan los ni?os- y el texto del titular sale en un cartucho.

Tanto la cinta estrecha agujereada de la noticia, como el cartucho del titular pasan a Filmaci¨®n y se transforman en galeradas -papel muy blanco, brillante y con el texto a una columna-. Estas galeradas se van metiendo en diferentes carpetas numeradas, tantas como p¨¢ginas lleva el peri¨®dico.

El montador coge una carpeta, con la galerada y la maqueta que ha dibujado Confecci¨®n de lo que ser¨¢ la p¨¢gina. Va cortando y pegando el texto de las galeradas como si fuera un puzle, pasando el papel por unas enceradoras que hay encima de la enorme mesa, de n¨ªveo cristal con fluorescentes en su interior.

Observo unas personas cabizbajas, concentradas y como investigando. ?Qui¨¦nes son? Un departamento absolutamente importante: Correcci¨®n. Los errores que se publicar¨ªan en los peri¨®dicos si no fuera por ellos¡­, me comentan.

-?Ninguna p¨¢gina lleva fotos? -pregunto.

Las fotos, tanto las que hacen nuestros incre¨ªbles fot¨®grafos como las de Archivo o las de las agencias, se llevan directamente a Fotomec¨¢nica, que las convierten en imprimibles. Una vez montada la p¨¢gina y las fotos tramadas, es nuevamente Fotomec¨¢nica quien la transforma en un positivo transparente y as¨ª se crea la plancha de impresi¨®n.

?Plancha lista para Rotativas!

Son casi las diez. Vuelvo a mi sitio deprisa porque desde hace d¨ªas se produce a esta hora el mayor espect¨¢culo que he visto en la Redacci¨®n.

La pecera llena. Todos de los nervios. El camarote de los hermanos Marx es un remanso de paz comparado con esto: entran, salen y alrededor de cinco permanecen. Vuelan las maquetas de mano en mano. Las miran, gesticulan y ponen cara de cabreo o de ¡°pero qui¨¦n ha podido¡±.

-?Qu¨¦ pasa? -pregunto.

- Que estamos cerrando.

Hubiera seguido preguntando pero me callo, saco un mont¨®n de papeles y sin dejar de mirar me concentro como si yo tambi¨¦n hiciera algo importante.

Ya reconozco todas las caras y conozco todos los nombres de la gente de la Redacci¨®n pero no tengo?ning¨²n elemento para asociarlos y la verdad es que es un poco frustrante, pero despu¨¦s de horas observando creo saber cu¨¢l de ellos es el director. Ronda los 30, se toca mucho el bigote, es flaco, escucha atentamente pero no articula palabra, pintarrajea las p¨¢ginas y cuando acaba siempre hay alguien que las acerca corriendo al Taller.

El problema es que la tensi¨®n de la cristalera se expande como el gas?por el resto de la Redacci¨®n.

-Rinnnnng

Uno de mis tel¨¦fonos. Qu¨¦ raro. A estas horas. Es la Guardia Civil. Tienen retenido a un fot¨®grafo que dice ser colaborador en Bilbao. No se lo creen.

-?Qu¨¦ es eso de EL PAIS? -pregunta el miembro armado.

No lleva ninguna credencial y el asunto pinta feo porque las cosas est¨¢n muy serias en el norte de Espa?a por el terrorismo.

Me acerco corriendo a Fotograf¨ªa. Me frena un: ¡°Sea lo que sea, no puedo¡±.

Vuelvo al tel¨¦fono. Mil disculpas, dos mil agradecimientos. Digo a la Benem¨¦rita que por supuesto trabaja para nosotros y les animo a que cuando el peri¨®dico salga a la calle lo compren porque les va a encantar.

Est¨¢ a mi lado uno de porte aristocr¨¢tico que he visto metido en un despacho cuando subo a la tercera -la planta noble, seg¨²n los redactores-, con el que nunca he cruzado mirada ni palabra.

-Buena oratoria telef¨®nica y poder de convicci¨®n, pero ?y si es falso que trabaja para nosotros y es un terrorista? -me increpa.

-Pues si es mentira deber¨ªan contratarlo, porque aprenderse el n¨²mero de tel¨¦fono de un peri¨®dico que nadie ha visto y darlo cuando est¨¢s retenido en el cuartelillo es m¨¢s que osad¨ªa -respondo en plan marisabidilla.

Cuando se va me tiemblan las piernas. Soy el ¨²ltimo mono y seguramente lo m¨¢s correcto hubiera sido callarme o decir el manido ¡°lo siento mucho; no se volver¨¢ a repetir¡±, pero es que no lo siento, porque he actuado en conciencia y aplicando una l¨®gica que me ha parecido m¨¢s que razonable.

Menos mal que la mente, aunque caprichosa, tambi¨¦n tiene sus recursos y ahora me martillea con las palabras de P¨ªndaro: ¡°Rosi, llega a ser quien eres¡± y he empezado a tranquilizarme.

?Uy!, se me olvida algo importante: la rotativa que han comprado iba destinada al peri¨®dico El Moudjahid de Argelia, pero por asuntos cremat¨ªsticos y despu¨¦s de mucho negociar, la maquinaria francesa ha llegado a Madrid. El problema es que los ingenieros franceses dicen que no estar¨¢ operativa para primeros de mayo. Que imposible, que les llevar¨¢ meses el montaje. Ilusos. No saben que aqu¨ª s¨ª se lucha contra los elementos hasta vencerlos.

V Algo habr¨¢ hecho

En la Redacci¨®n no se ficha, excepto los auxiliares. Que no quede reflejado en ning¨²n sitio cu¨¢ndo has entrado parece una ventaja, pero la realidad es que trabajan m¨¢s porque cuando llego est¨¢n, y cuando me voy -siempre muy tarde- contin¨²an. A ninguno le importa porque se les ve contentos y no parecen cansados.

Sus parejas no lo est¨¢n tanto porque cuando me las pasan m¨¢s de uno/una no ha guardado la compostura y se olvidan de que solo soy la secretaria de Redacci¨®n y no la responsable de que no aparezcan por casa. Aunque s¨¦ que se pierden en el bar que hay en la ¨²ltima planta, les digo que est¨¢n en el despacho del director y eso, las cinco primeras veces, como que impresiona, pero luego no cuela.

Para no levantarme todo el rato, le he dicho a la telefonista que cuando reboten las llamadas a la centralita porque no se atienden, que diga que pasa a Secretar¨ªa y las coger¨¦.

¡°Le pongo con la secretaria¡±, dice, omitiendo el acento en la ¨ª, y me he convertido en la asistente personal de cualquiera del edificio con quien deseen hablar. ¡°?Entonces es usted la secretaria personal de fulanito/a?¡± ¡°Claro, se?ora, ?en qu¨¦ puedo ayudarla?¡± o ¡°Naturalmente, caballero, d¨ªgame qu¨¦ desea¡±. Esta mentirijilla a ellos les mola y a m¨ª me est¨¢ dando mazo de popularidad, aunque alguno me est¨¢ cogiendo ojeriza.

S¨ª, porque la reuni¨®n de la papela ¨Cno s¨¦ si este argot lo ha utilizado antes el periodismo o la polic¨ªa- es a las cinco y como llegan de comer muy tarde no les da tiempo a hacer el resumen de lo que llevar¨¢ el n¨²mero cero del d¨ªa siguiente. Yo tengo que recoger todos los originales y graparlos en el mismo orden que las secciones del peri¨®dico para entregarlos al redactor jefe, que desde menos diez me la est¨¢ pidiendo.

-Rosa, que es para hoy. M¨¢s autoridad. P¨¢seme ya lo que tenga.

-S¨ª, se?or.

No soy chivata y si le paso lo que tengo se dar¨¢ cuenta de los que no la han hecho, as¨ª que voy como una exhalaci¨®n de secci¨®n en secci¨®n, pero en lugar de agradecimiento, lo que oigo es:

-?Qu¨¦ ni?a m¨¢s pesada, por dios!

As¨ª que, pensando, pensando he ideado que me la dicten por tel¨¦fono y hago yo la papela en mi m¨¢quina como si fueran ellos.

Cualquier cosa antes de que el otro me d¨¦ la matraca. Adem¨¢s, el que me siga llamando de usted ¨Cque no hace nadie- genera entre nosotros un muro imaginario imposible de saltar. Por eso todas las frases las termino con: s¨ª, se?or; no, se?or o de acuerdo, se?or, que procuro decir muy seria y sin ning¨²n retint¨ªn.

Venganza absurda. Lo s¨¦.

Ayer habl¨¦ por primera vez con un aut¨¦ntico personaje.

-?Pero qu¨¦ co?o es esto, se?orita? Soy Camilo Jos¨¦ Cela, me ha sonado el tel¨¦fono, est¨¢ usted al aparato y me dice que no ha llamado

Suena el tel¨¦fono.

-D¨ªgame.

-D¨ªgame usted.

-Yo no he llamado.

-Yo tampoco.- El ¡°tampoco¡± ya sonaba a indisimulado cabreo.

-A m¨ª me ha sonado el tel¨¦fono.

-?Pero qu¨¦ co?o es esto, se?orita? Soy Camilo Jos¨¦ Cela, me ha sonado el tel¨¦fono, est¨¢ usted al aparato y me dice que no ha llamado.

-Pues se?or Cela, le juro que he levantado el auricular porque sonaba. Esto es la Redacci¨®n del nuevo peri¨®dico que va a salir y seguro que quieren hablar con usted, pero como les da urticaria marcar lo habr¨¢ hecho la telefonista sin avisar.

Y voceo:

-Tengo aqu¨ª a don Camilo. ?Qui¨¦n quiere hablar con ¨¦l?

Uno de Cultura y Sociedad viene corriendo. L¨¢stima, la primera persona importante con la que hablo en mi vida y no le puedo decir lo bien que escribe ni nada. Si yo tuviera una voz como la suya, seguro que me impon¨ªa y los de la papela me har¨ªan caso.

Hay otro hecho, en apariencia trivial, que hace que me est¨¦ integrando un poco en la Redacci¨®n. A media tarde y sin decir: ¡°pipas, caramelos, chicles¡± saco una bolsa enorme de frutos secos y chuches y empiezan las visitas a mi mesa. Lo malo es que -supongo que por cortes¨ªa- al tiempo que comen quieren saber detalles.

-A que tienes novio¡­

-S¨ª.

-?Estudia?

-Es polic¨ªa

-?De los grises?

-No, de la secreta.

-Seguro que est¨¢ en la Social¡­

-No s¨¦ qu¨¦ es eso. Est¨¢ de inspector en una comisar¨ªa.

-Ya.

-?Ya qu¨¦?

-Que todos dicen lo mismo.

Pufff, por qu¨¦ habr¨¦ dicho que salgo con un poli. Y mira que me lo hab¨ªa advertido: ¡°Si alguien te pregunta, dices que soy maestro que, adem¨¢s, lo soy¡±.

Naturalmente, no le he hecho caso y ahora me arrepiento, porque en Espa?a ser polic¨ªa es sin¨®nimo de fascista y casi nadie concibe que pertenezcas a las fuerzas de seguridad y el orden de una dictadura y no te sientas identificado con esa forma de gobernar.

Puede no ser tan simple.

El chico con el que salgo es desde jovencito un apasionado de las novelas de Conan Doyle y Agatha Christie y la forma m¨¢s sencilla de ser detective era hacerse polic¨ªa. Le traen del extranjero libros de la editorial Ruedo Ib¨¦rico, lee Triunfo, Cambio 16 y quiere, como en la Redacci¨®n, que las cosas cambien y que haya verdadera democracia. Para sus compa?eros de la comisar¨ªa es m¨¢s rojo que su apellido ¨Cse llama Rojo-, pero aqu¨ª no lo saben y algunos me miran como si yo tambi¨¦n fuera el enemigo. Mi objetivo es que cambien esa percepci¨®n y me vean como una compa?era m¨¢s.

Aunque hace poco m¨¢s de un mes que estoy aqu¨ª y ETA ya ha asesinado a cinco personas, me entristece much¨ªsimo cuando oigo ¡°algo habr¨¢ hecho¡± y veo a los redactores que se r¨ªen como si la muerte se llevara en el sueldo; como si todos fueran represores; como si no tuvieran una familia a la que destrozan.

Y aunque me encanta trabajar en la Redacci¨®n, siento una pena desconocida que no me atrevo a contar a nadie. Porque esta actitud tiene que tener una explicaci¨®n y la explicaci¨®n es que a m¨¢s de uno lo han detenido y le han dado de lo lindo y por eso no ven a los polic¨ªas como garantes de la seguridad de los ciudadanos sino como represores de la libertad.

VI La noche antes y el d¨ªa despu¨¦s

Es lunes y un d¨ªa primaveral. Unos 25 grados. Todo preparado.

Varias colchonetas tiradas en el suelo del Almac¨¦n dan fe del agotamiento vivido las ¨²ltimas noches. Noches que se alargan hasta la hora de merendar porque aunque han terminado de montar la rotativa y la Redacci¨®n cierra a la hora convenida, se rompe continuamente el papel.

Da gusto ver todas las sillas ocupadas desde primera hora. Aunque hay muchos nervios, lo que prima es la ilusi¨®n. Hoy no he tenido que pedir la papela, porque a las cuatro y media las ten¨ªa todas encima de la mesa. Incluso el director, que va siempre con la cabeza baja mir¨¢ndose los zapatos, por no decir el ombligo, ha entrado erguido y una sonrisa Profident. Pienso decirle si alguna vez hablo con ¨¦l que cuando sonr¨ªe est¨¢ mucho m¨¢s guapo.

Saldremos a 48 p¨¢ginas y todos cruzando los dedos para que el peri¨®dico llegue a tiempo a los aviones y correos. La teor¨ªa de Bergson del tiempo es cierta: las mismas horas de todas las tardes pero estas parecen haberse comido los minutos y solo tienen 60 segundos.

La Harris Marinoni ha escupido los primeros 10 ejemplares de EL PAIS y el redactor jefe se los ha entregado al motorista para que los lleve al Ministerio de Informaci¨®n y Turismo. No voy a decir que es ?ngel Nieto, porque no lo es nadie, pero el trayecto hasta el Paseo de la Castellana 109 lo hace a tanta velocidad que asombrar¨ªa al campe¨®n.

Todav¨ªa no hay libertad de prensa en Espa?a y el censor del ministerio tiene que dar el visto bueno al peri¨®dico porque si no secuestrar¨ªan la publicaci¨®n y no se podr¨ªa vender. El motorista, en lugar de sentarse, como ha insistido el voluminoso funcionario, zascandilea por el des¨¦rtico pasillo mirando el reloj y el buscapersonas por si le llega alg¨²n mensaje.

No hay ni champ¨¢n ni pasteles en la Redacci¨®n, pero veo desfilar una comitiva de se?ores y se?oras de estilo distinguido y se?alo con el dedo.

-Anda, pero si es Fraga.

-Claro, no solo ha puesto su dinero, sino que dio luz verde al proyecto e hizo posible la inscripci¨®n legal del peri¨®dico el verano pasado.

-?Y el se?or que va al lado de la se?ora con sandalias tan despechugada, que me suena?

-Normal. Es un reputado economista, miembro del Comit¨¦ Federal del Partido Comunista de Espa?a y se llama Ram¨®n Tamames. Tambi¨¦n convenci¨® a muchos empresarios e intelectuales para que el proyecto de EL PAIS fuera viable y es accionista.

Veo a Jes¨²s de Polanco y la primera impresi¨®n es la de un hombre cercano. Como aut¨¦ntico. De esos que de sencillos no imaginas que son los due?os.

-Y ese es don Jos¨¦. Con su se?ora, Simone Ortega.

-?El hijo de Ortega y Gasset es ese? ?Y su se?ora es la de los libros que ense?an a cocinar? S¨ª, s¨ª, me suena su cara, porque me he comprado 1080 recetas de cocina para ir practicando porque igual me caso este a?o. Qu¨¦ pareja hacen m¨¢s buena. Deben de ser los padres ideales: tu padre filosofando y tu madre cocinando¡­

Va m¨¢s gente en el grup¨²sculo, pero mi informante ha dicho que no son tan importantes y que como no conozco a nadie que se pira.

Y mientras, en el Ministerio de Informaci¨®n y Turismo, el motorista se come las manos esperando, hasta que por fin el funcionario con lentes de culo de vaso le entrega un ejemplar sellado y le dice que puede llev¨¢rselo.

Con el aval en la mano, corre cual guepardo por las estancias vac¨ªas del edificio, coge la moto, sortea los sem¨¢foros y veo que se lo entrega al redactor jefe. Despu¨¦s se viene a hablar conmigo y entre galleta y galleta le voy calmando.

Todos los de Redacci¨®n hemos posado juntos para una foto que conmemore el momento. Y acaba de empezar la odisea.

-Que se ha roto la rotativa. Que no arranca. Que se rompe el papel.

-Ingenua, pregunto: Si es el papel, ?por qu¨¦ no cambian de papel?

-Pues porque el nacional es el m¨¢s barato y el que est¨¢ subvencionado. El finland¨¦s, que es incluso mejor que el sueco, es muy caro.

Y llegaron las ocho, las once y las doce de la ma?ana y la rotativa: ahora funciono, ahora me paro. Mientras, las furgonetas, en los muelles del Cierre, esperando servir a los quioscos el manjar deseado.

A eso de la una de la madrugada ha venido mi novio a buscarme para llevarme a casa de mis padres. Se ha mosqueado porque no le he dado un ejemplar y le he jurado que no he podido conseguir uno. Los redactores se van a ir luego por ah¨ª de celebraci¨®n, cosa que hacen a menudo, pero yo solo bebo agua y adem¨¢s soy la m¨¢s joven de la Redacci¨®n y no pinto nada con ellos.

Hoy es martes 4 de mayo y solo veo al entrar caras de desenterrados. No pregunto a qu¨¦ hora se acab¨® la fiesta, pero muchos llevan la misma ropa de ayer y la arruga todav¨ªa no es bella. Los caretos de los tres jefes de la pecera, mejor ni los miro porque igual la pagan conmigo.

Ahora son mis tel¨¦fonos los que rugen y habitualmente est¨¢n medio muertos. Son lectores entusiasmados que nos dan las gracias por haber tenido el valor de sacar el peri¨®dico. M¨¢s de uno se ha puesto a llorar de la emoci¨®n. Uffff, qu¨¦ fuerte.

?nimo, gracias, ¨¢nimo, gracias. Son las repetidas palabras que llevo escuchando toda la tarde (la direcci¨®n ha tenido la idea de poner bien visible el n¨²mero de tel¨¦fono del peri¨®dico) y presiento, por lo que estoy oyendo, que el v¨ªnculo que tendr¨¢n los lectores con nosotros ir¨¢ m¨¢s all¨¢ del que compra un simple producto, y se va a producir una sinton¨ªa tan especial, que ser¨¢n ellos los que nos hagan triunfar.

El tiempo hablar¨¢.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo

?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?

Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.

?Por qu¨¦ est¨¢s viendo esto?

Flecha

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.

En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
_
_
seductrice.net
universo-virtual.com
buytrendz.net
thisforall.net
benchpressgains.com
qthzb.com
mindhunter9.com
dwjqp1.com
secure-signup.net
ahaayy.com
tressesindia.com
puresybian.com
krpano-chs.com
cre8workshop.com
hdkino.org
peixun021.com
qz786.com
utahperformingartscenter.org
worldqrmconference.com
shangyuwh.com
eejssdfsdfdfjsd.com
playminecraftfreeonline.com
trekvietnamtour.com
your-business-articles.com
essaywritingservice10.com
hindusamaaj.com
joggingvideo.com
wandercoups.com
wormblaster.net
tongchengchuyange0004.com
internetknowing.com
breachurch.com
peachesnginburlesque.com
dataarchitectoo.com
clientfunnelformula.com
30pps.com
cherylroll.com
ks2252.com
prowp.net
webmanicura.com
sofietsshotel.com
facetorch.com
nylawyerreview.com
apapromotions.com
shareparelli.com
goeaglepointe.com
thegreenmanpubphuket.com
karotorossian.com
publicsensor.com
taiwandefence.com
epcsur.com
mfhoudan.com
southstills.com
tvtv98.com
thewellington-hotel.com
bccaipiao.com
colectoresindustrialesgs.com
shenanddcg.com
capriartfilmfestival.com
replicabreitlingsale.com
thaiamarinnewtoncorner.com
gkmcww.com
mbnkbj.com
andrewbrennandesign.com
cod54.com
luobinzhang.com
faithfirst.net
zjyc28.com
tongchengjinyeyouyue0004.com
nhuan6.com
kftz5k.com
oldgardensflowers.com
lightupthefloor.com
bahamamamas-stjohns.com
ly2818.com
905onthebay.com
fonemenu.com
notanothermovie.com
ukrainehighclassescort.com
meincmagazine.com
av-5858.com
yallerdawg.com
donkeythemovie.com
corporatehospitalitygroup.com
boboyy88.com
miteinander-lernen.com
dannayconsulting.com
officialtomsshoesoutletstore.com
forsale-amoxil-amoxicillin.net
generictadalafil-canada.net
guitarlessonseastlondon.com
lesliesrestaurants.com
mattyno9.com
nri-homeloans.com
rtgvisas-qatar.com
salbutamolventolinonline.net
sportsinjuries.info
wedsna.com
rgkntk.com
bkkmarketplace.com
zxqcwx.com
breakupprogram.com
boxcardc.com
unblockyoutubeindonesia.com
fabulousbookmark.com
beat-the.com
guatemala-sailfishing-vacations-charters.com
magie-marketing.com
kingstonliteracy.com
guitaraffinity.com
eurelookinggoodapparel.com
howtolosecheekfat.net
marioncma.org
oliviadavismusic.com
shantelcampbellrealestate.com
shopleborn13.com
topindiafree.com
v-visitors.net
djjky.com
053hh.com
originbluei.com
baucishotel.com
33kkn.com
intrinsiqresearch.com
mariaescort-kiev.com
mymaguk.com
sponsored4u.com
crimsonclass.com
bataillenavale.com
searchtile.com
ze-stribrnych-struh.com
zenithalhype.com
modalpkv.com
bouisset-lafforgue.com
useupload.com
37r.net
autoankauf-muenster.com
bantinbongda.net
bilgius.com
brabustermagazine.com
indigrow.org
miicrosofts.net
mysmiletravel.com
selinasims.com
spellcubesapp.com
usa-faction.com
hypoallergenicdogsnames.com
dailyupdatez.com
foodphotographyreviews.com
cricutcom-setup.com
chprowebdesign.com
katyrealty-kanepa.com
tasramar.com
bilgipinari.org
four-am.com
indiarepublicday.com
inquick-enbooks.com
iracmpi.com
kakaschoenen.com
lsm99flash.com
nana1255.com
ngen-niagara.com
technwzs.com
virtualonlinecasino1345.com
wallpapertop.net
casino-natali.com
iprofit-internet.com
denochemexicana.com
eventhalfkg.com
medcon-taiwan.com
life-himawari.com
myriamshomes.com
nightmarevue.com
healthandfitnesslives.com
androidnews-jp.com
allstarsru.com
bestofthebuckeyestate.com
bestofthefirststate.com
bestwireless7.com
britsmile.com
declarationintermittent.com
findhereall.com
jingyou888.com
lsm99deal.com
lsm99galaxy.com
moozatech.com
nuagh.com
patliyo.com
philomenamagikz.net
rckouba.net
saturnunipessoallda.com
tallahasseefrolics.com
thematurehardcore.net
totalenvironment-inthatquietearth.com
velislavakaymakanova.com
vermontenergetic.com
kakakpintar.com
jerusalemdispatch.com
begorgeouslady.com
1800birks4u.com
2wheelstogo.com
6strip4you.com
bigdata-world.net
emailandco.net
gacapal.com
jharpost.com
krishnaastro.com
lsm99credit.com
mascalzonicampani.com
sitemapxml.org
thecityslums.net
topagh.com
flairnetwebdesign.com
rajasthancarservices.com
bangkaeair.com
beneventocoupon.com
noternet.org
oqtive.com
smilebrightrx.com
decollage-etiquette.com
1millionbestdownloads.com
7658.info
bidbass.com
devlopworldtech.com
digitalmarketingrajkot.com
fluginfo.net
naqlafshk.com
passion-decouverte.com
playsirius.com
spacceleratorintl.com
stikyballs.com
top10way.com
yokidsyogurt.com
zszyhl.com
16firthcrescent.com
abogadolaboralistamd.com
apk2wap.com
aromacremeria.com
banparacard.com
bosmanraws.com
businessproviderblog.com
caltonosa.com
calvaryrevivalchurch.org
chastenedsoulwithabrokenheart.com
cheminotsgardcevennes.com
cooksspot.com
cqxzpt.com
deesywig.com
deltacartoonmaps.com
despixelsetdeshommes.com
duocoracaobrasileiro.com
fareshopbd.com
goodpainspills.com
hemendekor.com
kobisitecdn.com
makaigoods.com
mgs1454.com
piccadillyresidences.com
radiolaondafresca.com
rubendorf.com
searchengineimprov.com
sellmyhrvahome.com
shugahouseessentials.com
sonihullquad.com
subtractkilos.com
valeriekelmansky.com
vipasdigitalmarketing.com
voolivrerj.com
worldhealthstory.com
zeelonggroup.com
1015southrockhill.com
10x10b.com
111-online-casinos.com
191cb.com
3665arpentunitd.com
aitesonics.com
bag-shokunin.com
brightotech.com
communication-digitale-services.com
covoakland.org
dariaprimapack.com
freefortniteaccountss.com
gatebizglobal.com
global1entertainmentnews.com
greatytene.com
hiroshiwakita.com
iktodaypk.com
jahatsakong.com
meadowbrookgolfgroup.com
newsbharati.net
platinumstudiosdesign.com
slotxogamesplay.com
strikestaruk.com
techguroh.com
trucosdefortnite.com
ufabetrune.com
weddedtowhitmore.com
12940brycecanyonunitb.com
1311dietrichoaks.com
2monarchtraceunit303.com
601legendhill.com
850elaine.com
adieusolasomade.com
andora-ke.com
bestslotxogames.com
cannagomcallen.com
endlesslyhot.com
iestpjva.com
ouqprint.com
pwmaplefest.com
qtylmr.com
rb88betting.com
buscadogues.com
1007macfm.com
born-wild.com
growthinvests.com
promocode-casino.com
proyectogalgoargentina.com
wbthompson-art.com
whitemountainwheels.com
7thavehvl.com
developmethis.com
funkydogbowties.com
travelodgegrandjunction.com
gao-town.com
globalmarketsuite.com
blogshippo.com
hdbka.com
proboards67.com
outletonline-michaelkors.com
kalkis-research.com
thuthuatit.net
buckcash.com
hollistercanada.com
docterror.com
asadart.com
vmayke.org
erwincomputers.com
dirimart.org
okkii.com
loteriasdecehegin.com
mountanalog.com
healingtaobritain.com
ttxmonitor.com
nwordpress.com
11bolabonanza.com