La gran inc¨®gnita de los cinco cambios
Los entrenadores discrepan sobre la relevancia que tendr¨¢ la norma que ampl¨ªa las tres sustituciones y si beneficiar¨¢ m¨¢s a los equipos grandes o a los peque?os
Aunque no imaginaba la trascendencia que alcanzar¨ªa con el tiempo, Juanito, acreditado delantero del Real Madrid, le solt¨® como buenamente pudo a un jugador del Inter: ¡°Noventa minuti en el Bernab¨¦u son molto longos¡±. Fue tras superar una nueva eliminatoria europea en 1985, frase acu?ada en Chamart¨ªn con el paso de los a?os. ¡°En el Bar?a escuch¨¢bamos muchas veces eso de que en la primera parte no, pero¡ ?qu¨¦ finos hab¨ªamos estado en la segunda! Pero en verdad era el resultado del desgaste de la primera¡±, conviene ahora Juan Carlos Unzue, ext¨¦cnico del Girona y Celta, y antes ayudante de Luis Enrique en el Bar?a. Las dos frases exponen la inagotable fe de los grandes en el triunfo, consecuencia de un ataque al abordaje que con el devenir de los minutos encuentra la fisura necesaria. Dos sentencias que pueden toparse con su vacuna con la norma aprobada por la FIFA ¡ªpara preservar la salud de los jugadores ante el impacto de la pandemia y por las altas temperaturas¡ª que permite hasta la conclusi¨®n del ejercicio cinco cambios por partido a cada conjunto en tres momentos del encuentro por equipo, adem¨¢s del descanso, (y otro cambio m¨¢s en caso de que se dispute una pr¨®rroga).
¡°Creo que nos va a perjudicar por nuestra manera de jugar. Sabemos que muchos partidos los vamos a resolver en los minutos finales¡±, expuso el entrenador del Bar?a, Quique Seti¨¦n; ¡°si a un rival le das la opci¨®n de que salgan jugadores frescos en ese tiempo, esa debilidad que se genera, con jugadores cansados, no se va a producir. Pero tambi¨¦n te puede dar recursos en un momento determinado¡±. El argumento lo avalan sus estad¨ªsticas. Seti¨¦n ha conseguido el 36% de sus puntos en el Bar?a (9 de los 25 sumados) en los ¨²ltimos 15 minutos. El equipo ha festejado siete de los 22 tantos (31,8%) en ese periodo.
Jos¨¦ Bordal¨¢s, entrenador del Getafe, no opina de igual manera por m¨¢s que est¨¦ de acuerdo en la necesidad de ampliar las sustituciones por el bien com¨²n: ¡°Los grandes se van a ver beneficiados. Tienen plantillas de nivel muy grande y similar. El equipo no notar¨¢ un empeoramiento con el cambio, al contrario. Los m¨¢s modestos, en cambio, a veces no tienen esa facilidad del Bar?a, Madrid, Atleti...¡±. El conjunto blanco y el colchonero solo han sentenciado la victoria en un duelo cada uno en los ¨²ltimos 15 minutos de esta Liga, ante el Valladolid y el Eibar, respectivamente. La nueva normativa a?ade otro interrogante m¨¢s al regreso del f¨²tbol, el de resolver si ser¨¢ m¨¢s determinante la frescura f¨ªsica o la t¨¢ctica, y si se impondr¨¢ el peso de los suplentes, toda vez que los cambios parecen necesarios por los efectos del largo y obligado par¨®n. As¨ª se observa en la Bundesliga, que promedia 4,3 sustituciones por duelo y equipo en las cuatro jornadas completas disputadas hasta ahora. Todos los equipos, a excepci¨®n del Wolfsburgo, han cubierto una vez como m¨ªnimo el cupo de los cinco cambios.
La Liga empez¨® a disputarse en 1929 y no hubo sustituciones hasta 1948, cuando se permiti¨® relevar al portero en caso de lesi¨®n. Tiempo de l¨ªrica con el gol del cojo (el del lesionado que se quedaba arriba por si la cazaba al vuelo) que concluy¨® a mediados de los 70 al permitir relevar al lesionado y asentada por completo desde 1995, cuando se permitieron tres sustituciones. Eso dio sorpresas como ver al portero Molina debutar de extremo en la selecci¨®n espa?ola por decisi¨®n de Clemente o ver c¨®mo Luis Enrique no agotaba ni la mitad de las veces los cambios como t¨¦cnico del Bar?a. Aunque con cinco sustituciones var¨ªan las reglas del juego.
Adulteraci¨®n e intereses
¡°Hay razones para pensar que favorece a los grandes porque tienen m¨¢s jugadores de m¨¢s nivel por su capacidad econ¨®mica. Pero Seti¨¦n dec¨ªa que el Bar?a gana a trav¨¦s de desgastar al rival¡ Al final estar¨¢ contento el que gane e inconforme el que no¡±, dice Unzue. ¡°Solo no favorece a ese equipo que tiene la idea exclusiva de tener la posesi¨®n del bal¨®n para cansar al rival. Y eso ocurre en los equipos grandes. Pero del mismo modo, tambi¨¦n los grandes pueden cambiar a sus jugadores y refrescar al equipo¡±, se?ala Gustavo Poyet, exentrenador del Sunderland, Betis y Girondins entre otros, reacio por completo a la nueva norma como tambi¨¦n lo estaba con el VAR. Para I?aki Bea, segundo en el Eibar, el asunto es mucho m¨¢s grave de a qui¨¦n favorece: ¡°Creo que se adultera la competici¨®n. T¨² planificas una temporada con una partida de dinero y puedes hacerla equilibrada y con menos brecha salarial o una m¨¢s corta y una brecha salarial m¨¢s grande. As¨ª que ahora no se va a terminar como se empez¨® y las normas van cambiando por unos intereses¡±.
El nuevo protocolo mima al futbolista porque las convocatorias aumentan de 18 a 23 jugadores y habr¨¢ dos pausas para hidratarse. ¡°Jugando cada tres d¨ªas, es necesario que haya cinco cambios. El entrenador los necesita para que el equipo llegue de la mejor forma posible a cada jornada¡±, argumenta Cazorla, medio del Villarreal. Solo que al Bar?a y a aquellos que jueguen a la t¨¢ctica del desgaste con la posesi¨®n no les va bien, como tampoco a los equipos con poca profundidad de banquillo. Hasta que no se juegue, no se sabr¨¢ qui¨¦n tiene m¨¢s raz¨®n.
Historia de los relevos: picaresca, lesionados y golpes al portero
El trasiego que se ha empezado a ver en los banquillos de la Bundesliga y que se vivir¨¢ igualmente en los de LaLiga cuando se reanude, con la posibilidad de cinco cambios por equipo, contrasta con las primeras d¨¦cadas del f¨²tbol. Hasta casi mediados del siglo pasado, no exist¨ªa la posibilidad de relevar a ninguno de los 22 jugadores que comparec¨ªan de inicio. La picaresca supuso un problema. En alg¨²n torneo, en los a?os treinta, se permiti¨® un cambio en caso de lesi¨®n. La piller¨ªa era f¨¢cil: el jugador que m¨¢s interesara simulaba la lesi¨®n y as¨ª pod¨ªa ser relevado. De ah¨ª que siguieran vetados los cambios en las competiciones importantes. Fue peor el remedio que la enfermedad. En los primeros a?os de LaLiga, hubo jugadores cuyo objetivo era dejar al equipo rival en inferioridad num¨¦rica, dado que no exist¨ªan tarjetas amarillas y la expulsi¨®n solo se conceb¨ªa si la agresi¨®n era clar¨ªsima.
Los peor parados fueron los porteros. Muchos delanteros sal¨ªan con la misi¨®n de dejarlos fuera de combate. El equipo perjudicado no solo se quedaba con diez, sino que ten¨ªa que renunciar a un jugador para situarse bajo palos. Fue el caso, por ejemplo, del goleador C¨¦sar Rodr¨ªguez en el Bar?a en m¨¢s de una ocasi¨®n.
La Federaci¨®n Espa?ola permiti¨® cambiar al portero a partir de 1948. El primer relevo se produjo en la Liga que empez¨® aquella temporada, cuando se lesion¨® el meta del Sevilla, Manol¨ªn, y fue relevado por Pach¨®n, en la tercera jornada, ante el Valladolid. La UEFA aprob¨® la sustituci¨®n de dos jugadores en las competiciones europeas a partir de la temporada 1968-1969. En Espa?a hubo que esperar una temporada m¨¢s, ya que los clubes se mostraron reticentes y alguno argument¨® que esa posibilidad pod¨ªa provocar la animadversi¨®n del p¨²blico, disconforme con el relevo, hacia el entrenador. En la primera jornada en que entr¨® vigor la norma no se agotaron los cambios en ning¨²n partido. Uno de ellos fue obligado, el de Bustillo, relevado en el Madrid-Bar?a tras una dura entrada de De Felipe. Bustillo estuvo 14 meses de baja.
El primer cambio a nivel internacional fue el del alem¨¢n Horst Eckel, lesionado en un partido de clasificaci¨®n en 1953. El primer Mundial en que la FIFA permiti¨® los dos cambios fue en el de M¨¦xico en 1970 y el primer sustituido fue el ruso Pusatch, lesionado. En el Mundial de Estados Unidos, en 1994, se permiti¨® sustituir a dos jugadores y al portero en cada equipo. En 1995 se permitieron tres cambios en cualquier posici¨®n en el campo de juego.
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