Maldito f¨²tbol
La culpa del regreso de LaLiga no es del bal¨®n sino de quienes lo hinchan
Ha vuelto el f¨²tbol con una raci¨®n diaria hasta mediados de julio, que es cuando acaba LaLiga. Nada extra?o si se tiene en cuenta que tambi¨¦n ha regresado la Bundesliga, el calcio y pr¨®ximamente la Premier. El ¨²nico torneo importante que se dio por finalizado desde hace tiempo fue el de Francia. Mandan los intereses econ¨®micos, muy bien explicados por Javier Tebas, el presidente de la Liga de F¨²tbol Profesional, quien ha cifrado en mil millones la cantidad que se habr¨ªa perdido en caso de suspenderse el campeonato ¨Cahora ser¨¢ de 400 millones.
El f¨²tbol siempre vuelve; acaso sorprende cuando se para. Alcanza con recordar las jornadas europeas que se han disputados en d¨ªas de duelo mundial por los atentados del 11-S o 11-M. Hay gente que todav¨ªa se indigna, por el pasado y el presente, harta de tanta insensibilidad y tabarra, como si no se pudiera vivir sin la pelota, y menos en el caso de quienes son seguidores de equipos que tienen una carga simb¨®lica ¨²nica como el Barcelona. Todos tenemos alg¨²n amigo al que no le gusta el f¨²tbol y en cambio es un fan¨¢tico del Bar?a.
La industria futbol¨ªstica adquiri¨® un valor impagable porque se sabe vender como producto de entretenimiento y de competici¨®n en directo inigualable, circunstancia que favorece una audiencia pr¨¢cticamente ¨²nica por la presencia de seguidores en el campo y de telespectadores que se re¨²nen en casa, en el bar o en centros con una intensa actividad social, todos pendientes de su equipo y del duelo Bar?a-Madrid. La dosis en la prensa, la radio y la televisi¨®n llega a ser tan fuerte que es comprensible que haya quien se queje y diga que basta de f¨²tbol.
La cr¨ªtica entiende que hay una sobredimensi¨®n de contenidos y sobrevaloraci¨®n profesional period¨ªstica alrededor de un deporte que, por otra parte, favorece la corrupci¨®n, como se ha visto en casos como el Fifagate. Y, aunque no se puede generalizar ni homogeneizar ¨Ctambi¨¦n se ofrece una muy buena informaci¨®n¡ª tienen raz¨®n cuando piden que se racionalice un poco la emoci¨®n en una propuesta que resulta barata y accesible en contraposici¨®n a la fichas millonarias que cobran los futbolistas, muchos en manos de intermediarios y comisionista que mandan en Europa.
Los hay que se han hecho millonarios y otros que son muy populares gracias al f¨²tbol y por tanto celebran que haya regresado LaLiga y esperan con ansia la Champions. Ahora bien: se sospecha que nada volver¨¢ a ser igual, tampoco en el f¨²tbol, como tantas otras cosas, despu¨¦s de la covid-19; tendr¨¢ que volver a reinventarse para evitar que el cuero reviente, y por tanto los jugadores deber¨¢n bajarse el sueldo, los clubes reducir¨¢n los presupuestos, m¨¢s que fichajes se intercambiar¨¢n futbolistas y se apostar¨¢ por el f¨²tbol base y escuelas como La Masia.
Posiblemente este proceso afectar¨¢ a la informaci¨®n: tal vez se reduzca y sea m¨¢s selectiva; depender¨¢ del precio: si no hay dinero y no se invierte, no salen buenos periodistas sino que se llenan las p¨¢ginas y los programas sin necesidad de noticias. Defensores y detractores estar¨ªan de acuerdo en que no todo vale. Una cosa es que a algunos no les guste el f¨²tbol y otra que lo hayan aborrecido o maldigan a los que viven del f¨²tbol. La pelota, sin embargo, no tiene ninguna culpa sino que la culpa es de quienes la hinchan; la pandemia obligar¨¢ al menos a cambiar el fuelle.
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