La Juventus conquista su noveno ¡®scudetto¡¯ consecutivo

A falta de dos jornadas para la conclusi¨®n de la liga, la Juventus sum¨® su noveno t¨ªtulo de Serie A consecutivo, este domingo frente a la Sampdoria. El scudetto cay¨® por decantaci¨®n, por el peso abrumador de la plantilla m¨¢s opulenta de la competici¨®n, como casi todos los trofeos que desde 2011-12 logra el club m¨¢s rico en el contexto empobrecido del f¨²tbol italiano. En la grada el presidente Andrea Agnelli contempl¨® casi con indiferencia a los jugadores que celebraban el 1-0 (Cristiano de falta) y el 2-0 (Bernardeschi), los goles que cerraron un ciclo dram¨¢tico para el calcio. Para la Juve fue un t¨ªtulo m¨¢s. Para la Serie A supuso la culminaci¨®n de una epopeya. Ninguna regi¨®n sufri¨® m¨¢s el impacto del nuevo coronavirus que el norte de Italia, un pa¨ªs que solo reanud¨® la competici¨®n cuando la Bundesliga empuj¨® a las autoridades a dar un paso al que se resist¨ªan.

Fue el primer trofeo italiano que conquist¨® Maurizio Sarri, entrenador de culto en Europa y personaje controvertido en su pa¨ªs. El t¨¦cnico huy¨® de las c¨¢maras para mantenerse al margen del festejo de los futbolistas. Vac¨ªo de p¨²blico desde marzo, el viejo estadio Delle Alpi fue un escenario fr¨ªo mientras el capit¨¢n Bonucci, ocho veces campe¨®n con la Juve, dirig¨ªa los c¨¢nticos en la fiesta improvisada sobre la hierba. La plantilla pag¨® caro el esfuerzo: Dybala y De Ligt se retiraron con problemas musculares antes del final, sum¨¢ndose a Douglas en la enfermer¨ªa. Su estado f¨ªsico preocupa al club ante la proximidad de la vuelta de los octavos de final de Champions contra el Ly¨®n, prevista para el 7 de agosto.

La Champions es la verdadera meta de una instituci¨®n que siente que coleccionar scudetti es una obligaci¨®n. Tan poco se valoran estos trofeos que Massimiliano Allegri, el t¨¦cnico que consigui¨® los ¨²ltimos seis seguidos para la Juve, lleva un a?o esperando que alguien le llame ofreci¨¦ndole trabajo.

Los t¨ªtulos de Allegri fueron consecuencia de la fuerza financiera, m¨¢s que de un estilo atractivo. El m¨¦todo correspondi¨® al club antes que al entrenador. La Juve de Conte, como la de Allegri, o la de Sarri, se han caracterizado por la disciplina, el rigor y la regularidad industrial. La casa prefiere a los jugadores excelentes cuando se limitan a repetir con precisi¨®n ejercicios sencillos. A Sarri lo ficharon para cambiar una cultura de sobriedad por otra m¨¢s sofisticada. Pero ante la disyuntiva entre impulsar un cambio rompedor o preservar viejos valores, el esteta Sarri ha moldeado un equipo que ha acabado pareci¨¦ndose a la obra de Allegri como una gota de agua a otra gota de agua. Atr¨¢s manda Bonucci, en el medio Pjanic y dos coraceros, y arriba Cristiano, que sum¨® su gol 31? (12 de penalti).

Si de verdad la Juventus pretende refundarse con Sarri, deber¨¢ proporcionarle m¨¢s tiempo y m¨¢s recursos. De momento, la cultura pesa m¨¢s que los hombres. El noveno scudetto consecutivo es, como casi todo lo que logra este club desde hace un siglo, un producto reconocible de la factor¨ªa Agnelli.