Guardiola choca contra el Lyon
El Manchester City, con tres centrales de salida, se ahoga ante el pr¨¢ctico planteamiento del conjunto franc¨¦s y vuelve a caer en los cuartos
Pep Guardiola fue fiel a s¨ª mismo en un ¨²nico punto: intent¨® ejecutar un doble salto mortal invertido sobre la pizarra. Como en Anfield en 2018, insisti¨® en una idea t¨¢ctica que supone la contrarevoluci¨®n de su maravillosa trayectoria como t¨¦cnico. Sali¨® a jugar con tres centrales contra el meritorio Lyon, y forz¨® a sus jugadores a adaptarse a un rival aparentemente menor que, sin embargo, jam¨¢s vari¨® su forma de jugar. El Lyon ven¨ªa de eliminar a la Juventus. Repiti¨® la f¨®rmula y el resultado contra este City desdibujado, desanimado, perdido, que por tercer a?o seguido cay¨® en cuartos.
Los buenos viejos tiempos del City inmortalizaron a un equipo que desequilibraba las defensas contrarias a trav¨¦s de las permutas constantes entre los dos interiores y los dos extremos. El batifondo que provocaba este remolino de jugadores en las defensas consagr¨® al entrenador m¨¢s fascinante que ha dado el siglo. Las maniobras eran posibles si el equipo ocupaba el campo con tres atacantes y tres volantes, algo que el cl¨¢sico 4-3-3 ¡ªel esquema de referencia de Guardiola¡ª proporcion¨® de forma natural, y que otros dibujos con doble pivote o con defensa de tres centrales tienden a suprimir en la medida en que restan un interior a la ecuaci¨®n. Fue exactamente lo que hizo Guardiola en octavos contra el Madrid, formando un doble pivote. Fue lo que repiti¨® en Lisboa, alineando a tres centrales. Tal vez en busca de emociones fuertes, el genio jug¨® a refutarse. Una vez m¨¢s. No lo logr¨®.
Dicen que el estilo trasciende la t¨¢ctica. Mentira. En busca de la firmeza defensiva, el City perdi¨® al centrocampista que escalonaba las transiciones, el que serv¨ªa de punto de apoyo, el que permit¨ªa que el bal¨®n rodara r¨¢pido y llegara a los atacantes d¨¢ndoles una ventaja. Sol¨ªa ser Kevin de Bruyne, que ante el Lyon se situ¨® como extremo. Al menos, hasta que observ¨® que la pelota le llegaba siempre con retraso, circunstancia que le llev¨® a retroceder para ofrecerse ¨¦l mismo a articular las jugadas, desgast¨¢ndose, oblig¨¢ndose a prolongar sus recorridos y despojando al equipo de uno de los extremos. As¨ª los ataques del City se hicieron m¨¢s predecibles y f¨¢ciles de contener.
Reflejado el planteamiento del City en el planteamiento del Lyon, no fue extra?o que Fernandinho acabara por salir saltando l¨ªneas. La pelota dej¨® de circular por el mediocampo, para desaz¨®n de los jugadores del City y tranquilidad de los franceses. En eso andaban los dos equipos, buscando el sitio, cuando Ma?al lanz¨® en largo a Ekambi, que dej¨® para que Cornet la acomodara junto al palo con un tiro preciso. Si los jugadores del City ya iban agobiados, el 1-0 les inyect¨® una dosis de desesperaci¨®n. Rodri y Gundogan intentaron darle ritmo a las jugadas con De Bruyne, pero el desajuste posicional los frenaba. Frente a ellos, las repentinas transiciones de Depay, Caqueret, Guimar?es y Aouar, casi siempre en superioridad, parec¨ªan fluir sin freno. El City tard¨® m¨¢s de 40 minutos en conseguir una buena posici¨®n de disparo: un tiro blando de Rodri. Desde la banda, Rudi Garc¨ªa mostraba los pulgares a sus jugadores: ¡°Todo ok¡±.
Por fin alarmado ante un partido que se le escapaba, Guardiola reaccion¨® quitando a Fernandinho y dando entrada a Mahrez para volver a defensa de cuatro y desplegar dos extremos. De pronto ¡ªy sin renunciar al doble pivote de Rodri y Gundogan¡ª aparecieron el ritmo en la circulaci¨®n, el tiempo y los espacios. Retrasado De Bruyne a la zona de creaci¨®n, con funciones m¨¢s racionales, sus pases iluminaron a sus compa?eros. Bast¨® un cambio para que Gabriel Jesus comenzara a recibir la pelota a la espalda de los pesados centrales del Lyon.
El gol de De Bruyne, tras un pase de Mahrez por la misma raya que Sterling convirti¨® en oro molido con un bal¨®n atr¨¢s desde la l¨ªnea de fondo, llev¨® los nervios de la zaga del Lyon al l¨ªmite. El partido se aceler¨®. Retirado Depay, crecieron el l¨²cido Caqueret y el ingenioso Aouar para mover los hilos del contragolpe.
El Lyon se tambaleaba arrastrado a su ¨¢rea por las oleadas del City, conducido por un De Bruyne imperioso, cuando sucedi¨® lo que suele ocurrir a los equipos que entran en los partidos con mal pie y se abocan a enmendarse a s¨ª mismos mientras compiten contra adversarios resueltos. Laporte dio un pase horizontal, Caqueret se lo rob¨®, conect¨® con Aouar, y el chico de la cantera habilit¨® a Dembel¨¦, que rompi¨® el fuera de juego y marc¨® sobre la salida de Ederson.
¡°Nos ha costado encontrar los espacios¡±
Guardiola tard¨® 83 minutos en romper el doble pivote. En los momentos de la angustia total, buscando recuperar la identidad perdida, la descarga el¨¦ctrica que devolviera a su equipo a la vieja senda del ataque masivo, el t¨¦cnico quit¨® a Rodri y meti¨® a David Silva. Fueron los ¨²ltimos minutos del que, probablemente, sea el futbolista m¨¢s legendario en la historia del equipo del norte de M¨¢nchester. Poco pudo hacer en tan poco tiempo. Pero falt¨® poco para que se agitara la esperanza de una remontada cuando Jesus cruz¨® un pase letal al ¨¢rea peque?a y Sterling entr¨® a rematar bajo el larguero. Con Lopes, el portero, vencido. Parec¨ªa gol o gol. Pero el bal¨®n vol¨® por encima de la porter¨ªa ante el abatimiento del peque?o jamaicano.
Corr¨ªa el minuto 85. A Guardiola no le hab¨ªa dado tiempo de quitarse las manos de la cabeza, lament¨¢ndose por la ocasi¨®n perdida, cuando Aouar mand¨® a la red un rechace de Ederson tras el en¨¦simo contragolpe del Lyon. Fue la suerte del descabello. Un acto de justicia, considerando el entusiasmo y la coherencia con que el equipo franc¨¦s defendi¨® la sencillez de su idea hasta el final.
Nadie mejor que Guardiola para explicar lo sucedido. ¡°En la primera parte nos ha costado encontrar los espacios contra un equipo muy f¨ªsico que te ataca con balones frontales. En la segunda nos hemos desbloqueado pero cometimos errores en las ¨¢reas¡±.
?xito in¨¦dito para Francia y doble duelo cotra Alemania
PSG-Leipzig y Bayern-Lyon. Doble duelo franco-alem¨¢n en semifinales de la Champions. Por primera vez en la historia de la Copa de Europa, dos clubes franceses en la pen¨²ltima ronda. Sin equipos espa?oles, algo in¨¦dito desde la temporada 2006-2007. Y sin entrenadores nacionales, despu¨¦s de la eliminaci¨®n de Guardiola con el Manchester City. Se le sigue resistiendo la competici¨®n europea al entrenador catal¨¢n con el conjunto celeste, con el que ha ca¨ªdo una vez en octavos (contra el M¨®naco en su primer curso) y tres consecutivas en cuartos (contra Liverpool, Tottenham y Lyon en las tres ediciones pasadas). Antes, alcanz¨® tres semifinales seguidas con el Bayern M¨²nich, tras ser dos veces campe¨®n con el Bar?a (2009 y 2011).
¡°Alg¨²n d¨ªa ganaremos esta copa¡±, dijo Guardiola tras el encuentro. ¡°Los primeros 25 minutos luchamos. En el segundo tiempo, tuve la sensaci¨®n de que est¨¢bamos mejor. Pero hay que ser perfecto en esta competici¨®n en un solo partido, y no lo fuimos. No quiero hablar de las circunstancias, parece que me estoy quejando y buscando excusas. Estamos fuera. Hicimos muchas cosas buenas, pero no fue suficiente. Cometimos errores en ambas ¨¢reas en momentos clave y por eso estamos fuera. Estamos decepcionados pero ahora nos vamos de vacaciones y volveremos pronto para levantar a los jugadores y al club de nuevo y continuar¡±, a?adi¨® el entrenador, que acab¨® arrodillado sobre el c¨¦sped en su ¨¢rea t¨¦cnica cuando el conjunto franc¨¦s volvi¨® a adelantarse en la segunda parte.
¡°Otro a?o, y lo mismo¡±, lament¨® De Bruyne, autor del moment¨¢neo gol del empate; ¡°empezamos muy lentos en la primera parte. Y luego los peque?os detalles son los que marcan la diferencia. No lo hemos hecho suficientemente bien¡±. No le sirvi¨® al City dominar la posesi¨®n del bal¨®n (71%) ni acumular m¨¢s remates, 18, por siete del Lyon. Volvi¨® a quedarse a las puertas de las semifinales.
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