El cl¨¢sico Bayern reta al PSG
El campe¨®n alem¨¢n, apoyado en un soberbio Neuer y en el veloz Gnabry, se deshace del Lyon y se clasifica para su und¨¦cima final de la Copa de Europa
Fiel a su historia de pegador sin compasi¨®n, tras liquidar a un buen y fajador Olympique de Lyon, el Bayern de M¨²nich disputar¨¢ en Lisboa su und¨¦cima final de la Copa de Europa ante el Paris Saint-Germain. En las diez anteriores, suma coronas y derrotas por igual. Ca¨ªdos el Madrid, el Liverpool y la Juventus en octavos de final, y el Bar?a en cuartos, el campe¨®n alem¨¢n se planta en la gran cita anual del f¨²tbol europeo como el representante de la gran her¨¢ldica del torneo frente al artificial PSG. Un club vestido con la solera de su historia, contra un club estado embadurnado y potenciado con el color de los petrod¨®lares. Los dos han dado cuenta de las dos grandes revelaciones de esta extra?a y desclasada Champions, que recobra la normalidad con estos dos potentes aspirantes. Para el Bayern, el triunfo supondr¨ªa agrandar su palmar¨¦s y su leyenda. Una victoria del PSG significar¨ªa el triunfo de un proyecto creado a golpes de talonario con el ¨²nico fin de alcanzar la gloria y el prestigio bajo el mecenazgo catar¨ª.
Esta vez no despleg¨® el Bayern el fabuloso ataque masivo que apison¨® al Bar?a. Fue m¨¢s contundente en las dos ¨¢reas que su correoso rival y con eso le bast¨®. Su victoria se apoy¨® m¨¢s en la clase magistral de Neuer para salir indemne de situaciones que suelen ser gol o gol y en el vertiginoso Gnabry. Ambos fueron decisivos. El meta para evitar que el Lyon se pusiera por delante en su amenazador arranque del encuentro. El veloz extremo, para anotar los dos primeros goles que encarrilaron la final para su equipo.
El Lyon fue v¨ªctima del cl¨¢sico mazazo de los grandes pesos pesados de la aristocracia del f¨²tbol europeo. Ah¨ª, el Bayern tiene en su historia una larga ristra de v¨ªctimas en la lona tras sentirse acorralado. Encaj¨® el primer gol el bien plantado equipo de Rudi Garc¨ªa despu¨¦s de golpear a la contra sobre la atrevida l¨ªnea adelantada defensiva que dispone Flick. Una propuesta que se presume muy apetecible para dos caballos como Neymar y Mbapp¨¦.
Hab¨ªa disfrutado el Lyon de hasta tres ocasiones claras, dos de ellas con Neuer frente a Depay y Ekambi. Al primero le achic¨® la porter¨ªa con su manejo de los tiempos y los espacios y le forz¨® a un remate escorado. Frente al segundo, le salv¨® el palo cuando el disparo raso del camerun¨¦s le hab¨ªa superado. Tocado, sin m¨¢s rastro del vendaval que arras¨® al Bar?a que una pared entre Lewandowski y Goretzka, fue Gnabry el encargado de reventar al trabajado equipo de Garc¨ªa. Un robo de Kimmich habilit¨® al veloz extremo para poner en marcha su devastadora aceleraci¨®n y su ca?¨®n dispuesto para el zambombazo a pierna cambiada. Su perseguidor no le dio caza y el recule de los tres centrales del Lyon le abri¨® mucha porter¨ªa en la mirilla. El zurdazo, seco, a media altura y duro, revent¨® a Lopes. Un tanto muy de Robben. Un golpe letal, muy Bayern.
El gol que no hab¨ªa encontrado el Lyon, no termin¨® de derribarle. Encontr¨® otro par de carreras amenazantes a la espalda de Boateng y Alaba. Pero otra vez Gnabry asest¨® el guantazo que se intu¨ªa ya definitivo. Estuvo en la elaboraci¨®n y en la finalizaci¨®n, lo que describi¨® a un futbolista muy enchufado. Primero condujo a toda mecha hasta que divis¨® la llegada de Perisic. El centro raso del croata lo caz¨® en arrastrada y semifallo Lewandowski. El rechace de Lopes lo empuj¨® Gnabry, convertido ya en el futbolista decisivo de la noche.
Dos goles en contra a la media hora de juego fueron ya una distancia insalvable para el Lyon, que asisti¨® a la crecida del Bayern. Ah¨ª ya s¨ª emergi¨® ese equipo que va y va. Machac¨®n por f¨ªsico y velocidad, llevado por las piernas de Gnabry y Alphonso Davies y marcado por la distribuci¨®n de Thiago para frenar o acelerar, por la inteligencia de Kimmich o el oficio de M¨¹ller y Lewandowski.
Con todo, el Lyon no dobl¨® la rodilla. Neuer tuvo que sacarle otro mano a mano a Ekambi al poco de iniciarse el segundo tiempo. La parada, rodilla izquierda en suelo, y sacando la bota derecha cuando el remate le superaba, tambi¨¦n rememor¨® a Casillas frente a Robben en la final del Mundial de Sud¨¢frica. Ah¨ª s¨ª pareci¨® derrumbarse definitivamente el Lyon, que encaj¨® el ¨²ltimo golpe de otro cl¨¢sico, Robert Lewandowski.
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