La historia contra el regate
Bayern y PSG disputan una ins¨®lita final de la Copa de Europa sin p¨²blico, en la que por primera vez el modelo de club estado, impulsado por capital catar¨ª, puede asaltar la jerarqu¨ªa del viejo orden
Tras seis partidos tan vaciados de p¨²blico por la covid-19 como plenos de matices futbol¨ªsticos, Bayern de M¨²nich y Paris Saint-Germain se disputan este domingo el gran cetro europeo en el estadio Da Luz de Lisboa (21.00, Movistar Liga de Campeones). La Copa de Europa m¨¢s inaudita de la historia, la primera sin hinchadas en los grader¨ªos, ha situado frente a frente a dos clubes de piel dispar. A un lado, el Bayern, con sus cinco coronas y sus cicatrices de viejo guerrero grabadas en multitud de batallas ganadas y perdidas en grandes noches europeas. Aquellas tres Copas de Europa consecutivas (74, 75, 76) de los Maier, Beckenbauer, M¨¹ller y H?ness que derrocaron el tambi¨¦n triple reinado del Ajax de Cruyff. Las duras derrotas inmortalizadas por el taconazo de Madjer (Oporto, 2-1); el oportunismo de Sheringham y Solskjaer (Manchester United, 2-1) en el descuento de aquella dram¨¢tica final del Camp Nou (1999); o la tragedia de la tanda de penaltis perdidas frente al Chelsea (1-1) bajo una de las porter¨ªas de su propio estadio (2015). La reconquista (2001) tras otra tanda de penaltis ante el Valencia (1-1) con el ogro Kahn a los guantes, y el ¨²ltimo entorchado con Jupp Heynckes (2013) al mando, contra el Dortmund de Klopp y Lewandowski (2-1), y Robben y Ribery como vedettes de un equipo del que a¨²n perviven Neuer, Alaba, Boateng, M¨¹ller y Javi Mart¨ªnez.
Frente a la solera del Bayern, el Paris Saint Germain, fundado en 1970, est¨¢ ante su primera final de Champions. Se presenta con una Recopa (1996) en sus vitrinas y los aires artificiales que ya desprendieron otros intentos de la metr¨®poli parisina por instalar un club entre la ¨¦lite del f¨²tbol europeo. Antes que este PSG relanzado por la opulencia del reino catar¨ª, existi¨® a mediados de los a?os ochenta el Racing Matra de Par¨ªs. Un proyecto fracasado bajo el mecenazgo de la empresa dedicada a la aeron¨¢utica y la manufactura de misiles que amas¨® un elenco de estrellas nacionales e internacionales (Francescoli, Littbarski, Luis Fern¨¢ndez, Bossis) que no ganaron nada.
Las inyecciones millonarias del r¨¦gimen catar¨ª permitieron en 2017 al PSG contratar de una tacada el desborde y los goles de Neymar Junior y Kylian Mbapp¨¦, aunque el traspaso de este ¨²ltimo se contabiliz¨® el primer a?o como una cesi¨®n. Dos golpes que rompieron el mercado y que desde entonces le colgaron el cartel de serio aspirante al t¨ªtulo. Pese a que las dos operaciones supusieron un desembolso de cerca de 400 millones de euros, sumados a otras millonarias contrataciones de cursos anteriores (Pastore, Di Mar¨ªa, Cavani), el PSG regate¨® la expulsi¨®n de las competiciones europeas por un posible quebrantamiento del control econ¨®mico de la UEFA. El proceso sobre el presunto dopaje financiero del club parisino, con apertura de expediente, archivo, reapertura y de nuevo archivo; esto ¨²ltimo bajo el oscurantismo del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) de Lausanne, fue muy cuestionado en los mentideros del derecho deportivo internacional.
Documentados revelados por The New York Times pusieron en duda si la UEFA, presidida por el esloveno Alexander Ceferin, hizo todo lo posible por sancionar al PSG, regentado por Nasser Al-Khelaifi, a la vez miembro del Comit¨¦ Ejecutivo del organismo que rige el f¨²tbol europeo.
El duelo franco-alem¨¢n tambi¨¦n contiene el enfrentamiento entre dos entrenadores teutones. En el Bayern, Hansi Flick, un secundario futbolista de la casa que salt¨® al banquillo del campe¨®n alem¨¢n tras la destituci¨®n de Niko Kovac el pasado mes de diciembre. En apenas seis meses, el sereno Flick ha transformado un equipo desnortado en un grupo salvaje en la presi¨®n y en el ¨¢rea rival. Este Bayern, que promedia m¨¢s de tres goles por partido, va y va hasta el ensa?amiento. El Barcelona puede dar fe de ello. Flick mantiene a la vieja guardia que conquist¨® el ¨²ltimo t¨ªtulo, pero le ha dado vuelo y rienda suelta a las piernas y al despliegue de los Davies, Perisic, Goretzka y Gnabry para que alimenten el instinto eterno de Lewandowski.
En el PSG, Thomas Tuchel representa a la innovadora escuela alemana. Esta temporada ha renunciado en parte a un f¨²tbol m¨¢s elaborado para potenciar la velocidad y el desborde con espacios de Neymar y Mbapp¨¦. Esto ¨²ltimo hace meditar a Flick sobre la posibilidad de sacar al inteligente Kimmich del lateral derecho para entreg¨¢rselo a Pavard, con m¨¢s virtudes defensivas, y prescindir de Thiago Alc¨¢ntara.
La gran duda de Tuchel es si jug¨¢rsela con el renqueante Keylor Navas o mantener la apuesta de Sergio Rico para tratar de alcanzar un t¨ªtulo que supondr¨ªa el triunfo del nuevo orden.
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