Neymar y Mbapp¨¦, la extra?a pareja

Una sala dispuesta con m¨¢quinas de juegos de arcade, billar y ping-pong con vistas al estuario del Tajo ameniza la concentraci¨®n del Paris Saint-Germain. Entre las paredes del recreativo habit¨¢culo Kylian Mbapp¨¦ y Neymar Junior escenifican una relaci¨®n m¨¢s estrecha y menos eg¨®latra que la que manten¨ªan cuando rivalizaban por demostrar qui¨¦n de los dos reinaba en el campo y en el camerino. Existe el convencimiento en el club parisino de que las dos vedettes han decidido unir fuerzas este curso para el asalto al ¨²nico objetivo por el cual los inversores catar¨ªs afrontaron sus millonarias contrataciones: la conquista de la primera Copa de Europa como s¨ªmbolo del poder¨ªo de Qatar. Los propietarios se felicitan por haberse adelantado, en la carrera de jeques por alcanzar la final de la Champions, al Manchester City, regido por capital de los Emiratos ?rabes Unidos.

Este novedoso idilio entre Mbapp¨¦ y Neymar ha deparado que sus taquillas est¨¦n contiguas, conversaciones y chanzas en ingl¨¦s y que el delantero franc¨¦s admitiera a Le Figaro, al t¨¦rmino de la semifinal contra el Leipzig, que ¡°ya no somos tan ego¨ªstas¡±. Mbapp¨¦ parece aceptar el liderazgo festivo que Neymar difunde a trav¨¦s del enorme altavoz que portaba camino del hotel tras la victoria en semifinales ante el Leipzig (3-0). El artilugio sonoro escupe por igual las ¨¢cidas rimas que alimentan el flow de los raperos de las favelas como hace contonearse a sus compa?eros al ritmo del argentino Dipy Papa y su insinuante Par-tusa.

La primera vez que Neymar hizo uso de su inseparable bafle de mano, banda sonora de la Champions, fue tras la remontada de octavos ante el Borussia Dortmund (2-0). La derrota en el partido de ida (2-1) es se?alada por el club como el punto de inflexi¨®n que fortaleci¨® la relaci¨®n entre Neymar y Mbapp¨¦ y del vestuario en general. Hubo futbolistas como Ander Herrera que quedaron impactados por las fuertes cr¨ªticas recibidas por parte de la prensa francesa.

Aquello desemboc¨® en una cena comunitaria en casa de Neymar y en otra posterior en el restaurante italiano propiedad de Marco Verratti previas al partido de vuelta con el Dortmund. La frase que difundi¨® Haaland en las redes sociales ¡ª¡±Par¨ªs es mi ciudad¡±¡ª, tras marcar los dos goles del triunfo espole¨® a los futbolistas del PSG. Consumado el pase a octavos, el equipo casi al completo hizo la pose de Loto, la posici¨®n de yoga con la que el goleador noruego celebra sus tantos.

Superado el Dortmund y finiquitados en esta final a ocho de Lisboa, el Atalanta y el Leipzig, la pareja de astros se enfrenta a su partido m¨¢s importante de los ¨²ltimos a?os frente a un rival con m¨¢s pedigr¨ª competitivo. Con la Eurocopa y la Copa Am¨¦rica aplazadas, esta final se ha convertido en su partido m¨¢s se?alado. Desde el Mundial 2018, Mbapp¨¦ no hab¨ªa estado en la primera l¨ªnea del escaparate en la que se dirimen los grandes t¨ªtulos. Y Neymar no se ha visto en otra igual desde que disput¨® la final de Berl¨ªn en 2015 con el Bar?a

Se?alados como los herederos m¨¢s firmes de Messi, en esa nueva relaci¨®n tambi¨¦n se aprecia un trasvase estil¨ªstico. Neymar juega ahora con la determinaci¨®n y la practicidad con la que se desempe?aba su nuevo colega. Frente al Atalanta, el brasile?o culmin¨® con ¨¦xito 15 de sus 20 intentos de regate. Frente al Leipzig, ejerciendo de nueve mentiroso, baj¨® a recibir al centro del campo cuando el ataque del PSG se espesaba. El ¨²nico reproche para Neymar han sido las francas ocasiones de gol que ha desperdiciado. Mbapp¨¦, por su parte, fue decisivo ante el Atalanta cuando entr¨® con el PSG a remolque en el marcador. Su tranco ante los italianos y el Leipzig gener¨® desequilibrios. En su debe, esa intenci¨®n por demostrar que puede ser tan filigranero y manierista como Neymar.

La estelar dupla espera explotar los espacios que propicia la adelantada defensa del rival. ¡°Nosotros nos caracterizamos por defender en bloque alto, lo importante es que logremos presionar la pelota. Cuando nos superen es importante replegar y cerrar el camino a los pases¡±, dijo ayer Flick, t¨¦cnico del Bayern.