De repente, Oliveira
El portugu¨¦s logra in extremis su primer triunfo en un Mundial de MotoGP igualad¨ªsimo sin M¨¢rquez, en una carrera interrumpida tras quedarse Vi?ales sin frenos a 220km/h
Las carreras m¨¢s dram¨¢ticas descubren a los h¨¦roes m¨¢s inesperados. Ocurri¨® este domingo con Miguel Oliveira (Almada, Portugal; 25 a?os), ganador de su primera prueba en MotoGP. Ocurri¨® en Spielberg, escenario, de nuevo, de accidentes escalofriantes como el que protagoniz¨® Maverick Vi?ales, que tuvo que tirarse de su Yamaha a casi 220 km/h porque le fallaron los frenos en plena recta. Escaparate conmovedor tambi¨¦n el Red Bull Ring para un sinf¨ªn de luchas magn¨ªficas. Las m¨¢s aplaudidas, las que se sucedieron en la ¨²ltima vuelta. Un ¨²ltimo giro en el que Jack Miller quiso intentar arrebatarle la victoria a Pol Espargar¨® y en el que el de Granollers quiso defender a toda costa el primer puesto; una vuelta en la que Dovizioso y Binder apuraron sus opciones de acercarse a los tres primeros. Pero todos fracasaron en su intento. Todos, menos Oliveira. ¡°He tenido mucha suerte¡±, conceder¨ªa despu¨¦s.
Se elev¨® el piloto sat¨¦lite de KTM entre los grandes favoritos. Y logr¨® el triunfo en la casa de la marca austriaca, cuyo patrocinador principal, Red Bull, es hoy el propietario de un circuito tan majestuoso como exigente para las MotoGP. En Spielberg los pilotos se sacan los codos a 200 km/h y el trazado lleva los frenos a situaciones tan extremas que anduvieron las Yamaha perdidas todo el fin de semana: acongojado Quartararo una y otra vez en la frenada de la curva cuatro, esa en la que se pasa de 300 km/h a 60; aliviado Vi?ales una semana m¨¢s por salvarse en un accidente al que nadie quiere dar muchas m¨¢s vueltas. Su M1 le dej¨® sin frenos al final de la recta de meta. Y el catal¨¢n no contempl¨® m¨¢s opci¨®n que deslizarse por el lateral de su moto y lanzarse al suelo para evitar colisionar, como hizo la m¨¢quina, contra las protecciones de aquella primera curva. El impacto fue tal que la moto estall¨® en llamas.
Aquel incidente fue el que tir¨® a la basura todo el trabajo maravilloso hecho por Joan Mir hasta entonces. Imposible su ritmo para el resto de rivales, el de Suzuki llevaba dos segundos y medio de ventaja sobre Miller cuando empez¨® a ondear la temida bandera roja ¡ªobligada la suspensi¨®n de la prueba tras 16 vueltas por el accidente de Vi?ales¡ª. Y al igual que le hab¨ªa pasado a Espargar¨® una semana atr¨¢s, el dominador de la carrera se qued¨® sin gomas nuevas para afrontar la segunda manga. Tuvo que salir a defenderse con la misma goma delantera que ya calzaba y una trasera nueva. No funcion¨®. Termin¨® cuarto. Y se volver¨¢ para casa sin ese ansiado primer triunfo, aunque con la admiraci¨®n de sus contrincantes. ¡°Era superior a todos. La victoria era suya¡±, le honraba Espargar¨®. ¡°No pod¨ªa seguirle¡±, reconoci¨® Miller.
Retomada la competici¨®n, Oliveira no solo puso gomas nuevas, sino que enmend¨® el error de la primera salida y cambi¨® su opci¨®n de neum¨¢ticos: delante meti¨® el m¨¢s duro, como Espargar¨®. Adem¨¢s, el portugu¨¦s rentabiliz¨® como nadie la salida de esa segunda carrera a 12 vueltas: part¨ªa el s¨¦ptimo y se coloc¨® cuarto en apenas unas curvas. A seis vueltas para el final, percibi¨®, lo mismo que Espargar¨®, que el hombre que lideraba la prueba, Joan Mir, ten¨ªa problemas para mantener el ritmo elevad¨ªsimo al que entre todos llevaron esa segunda y corta manga. Y las dos KTM adelantaron al mallorqu¨ªn.
Tras tomarle la posici¨®n a Mir, Espargar¨® logr¨® tambi¨¦n alcanzar a Miller, en cabeza. Y all¨ª se situaron ambos, con Oliveira cuid¨¢ndoles las espaldas. Su labor de escudero obtuvo la mejor de las recompensas cuando, al llegar a la ¨²ltima vuelta, ni el australiano ni el espa?ol quisieron conformarse con el segundo puesto. Aprovech¨® Miller la excepcional frenada de la curva cuatro para tomarle el interior al de KTM. Y quiso recuperar la posici¨®n Pol al llegar a las ¨²ltimas dos curvas, la nueve y la diez. Lo intent¨® incluso por fuera. Y se abrieron tanto los dos que Oliveira, el ¨²nico que dibuj¨® la trazada perfecta en esos ¨²ltimos metros, se las ingeni¨® para cruzar la meta el primero.
Tras el triunfo de Binder en Brno, este de Oliveira en Spielberg es la confirmaci¨®n de KTM en un Mundial de MotoGP en el que reina la igualdad m¨¢xima en ausencia del rey destronado M¨¢rquez, lesionado de larga duraci¨®n tras un accidente en la primera carrera del a?o en Jerez. La competencia es magn¨ªfica. Por el nivel de los pilotos que empiezan a tomar el relevo y por la mejora de marcas como KTM y Suzuki, tan fuertes como la Honda con la que ¨²ltimamente solo brilla Nakagami (s¨¦ptimo) o la Ducati que entiende como nadie Dovizioso; m¨¢s fiables incluso que las Yamaha, con problemas de frenos en Spielberg justo cuando parec¨ªa que ya no ten¨ªan problemas con los motores.
La frustraci¨®n de Vi?ales
Maverick Vi?ales lo tuvo claro. Cuando tir¨® de la maneta y su Yamaha no reaccion¨® supo instant¨¢neamente que se hab¨ªa quedado sin frenos. Se acercaba al final de la recta de meta. Su moto rodaba a m¨¢s de 220 km/h. As¨ª que opt¨® por tirarse. ¡°No me hab¨ªa pasado nunca. Me he pasado la carrera ajustando la leva del freno, me fallaba desde la cuarta vuelta. Estaba tomando precauciones para no llevarme a nadie por delante y, de repente, el freno explot¨®¡±, relata. Casi al mismo tiempo que su M1 se estampaba contra las protecciones, el piloto se levantaba del suelo de un brinco. Ni un rasgu?o. ¡°No he pasado miedo, por suerte los circuitos son lo suficientemente seguros como para que si pasa esto tengas espacio para reaccionar, pero s¨ª siento mucha frustraci¨®n¡±, apunt¨®. Y a?adi¨®: ¡°Creo que puedo estar mucho m¨¢s delante¡±. Porque el problema con los frenos de este fin de semana ¡ªQuartararo, con una M1 igual que la suya los sufri¨® la semana anterior¡ª se suma a las dificultades por la falta de agarre y a las dudas sobre la fiabilidad de los motores de la casa japonesa.
Cuando vio su moto en llamas, una de las primeras cosas que pens¨® Vi?ales fue que el motor estuviera intacto. Era nuevo. Y el ¨²ltimo que le quedaba por abrir. Solo se han disputado cinco carreras y ya ha estrenado los cinco motores de los que dispone, lo mismo que Morbidelli, con una Yamaha sat¨¦lite. Ambos, adem¨¢s, tuvieron que retirar uno de los propulsores, al igual que Rossi. Solo Quartararo, al que le queda un motor por desprecintar, tiene sus cinco motores todav¨ªa disponibles. Yamaha asegura saber, cuatro carreras despu¨¦s de que rompiera el de Rossi en Jerez, d¨®nde est¨¢ el problema: unas v¨¢lvulas que sustituir¨¢. Conf¨ªa, adem¨¢s, en poder llegar al final del campeonato sin necesitar m¨¢s motores de los permitidos.
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