Messi quiere dejar el Bar?a
El jugador comunica al club por burofax su intenci¨®n de acogerse a la cl¨¢usula que le permite irse a final de cada temporada mientras la directiva se remite a la vigencia del contrato que expira en 2021
Leo Messi comunic¨® este martes su intenci¨®n de dejar el Bar?a. A trav¨¦s de un burofax remitido a los servicios jur¨ªdicos del club, el jugador explic¨® su decisi¨®n de activar la cl¨¢usula que le permite salir a final de cada temporada, una fecha dif¨ªcil de delimitar y que supondr¨¢ un litigio con el Barcelona. El club entiende que la cl¨¢usula de escape expiraba el pasado 10 de junio y, por tanto, el rosarino tiene contrato en vigor hasta el 30 de junio de 2021 y una cl¨¢usula de rescisi¨®n de 700 millones. Messi considera en cambio que el curso ha acabado ahora, una vez finalizada la Champions, y el sentido de la cl¨¢usula es extrapolable a la situaci¨®n actual, condicionada por la covid-19.
El 10 aspira a forzar ya mismo su salida a pesar de que en enero pr¨®ximo quedaba habilitado para negociar con cualquier club despu¨¦s de que paralizara las negociaciones para renovar el contrato firmado en 2017 y con vencimiento el 2021. Messi ten¨ªa un plan desde que en su contrato de 2017 se reserv¨® la posibilidad de dejar el Bar?a a 30 de junio de cada a?o, como desvel¨® EL PA?S. A su entender, la situaci¨®n se ha hecho insostenible despu¨¦s del 2-8 y ahora se acoge a la cl¨¢usula de escape a la que la directiva nunca le dio importancia por entender que Messi estaba emocional y atado de por vida al Barcelona.
El litigio del jugador con el club se anuncia complicado e interesante para varios clubes que estaban a la espera de la decisi¨®n de Messi. El Manchester City elabor¨® hace tiempo un informe f¨¢cil de actualizar sobre la viabilidad econ¨®mica del fichaje del argentino si el jugador decid¨ªa abandonar un d¨ªa el Barcelona. Ambas partes llegaron incluso a conversar en 2014 y 2016 cuando el futbolista dudaba sobre su continuidad en el Camp Nou.
El City no es el ¨²nico que aguarda noticias de Messi. Tambi¨¦n esperan el Manchester United, el Paris Saint Germain y el Inter. Todos coinciden en cualquier caso en que quien tiene que mover ficha ahora es el argentino cuya incomodidad era manifiesta despu¨¦s de advertir que se sent¨ªa m¨¢s fuera que dentro despu¨¦s de una conversaci¨®n mantenida con Ronald Koeman. Al capit¨¢n no le entusiasm¨® la entrevista con el t¨¦cnico holand¨¦s: aunque iba a ser el l¨ªder y encontrar¨ªa su sitio en el Camp Nou, cambiar¨ªan el espacio, el orden, las circunstancias y hasta sus amigos desde el anuncio del despido de Su¨¢rez.
El silencio del jugador siempre se interpret¨® m¨¢s como el anuncio de una declaraci¨®n de ruptura que de voluntad por alcanzar un acuerdo, preso el barcelonismo del temor reverencial que provoca la figura del 10 y su disgusto por el 2-8. A sus 33 a?os, Messi est¨¢ cansado de perder, sin que sepa todav¨ªa el equipo en el que podr¨ªa ganar, y harto de ser enga?ado por el presidente Josep Maria Bartomeu.
Al ¨²ltimo a?o de mandato de esta directiva ya solo le quedaba el escudo de Messi, y hab¨ªa serias sospechas sobre su uso despu¨¦s del trato recibido por Johan Cruyff y Pep Guardiola. Acostumbra a ocurrir cuando los que gobiernan la entidad se olvidan de su funci¨®n de posibilistas y quieren ser m¨¢s protagonistas que los jugadores, como si su mandato fuera ¨²nico en un momento ¨²nico con un equipo ¨²nico, el mejor de la historia del Bar?a. Incluso el eslogan electoral de Bartomeu fue coyuntural: ¡°Tenemos triplete, tenemos tridente¡±, dec¨ªa en 2015.
El tridente ya es historia; solo quedaba Messi. Nadie hablar¨¢ m¨¢s tampoco del mejor equipo del mundo, del estilo y de La Masia, despu¨¦s del 2-8. Tampoco procede presumir del m¨¦s que un club cuando se ha liquidado a Luis Su¨¢rez, tercer m¨¢ximo goleador azulgrana, con una llamada por tel¨¦fono de Koeman. La regresi¨®n ha sido manifiesta, progresiva y hasta denunciada por Messi desde la Champions de Berl¨ªn. Bartomeu ha tenido tiempo para corregirse y, sin embargo, el Bar?a ha ido a peor hasta el desplome ante el Bayern M¨²nich de Thiago.
El ecosistema
El Barcelona se ha aguantado, mientras, por Messi. El problema es que el desgobierno de la junta favoreci¨® la autogesti¨®n del vestuario alrededor del 10. Un ejercicio de supervivencia decisivo para la formaci¨®n de un ecosistema que ha marcado el modo de vida y tambi¨¦n de juego del Bar?a. Messi ha asumido el rol de cuantos jugadores se han ido y han llegado hasta que se ha preguntado por su destino desde Lisboa. El desgaste ha sido may¨²sculo y su obra es tan majestuosa que de acuerdo a algunos sectores del barcelonismo se hab¨ªa ganado el derecho a decidir y por tanto a poner punto final cuando quiera a su vida en el Bar?a. La sorpresa ha sido la f¨®rmula que ha utilizado, muy diferente a la que emplearon Iniesta, Alves, Mascherano, Neymar y Xavi. Todos los que formaron en la alineaci¨®n campeona continental de 2015 han salido del club por voluntad propia, aburridos por el mal meter de la junta de Bartomeu.
La salida de Messi se presenta mucho m¨¢s cr¨ªtica porque ambas partes se comunican por burofax: el Bar?a comunicar¨¢ al capit¨¢n que le espera el domingo para iniciar la temporada 2020-2021 despu¨¦s de mandarle ayer un comunicado en el que le piden que contin¨²e y finalice su carrera deportiva vestido de azulgrana. La duda es si el presidente se avendr¨¢ a negociar y aguantar¨¢ la presi¨®n de la fila de notables que le culpabilizan de la situaci¨®n de Messi y no se ver¨¢ obligado a convocar elecciones antes del 15 de marzo de 2021. La decisi¨®n del 10 corona la guerra que sostienen la plantilla y la directiva del Bar?a, cuya capacidad autodestructiva amenaza con el peor desenlace para el futbolista mejor de la historia: Messi no quiere seguir vinculado a ning¨²n proyecto de Bartomeu.
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