Messi y los otros portazos
La decisi¨®n de Messi de abandonar el Barcelona incita a recordar c¨®mo fueron las despedidas de los clubes de su vida de leyendas como Pel¨¦, Di St¨¦fano, Maradona, Cruyff, Beckenbauer o Cristiano

La memoria del f¨²tbol maneja y selecciona por s¨ª misma el nombre de los mejores futbolistas de la historia. Los grandes entre los m¨¢s grandes. Contra gustos, reconocimientos y m¨¦ritos no hay disputas, pero no existe ninguna n¨®mina que se precie en la que no est¨¦n los Pel¨¦, Di St¨¦fano, Maradona, Cruyff, Beckenbauer, Cristiano Ronaldo¡ y, por supuesto, Leo Messi.
La decisi¨®n del argentino de abandonar el Barcelona con un contrato en vigor y por burofax incita a recordar c¨®mo fueron las despedidas de las otras leyendas al abandonar los clubes de su vida. Las hay para todos los gustos. Casos en los que el futbolista cierra la puerta por fuera, otros en los que se las cierran desde dentro e incluso en los que la causa mayor tiene una gran incidencia (Maradona).
Di St¨¦fano
La pelea con Bernab¨¦u
El fichaje de Alfredo di St¨¦fano en 1953 cambi¨® la historia del Real Madrid. Hasta su llegada el club hab¨ªa ganado dos Ligas en 25 a?os. Once temporadas despu¨¦s amasaba cinco Copas de Europa, ocho Ligas, una Copa y el interesado cinco trofeos de m¨¢ximo goleador. Lleg¨® con 27 a?os y con los 37 ya cumplidos lleg¨® su hora. Su salida no fue la deseada. El principio del fin surgi¨® en la final de la Copa de Europa contra el Inter (27-5-64). La derrota (3-1) fue el detonante, pero la mecha estaba encendida. Discuti¨® al entrenador Mu?oz la t¨¢ctica del partido. Se hizo lo que el t¨¦cnico dijo y Alfredo siempre pens¨® que se hab¨ªa equivocado.
El siguiente partido, el domingo, era contra el Atl¨¦tico, de Copa, y Mu?oz no le convoc¨®. El jugador pidi¨® explicaciones. No se las dio. En ese momento pens¨® que la orden ven¨ªa de arriba, del presidente. Estaba acertado. Sus horas estaban contadas. El lunes se fue a las oficinas a hablar con el vicepresidente, Raimundo Saporta, el cerebro gris de la entidad. Su contrato acababa. All¨ª estaba tambi¨¦n Bernab¨¦u. En su autobiograf¨ªa, Gracias Vieja, Alfredo explica la situaci¨®n con todo lujo de detalles.

¡°Don Raimundo me dice que est¨¦ tranquilo, que los t¨¦cnicos le hab¨ªan dicho que ten¨ªa un problema en la columna, que esto, que lo otro¡ Entonces yo miro a Don Santiago y le digo: ¡®yo me encuentro fuerte y me encuentro bien, ahora si usted no quiere renovarme el contrato no me lo renueve¡¯. Su respuesta fue inmediata. Te quedas en el club de cualquier cosa. Entonces fue cuando salt¨¦. Yo en el club no me puedo quedar de cualquier cosa. No me voy a quedar de portero, de administrador. ?De cualquier cosa, qu¨¦ es ese de cualquier cosa? Ninguno de los dos me daba ninguna explicaci¨®n¡±.
La decisi¨®n por parte del club estaba tomada. El futbolista realiz¨® una contrapropuesta al presidente. ¡°Usted me renueva el contrato y si en octubre o noviembre ve que no doy lo que tengo que responder al club, me voy a casa. Y si me quiere dar un trabajo de lo que sea, pero que me interese, muy bien, perfecto. Conmigo no van a tener problemas, pero por lo menos hablen conmigo las cosas despu¨¦s de tantos a?os de sangre, sudor y l¨¢grimas¡¡±.
Volvi¨® a reunirse con Bernab¨¦u, que le recibi¨® en pijama. No hubo arreglo. ¡°Este me quiere limpiar. Me despidieron con nocturnidad y alevos¨ªa¡±, escribe en sus memorias. Siempre pens¨® que la culpa de su marcha fue de Miguel Mu?oz, el entrenador, y de la discusi¨®n t¨¢ctica de la final de Viena. Ofertas no le faltaron. A punto estuvo de fichar por el Celtic, pero prefiri¨® el Espanyol. All¨ª estaba de entrenador su amigo Kubala. Jug¨® dos temporadas. 46 partidos y 11 goles en total.
El Real Madrid, sin Di St¨¦fano, continu¨® ganando. Conquist¨® cuatro de las cinco Ligas siguientes y el a?o que descans¨® en Espa?a, se llev¨® la Copa de Europa, la sexta (1965-1966). Coincidi¨® con la retirada de Alfredo. Estaba a punto de cumplir 40 a?os.
Pel¨¦
Se va al Cosmos ya retirado
Pel¨¦ jugaba en el Santos pero era patrimonio de Brasil. La fidelidad a su club durante 18 a?os llamaba poderosamente la atenci¨®n en un f¨²tbol ya suficientemente profesionalizado en el que las grandes estrellas estaban cotizad¨ªsimas. En un escaparate eterno tanto con su equipo, con el que dio varias vueltas al mundo en partidos de exhibici¨®n, como con su selecci¨®n con la que gan¨® tres Mundiales, nunca acept¨® ninguna oferta europea. Solo ¨¦l sabe por qu¨¦ dijo que no a la Juventus, al Real Madri o al Milan, entre otros.
Quiz¨¢s por esa perpetua lealtad al Santos en su pa¨ªs se tom¨® como una peque?a traici¨®n que con 35 a?os y oficialmente retirado desde octubre de 1974, ocho meses despu¨¦s Edson Arantes do Nascimento aceptara la oferta del Cosmos de Nueva York. Tres a?os para lanzar el nuevo f¨²tbol y aglutinar la llegada de otros grandes jugadores casi todos en edad de jubilaci¨®n anticipada. El 1 de octubre de 1977, en un amistoso contra el club de toda su vida, jug¨® su ¨²ltimo partido y marc¨® su ¨²ltimo gol.

Franz Beckenbauer
Jugar al lado de Pel¨¦
Despu¨¦s de 14 a?os en el Bayern (1963-1977) y en la selecci¨®n alemana, el Kaiser eligi¨® su pr¨®ximo destino aunque para ello tuviera que renunciar a seguir en el equipo nacional. Con 32 a?os y 15 t¨ªtulos en la maleta (un Mundial, una Eurocopa, tres Copas de Europa, una Recopa, cuatro Bundesligas, cuatro Copas y una Intercontinental) se march¨® a Estados Unidos para fichar por el Cosmos y cumplir uno de sus sue?os: jugar al lado de su ¨ªdolo Pel¨¦. Cuatro cursos con tres t¨ªtulos m¨¢s, antes de regresar a casa y fichar por el gran rival entonces de su Bayern, el Hamburgo. Dos a?os y otra Bundesliga. Todav¨ªa le quedaban fuerzas para un ¨²ltimo a?o en el Cosmos antes de retirarse definitivamente en el 83 con 38 a?os. Franz escribi¨® el gui¨®n de su retirada y le sali¨® perfecto.
Johan Cruyff
Una relaci¨®n con el Ajax de amor y odio
El holand¨¦s volador siempre llev¨® las riendas de su carrera profesional y marc¨® los pasos con firmeza. Se fue del Ajax cuando vio que el equipo de las tres Copas de Europa consecutivas (1971, 1972 y 1973) hab¨ªa perdido hambre de triunfos y adem¨¢s se march¨® donde ¨¦l quiso. La directiva del club le quer¨ªa traspasar al Real Madrid pero ¨¦l ya hab¨ªa elegido su futuro: el Barcelona, donde le esperaba su mentor futbol¨ªstico, Marinus Michels.
Como en el caso de Di St¨¦fano, en el de Johan Cruyff tambi¨¦n hubo un detonador concreto para su marcha del Ajax. Al principio de la temporada 1973-1974, con Kovacs, el t¨¦cnico de las dos ¨²ltimas Copas de Europa, fuera ya del club, la plantilla decide que hay que votar para elegir el nuevo capit¨¢n. Cruyff se ofreci¨® a seguir, pero surgi¨® otro candidato: Piet Keizer, el extremo zurdo. Los compa?eros se quejaban de que Johan estaba m¨¢s pendiente de sus asuntos personales. Perdi¨® la votaci¨®n y perdi¨® el brazalete. Inmediatamente llam¨® a su suegro y representante, Cor Coster, y le orden¨® buscarle un equipo. No sin superar problemas burocr¨¢ticos se march¨® donde quer¨ªa: el Barcelona.

Sin su estrella, el Ajax perdi¨® fuelle. Tard¨® cuatro a?os en ganar la Liga holandesa e internacionalmente no volvi¨® a ganar la Copa de Europa hasta 1995. Tampoco Cruyff gan¨® en el Barcelona todo lo que ¨¦l esperaba en plena efervescencia de su carrera. Una Liga y una Copa fueron poco bagaje para cinco a?os de azulgrana (1973-1978). Su salida estuvo marcada por la pol¨¦mica con el nuevo presidente, Jos¨¦ Luis N¨²?ez. La nueva ley exig¨ªa que fueran los jugadores quienes pagaran sus impuestos y no los clubes como hasta entonces, y N¨²?ez se neg¨® a pagar los de Cruyff porque se iba del club.
Se pensaba que, a sus 31 a?os, Cruyff, metido a hombre de negocios, se iba a medio retirar y solo jugar¨ªa un pu?ado de partidos de exhibici¨®n al a?o, pero se mantuvo otros cinco en activo. Dos en EE UU, con el par¨¦ntesis del Levante en la Liga espa?ola (10 partidos y dos goles).
Regres¨® a su casa, al Ajax, con 35 a?os y en buena forma. Tanto como para liderar a un equipo que gan¨® dos Ligas consecutivas, la segunda con doblete. Sorprendentemente la directiva no le ofreci¨® la renovaci¨®n. La raz¨®n: ganaba mucho dinero. A su vuelta al Ajax, el suegro de Cruyff se invent¨® un nuevo modelo de ingreso. Johan cobrar¨ªa una parte de la ficha en proporci¨®n a los aficionados que acudieran al estadio, partiendo de un m¨ªnimo que era para el club. El estadio se llenaba y los bolsillos del jugador tambi¨¦n.
Cuando vio que no pod¨ªa seguir en su casa, no le tembl¨® el pulso y fich¨® por el rival de toda la vida: el Feyenoord, que s¨ª le ofrec¨ªa la misma f¨®rmula de retribuci¨®n y mejorada. La Holanda futbol¨ªstica qued¨® conmocionada con el trasvase. En uno de sus primeros partidos con su nueva camiseta, el Feyenoord visit¨® el Ol¨ªmpico de ?msterdam y sali¨® trasquilado. Gan¨® el Ajax 8-2. Cruyff se jurament¨® con el vestuario que ten¨ªan que resarcirse de la verg¨¹enza y lo hizo a lo grande. Liga, Copa y el reconocimiento para Cruyff de ser elegido mejor jugador de la temporada a sus 37 a?os. Entonces, s¨ª, es el momento de la retirada.</CW>
Maradona
Las secuelas de la droga
Diego Armando Maradona fue protagonista de dos portazos sonados por falta de uno. Del Barcelona se fue tras dos a?os (1982-1984) de sobresaltos y desavenencias que hac¨ªan imposible su continuidad: la grave lesi¨®n sufrida por la entrada de Goicoechea, la hepatitis, su cong¨¦nita mala relaci¨®n con el presidente Jos¨¦ Luis N¨²?ez, la sanci¨®n de tres meses tras la refriega de la final de Copa contra el Athletic, sus primeros escarceos con la droga¡ incluso por la petici¨®n de C¨¦sar Luis Menotti de que se le traspasara, que se ha conocido m¨¢s tarde. Se busc¨® un club, el N¨¢poles y forz¨® el acuerdo para marcharse.

Su segunda salida fue por causa mayor. Cuando el 24 de marzo de 1991, se enfrent¨® y perdi¨® con la Sampdoria (4-1), gol de penalti suyo en la prolongaci¨®n, no se pod¨ªa imaginar que estaba jugando su ¨²ltimo partido en el f¨²tbol italiano. Unos d¨ªas despu¨¦s se conoci¨® el resultado del control antidopaje que le hab¨ªan realizado despu¨¦s del encuentro contra el Bari y en el que se encontraron restos de coca¨ªna. Fue sancionado con quince meses de suspensi¨®n. Atr¨¢s quedaba su mejor y m¨¢s extensa etapa con un club (1984-1991). Siete a?os en los que llev¨® al equipo del sur a ganar dos Ligas, una Copa de la UEFA y a competir con las grandes potencias del norte. Desde entonces no ha vuelto a conquistar el scudetto. Fue un final que no sorprendi¨® a nadie.
Tras cumplir la sanci¨®n, el N¨¢poles quiso mantener su relaci¨®n con el futbolista, pero Diego no quer¨ªa volver a jugar en Italia y forz¨® su traspaso. Finalmente fue al Sevilla por 7,5 millones de d¨®lares, no sin que antes tuviera que intervenir la FIFA para mediar y que las tres partes se pusieran de acuerdo.
Cristiano Ronaldo
Adi¨®s en directo y televisado
Durante sus nueve temporadas en el Real Madrid Cristiano tens¨® la cuerda con el club en todo lo relacionado con su contrato. El term¨®metro que marcaba Messi desde el Barcelona con ampliaciones y mejoras de sus emolumentos influ¨ªa lo suyo, pero nada hac¨ªa presagiar que el portugu¨¦s tuviera decidido abandonar el club de manera tan dr¨¢stica. Nada m¨¢s finalizar la final de Kiev ante el Liverpool y sumar su cuarta Champions vestido de blanco, tercera consecutiva, anunci¨® su marcha en directo. ¡°Fue muy bonito estar en el Real Madrid, en los pr¨®ximos d¨ªas dar¨¦ una respuesta definitiva. Lo que hemos hecho es hist¨®rico, el futuro de ning¨²n jugador es importante¡±.

No era una amenaza. Era una decisi¨®n. Poco m¨¢s de un mes despu¨¦s se oficializ¨® su fichaje por la Juventus a cambio de 105 millones de euros. En su comunicado oficial, el Real Madrid dejaba claro que quien hab¨ªa pedido salir era el jugador y que el traspaso no se produc¨ªa por iniciativa del club.
Futbolistas de un solo club
Leo Messi parec¨ªa destinado a ser futbolista de un solo club. Su paso por los infantiles de Newell's fue un simple pre¨¢mbulo antes de debutar en el infantil B del Barcelona en el a?o 2000. Aunque cada vez es m¨¢s extra?o que un jugador defienda la camiseta de un solo equipo a lo largo de su carrera, la historia presenta una lista larga de socios que han superado la prueba y forman parte de este privilegiado c¨ªrculo.
Entre los que estuvieron 20 o m¨¢s temporadas encontramos a un jugador espa?ol: Piru Gainza, que milit¨® en el Athletic desde 1938 a 1959. Paolo Maldini, 25 temporadas (Milan. 1985-2009), Totti, 24 (Roma. 1993-2017) y Giggs, 23 (Manchester United. 1991-2014) simbolizan el podio virtual de los futbolistas de un solo club.
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