La llamada de F¨¦lix L¨¦vitan que salv¨® a Perico

A principios de los a?os sesenta del siglo pasado, cuando las cuentas del Tour languidec¨ªan, Emilien Amaury, el propietario del peri¨®dico L?Equipe y de los derechos de la carrera, contrat¨® a F¨¦lix L¨¦vitan (Par¨ªs, 1911), periodista de Le Parisien Lib¨¦r¨¦, otra de las cabeceras de su grupo, para que dirigiera la carrera junto al veterano Jacques Goddet, el hombre del salacot y el traje safari que viajaba en un Land Rover descapotable. M¨¢s pragm¨¢tico que Goddet, L¨¦vitan relanz¨® las finanzas. Acab¨® con los equipos nacionales, ampli¨® la caravana publicitaria y aument¨® las tarifas a las ciudades que quer¨ªan acoger la carrera. Multiplic¨® los ingresos, convirti¨® la carrera en un gigante y el Tour dej¨® de ser un instrumento para vender m¨¢s peri¨®dicos en julio para convertirse en una m¨¢quina de hacer dinero. L¨¦vitan tambi¨¦n instaur¨® el maillot de puntos rojos de la monta?a, convirti¨® los Campos El¨ªseos en el escenario de la ¨²ltima etapa¡­ Y salv¨® el jersey amarillo de Pedro Delgado en 1988.

Apenas unos meses antes, los herederos de Emilien Amaury convocaron a L¨¦vitan al gran sal¨®n donde el creador del Tour, Henri Desgrange, sol¨ªa tomar las decisiones importantes. Le apuntaron que el Tour de las Am¨¦ricas, una carrera que hab¨ªa promovido, ten¨ªa p¨¦rdidas, y esa fue la excusa para su despido. Cuando quiso entrar a su despacho, como todos los d¨ªas, encontr¨® que le hab¨ªan cambiado la cerradura. Su enfado fue monumental y segu¨ªa en guerra contra los due?os del Tour cuando la carrera anunci¨® que Pedro Delgado hab¨ªa dado positivo por Probenecid, una sustancia prohibida por el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional, pero no por la Uni¨®n Ciclista Internacional. Sin embargo, Jean-Pierre Courcol, presidente del Tour, filtr¨® la noticia a trav¨¦s de Antenne 2 y se arm¨® la tremolina. Desbordado, Jos¨¦ Miguel Echavarri, director del equipo Reynolds, trat¨® de capear el temporal en el hotel Mercure de Burdeos, donde se alojaban. Recibi¨® presiones de todas partes, la organizaci¨®n del Tour le convoc¨® a una reuni¨®n. Entonces, recibi¨® una llamada que empezar¨ªa a cambiar la historia. Le dijeron que la atendiera, que era muy importante. Tuvo que bajar a la recepci¨®n para responder. Al otro lado de la l¨ªnea le habl¨® una voz conocida: ¡°?Se?or Echavarri? Soy F¨¦lix L¨¦vitan¡±.

El director escuch¨®: ¡°Le llamo para que no permitan que le quiten el Tour. Es inadmisible. Tengo mi despacho de abogados a su disposici¨®n. Vaya usted a Par¨ªs y le atender¨¢n, ya est¨¢n avisados¡±. Era el Bufete Bertrand, que entre otras cosas hab¨ªa negociado el traspaso de Raymond Kopa al Real Madrid. Reforzado por la opini¨®n de L¨¦vitan, Echavarri se reuni¨® con los responsables del Tour y no dio el brazo a torcer. Le defendi¨® Gisbert, el director del PDM de Rooks, segundo clasificado: ¡°Para m¨ª, el l¨ªder es Perico¡±, les dijo a los organizadores. Al d¨ªa siguiente, Echavarri viaj¨® a Par¨ªs y se reuni¨® con los abogados. A Delgado no le quitaron el Tour. Hasta la muerte de L¨¦vitan, Echavarri acudi¨® cada a?o a visitarlo a su refugio de Cannes. Siempre le agradeci¨® su apoyo.