Thiem ya no es el chico bueno
El mod¨¦lico austriaco, ambicioso y en constante evoluci¨®n t¨¦cnica y f¨ªsica, celebra su primer grande despu¨¦s de haber perdido tres finales y se consolida como la alternativa m¨¢s firme a los tres gigantes
A punto de comenzar el tie break de una noche al l¨ªmite desde el punto de vista emocional, Dominic Thiem apenas puede articular la pierna derecha, con el cu¨¢driceps absolutamente contra¨ªdo. Pero el austriaco, un boina verde con una raqueta en la mano, sigue, sigue y sigue. Ha remontado dos sets en contra y va a darle finalmente la vuelta a un partido que Alexander Zverev tuvo a un cent¨ªmetro. Sin embargo, Thiem ya no es un proyecto ni mucho menos un aspirante, sino toda una realidad. El 2-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 7-6(6), despu¨¦s de 4h 01m, le encumbra por primera vez en un grande y premia a un tenista que dignifica su oficio y en permanente evoluci¨®n.
¡°La primera vez que pens¨¦ realmente en la posibilidad de ganar un Grand Slam fue hace dos a?os, cuando jugu¨¦ contra Nadal en Roland Garros. Perd¨ª pero, desde ese momento, siempre so?¨¦ con esto y cre¨ª que era capaz de hacerlo¡±, expon¨ªa de madrugada Thiem, cuyo triunfo en Nueva York le desembaraz¨®, de alguna manera, de ese estigma de hombre optimista que choca una y otra vez contra un muro. Cay¨® aquel 11 de junio en Par¨ªs, tambi¨¦n en la final francesa de la temporada siguiente y este a?o, en Australia, frente a Novak Djokovic. Y temi¨®, claro, que le atrapase el esp¨ªritu segund¨®n de Raymond Poulidor.
No quer¨ªa, de ning¨²n modo, seguir el desafortunado destino que en su d¨ªa conden¨® a Ivan Lendl, Andre Agassi, Goran Invanisevic o Andy Murray, derrotados en sus tres primeras finales de un grande. Tampoco, y esto mucho menos, que su fama de chico bueno y deportista mod¨¦lico le acarree episodios como el que sufri¨® el a?o pasado en Par¨ªs, cuando Serena Williams le interrumpi¨® en plena rueda de prensa y solicit¨® que le desalojaran al enterarse de que el que estaba ah¨ª dentro era ¨¦l, porque ella quer¨ªa hablar e irse r¨¢pido, y ese tal Thiem (¡°es una broma, ?no?¡±) a¨²n no era nadie.
Pues bien, Thiem ya posee su preciado trofeo y se coron¨® como el primer jugador de los noventa que alcanza la cima en un major. Se convirti¨®, adem¨¢s, en el quinto tenista que logra voltear dos sets adversos en una gran final, tras Bj?rn Borg (a Manolo Orantes, en el Roland Garros de 1975), Lendl (a John McEnroe en el RG de 1984), Agassi (a Andri Medvedev en Par¨ªs, 1999) y Gast¨®n Gaudio (a Guillermo Coria, tambi¨¦n en el Bois de Boulogne, 2004).
Tierra batida, y mucho m¨¢s
No es casual el triunfo de Thiem, may¨²sculo jugador y el aspirante que m¨¢s empe?o de todos a puesto en ofrecer una alternativa a los tres gigantes. Triunfa el austriaco a los 27 a?os y en un terreno que tal vez no era el esperado, puesto que lleva colgado el cartel de heredero de Nadal sobre la arcilla, pero su tenis abarca mucho m¨¢s. Disfruta tambi¨¦n en el cemento, terreno en el que el a?o pasado elev¨® su primer Masters 1000, en Indian Wells, y donde su arsenal ofensivo ha ido redimension¨¢ndose.
Y es que Thiem es un campe¨®n camale¨®nico, en constante reinvenci¨®n. Se desprendi¨® el a?o pasado de la paternalista figura de su t¨¦cnico desde los nueve a?os, G¨¹nter Bresnik, y form¨® un combo estupendo con el chileno Nicol¨¢s Mass¨², ganador en 2004 del oro ol¨ªmpico tanto en individual como en dobles. Una maniobra clave.
Agreg¨® a su equipo en enero a Thomas Muster, el ¨²ltimo austriaco que hab¨ªa celebrado un Grand Slam (RG 1995), pero no hubo feeling y en dos semanas deshizo abruptamente la f¨®rmula. No qued¨® clara la ruptura, pero Thiem sigui¨® adelante con su ambicioso plan y acarici¨® la victoria en el Open de Australia; sin embargo, Djokovic emergi¨® aquella noche australiana del fango y le priv¨® otra vez del ¨¦xito, por lo que se llev¨® otro golpe an¨ªmico a la vez que al aficionado reforz¨® todav¨ªa m¨¢s ese instinto de arrimarse al derrotado, y m¨¢s en el caso del mod¨¦lico y resiliente Thiem, todo empe?o, todo orgullo, todo resistencia.
It's been a long time coming.@ThiemDomi finally reaches the top.#USOpen pic.twitter.com/9cZCfEHQQd
— US Open Tennis (@usopen) September 14, 2020
Cincelado por el cubano Duglas Cordero, su capacidad de sufrimiento y su f¨ªsico siguen dando saltos cualitativos y cuando se detuvo la actividad en marzo, como consecuencia de la pandemia, ¨¦l no ech¨® ni mucho menos el freno de mano. Sigui¨® un duro plan espec¨ªfico de trabajo (¡°siempre entrega el cien por cien¡±, se?ala el preparador) y se puso manos a la obra como nadie, jugando el m¨¢ximo n¨²mero de partidos posible. Particip¨® en el pol¨¦mico Adria Tour, una exhibici¨®n en Berl¨ªn, Kitzb¨¹hel, el torneo ideado por Patrick Mouratoglou en Niza y Cincinnati. ¡°No siento que el par¨®n me haya perjudicado¡±, advirti¨® a mediados de julio.
Posteriormente vol¨® a Nueva York, y en Flushing Meadows fue sorteando escollos hasta salir, por fin, en la foto como campe¨®n. ¡°Empec¨¦ a tener calambres y fue duro seguir en pie, pero lo hice¡±, subray¨® con la copa entre las manos, tras derribar a Zverev en un desenlace inveros¨ªmil. ¡°Hace cuatro a?os vi que eras especial. ?Felicidades! Lo mereces tanto¡ El US Open es tuyo, amigo¡±, record¨® el futbolista Gerard Piqu¨¦ a trav¨¦s de un tuit acompa?ado del vaticinio que hizo en 2016: ¡°Dominic Thiem, futuro n¨²mero uno de la ATP¡±.
4 years ago, I saw you were special! Congratulations @ThiemDomi! You deserve it so much my friend. The @usopen is yours. https://t.co/ERkqgTy2ts
— Gerard Piqu¨¦ (@3gerardpique) September 14, 2020
De momento, entra en la lucha directa por ocupar el trono. Gracias a su triunfo neoyorquino se sit¨²a a solo 725 puntos de Nadal en el ranking y a 1.735 de Djokovic, con Roland Garros en el horizonte. Acudir¨¢ all¨ª, por primera vez, con una estrella de campe¨®n sobre el pecho y algo m¨¢s que una amenaza. Despu¨¦s de un tit¨¢nico proceso de ascensi¨®n, Thiem ya no es solo el chico bueno al que la gente quiere. Ya sabe ganar.
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